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La semana pasada, la Asociación para la Recuperación de los Caídos en Europa del Este (VBGO) buscó restos mortales de la Segunda Guerra Mundial en unas antiguas trincheras situadas en un campo de Klessin, al este del estado federado de Brandeburgo, cerca de la frontera entre Alemania y Polonia. Las excavaciones en la zona del Oderbruch, donde combatieron violentamente alemanes y soviéticos antes de la Batalla de Berlín, han sacado a la luz los restos de ocho soldados soviéticos y dos alemanes.
Los esqueletos de los caídos conservaban sus cascos de acero e incluso sus zapatos; bombas, granadas y otros desechos militares peligrosos aún permanecen enterrados en la zona del Oderbruch. Los restos de los soldados, excavados por un equipo de voluntarios de Alemania, Suiza, Rusia, Polonia, Países Bajos e Italia, volverán a ser enterrados. La Asociación para la Recuperación de los Caídos en Europa del Este busca "a las víctimas anónimas que yacen en las fosas comunes de la guerra sin monumentos conmemorativos" y pretende "devolverles el nombre que perdieron hace décadas", independientemente del bando al que pertenecieron.