Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El ámbar ha sido un material de prestigio a lo largo de la historia, una alternativa más económica a las piedras preciosas que, no obstante, era muy apreciado por su belleza. Dos recientes descubrimientos arqueológicos de épocas muy distintas han vuelto a demostrarlo.
El comerciante de ámbar de Karelia
El primer hallazgo data aproximadamente del año 3400 a.C. y se ha producido en las orillas del lago Onega, en la República de Karelia, una región rusa que limita con Finlandia. Se trata de la tumba de una persona de alto estatus social, cuyo ajuar funerario contiene 140 piezas de ámbar, desde collares hasta objetos de uso cotidiano como botones; un enterramiento “único”, según sus descubridores. Históricamente, el ámbar del Báltico ha sido muy apreciado no solo por su belleza sino porque era fácil de trabajar y se podían tallar formas complejas con él.

Algunas de las piezas encontradas en la tumba del lago Onega
Foto: Ministerio de Ciencia y Educación Superior de la Federación Rusa
Los investigadores de la Universidad Estatal de Petrozavodsk trabajan con la hipótesis de que el difunto era un comerciante de ámbar, material que se encontraba en abundancia en esta región, y añaden que el descubrimiento podría sugerir antiguos contactos comerciales entre Karelia y los pueblos del sur del mar Báltico. La misma expedición que ha descubierto la sepultura investiga unas estructuras cercanas que parecen haber sido talleres para la fabricación de armas y herramientas, por lo que sostienen que el difunto posiblemente viajaba a lo largo del Báltico para intercambiar el ámbar por otros objetos.
Un misterioso cementerio en Polonia
El segundo descubrimiento se ha producido en la ciudad de Przykopka, al noreste de Polonia, durante las obras de una carretera. Se han exhumado los cuerpos de un cementerio de los siglos XVIII y XIX; entre los individuos, uno -o más bien una- lucía un ajuar especialmente rico que incluía un elaborado collar con 35 cuentas de ámbar pulido. Se trata, como en el caso anterior, de ámbar del Báltico, lo que reafirma el protagonismo de este material a lo largo de los milenios.

El collar de ámbar encontrado en el cementerio de Przykopka
Foto: Sylwester Pilatowski
Además del collar se han encontrado horquillas, broches y otros complementos de vestuario. Karol Głębocki, portavoz de la Directiva General de Carreteras y Autopistas Generales de Polonia, explicó que “los objetos históricos se encuentran en proceso de conservación” mientras que los huesos humanos encontrados en el cementerio se someterán a análisis.
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