Abel G.M.
Periodista especializado en historia, paleontología y mascotas
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Es bastante conocido el hecho de que el conde Drácula, el vampiro más famoso de la historia, toma su nombre de un noble transilvano del siglo XV: el príncipe de Valaquia, Vlad Drácula; conocido también como Vlad Tepes, que en rumano significa “el empalador”, en referencia a su costumbre de empalar a sus enemigos.
Sin embargo, algo que sorprenderá a mucha gente es saber que el Drácula histórico era vegano. Así lo afirma un estudio realizado por la Universidad de Catania, que ha determinado que la saliva, el sudor y las huellas dactilares presentes en documentos personales de Vlad Drácula no hay ni rastro de proteínas animales. Y aún más: el príncipe sufría una rara enfermedad que le hacía llorar sangre.
¿Quién era Vlad Drácula, el Empalador?
Vlad Drácula fue príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462 y es uno de los gobernantes más importantes de la historia de Rumanía: está considerado como un héroe nacional por haber logrado mantener la independencia del pequeño vovoidato de Valaquia frente a las tentativas de Hungría y del Imperio Otomano por apoderarse de él.
Dicha independencia fue lograda en buena parte gracias a su carácter implacable: tenía la costumbre de empalar a los soldados enemigos y, en ocasiones, también a civiles, para sembrar el miedo entre sus adversarios. Esto le valió el nombre con el que se le conoce popularmente: Vlad Tepes, que significa “el empalador”. Su apellido provenía del epíteto de su padre, dracul, que significa “el dragón”.
El personaje fue la inspiración del escritor Bram Stoker para el mito del conde Drácula, el vampiro transilvano más famoso de la literatura y el cine. Las historias de vampiros eran populares en el siglo XIX y Stoker escogió la figura de este despiadado noble porque, además, en rumano moderno drácul significaba “diablo”.
El empalador era vegano y lloraba lágrimas de sangre
Resulta sorprendente y rompedor de un mito, visto el carácter del personaje, que el Drácula histórico fuese vegano. Pero así lo afirma un estudio publicado en la revista Analytical Chemistry: los autores han analizado químicamente los restos de saliva, sudor y huellas dactilares presentes en tres cartas escritas por el príncipe, y no han hallado ningún resto de proteínas animales; lo cual les ha llevado a afirmar que Vlad “el empalador” llevaba una dieta estrictamente vegetariana.

Carta Vlad Drácula (Anal Chem 2023, 95, 34, 12732 12744)
Una de las cartas analizadas: en la imagen de la derecha se ve la fluorescencia de fenilalanina, tirosina y triptófano bajo iluminación ultravioleta, para detectar la concentración de proteínas.
Analytical Chemistry 2023, 95, 34, 12732 12744
Pero hay más: el análisis ha revelado que Vlad Drácula sufría una dolencia conocida como hemolacria, que provoca que las lágrimas broten mezcladas con sangre. Esto puede ser un síntoma de numerosas enfermedades, desde conjuntivitis o heridas en el lacrimal hasta tumores. Sin embargo, en la Edad Media era considerada como una manifestación diabólica y esto, combinado con la fama que se había ganado, seguramente hizo que muchos lo considerasen un auténtico diablo.
Finalmente, el estudio señala un aspecto que podría estar relacionado tanto con la dieta vegana como con la hemolacria que sufría: los autores afirman que el príncipe probablemente padecía inflamaciones del aparato respiratorio y de la piel. Las muestras tomadas revelan la presencia de bacterias y virus transmitidos a través de picaduras de insectos, lo cual revela que la Valaquia de Vlad Drácula era un sitio bastante insalubre en el que vivir.