Cortés, supuestamente, hundió su flota en 1519

Descubren unas anclas que podrían pertenecer a los barcos de Hernán Cortés

Un grupo internacional de arqueólogos, patrocinado por el Instituto Nacional de Antropología de México, ha descubierto en las costas de Veracruz dos anclas del siglo XVI que podrían haber pertenecido a los buques hundidos por Hernán Cortés en 1519.

500 años después del desembarco de Hernán Cortés, los investigadores  han descubierto dos anclas de hierro en la Villa Rica, Veracruz.

500 años después del desembarco de Hernán Cortés, los investigadores han descubierto dos anclas de hierro en la Villa Rica, Veracruz.

500 años después del desembarco de Hernán Cortés, los investigadores  han descubierto dos anclas de hierro en la Villa Rica, Veracruz.

Foto: Jonathan Kingston

Hace dos años que un equipo internacional de arqueólogos, compuesto por el mexicano Roberto Junco del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) y los estadounidenses Melanie Deamour, Frederick Hanselmann y Chris Horrell, patrocionados por el INAH y por algunos medios privados, está excavando en aguas del puerto de Villa Rica, en el estado mexicano de Veracruz, en busca de los restos de los once barcos que, supuestamente, Hernán Cortés hundió en sus aguas en 1519, antes de iniciar su periplo hasta Tenochtitlán, la capital del Imperio azteca.

Dos nuevas anclas

Los investigadores acaban de anunciar los resultados de la campaña de excavación que se inició en julio de 2019 en esta zona, que han sido muy prometedores: se han descubierto dos anclas de hierro, en buen estado de conservación, que por sus características se han datado en el siglo XVI. Una de las anclas, la más voluminosa, mide 3,68 metros de largo por 1,55 de ancho, y la otra mide 2,60 m de largo por 1,43 de ancho. Este hallazgo se une al de otra ancla que se realizó en julio de 2018 en la misma zona, justo a 300 metros, de idéntica forma que las recientemente descubiertas. Se analizó el cepo (un fragmento de madera pegado en perpendicular a la caña, el cuerpo principal del ancla) y los resultados revelaron que dicha madera procedía de un árbol "de la cornisa cantábrica, que estuvo vivo en la segunda mitad del siglo XV", según el comunicado del INAH. Las dos nuevas anclas no conservan el cepo, pero, según los investigadores, "son visibles sus lengüetas, un par de protuberancias sobre su caña, a la altura en la que se ajustaba el cepo, que corren paralelas a cada brazo, un rasgo típico de la manufacturación de las anclas del siglo XVI".

Bajo las aguas de Villa Rica se han descubierto dos anclas de hierro, en buen estado de conservación, que por sus características se han datado en el siglo XVI.

Durante la primera temporada de excavaciones, se peinó la bahía de Villa Rica con dos enormes magnetómetros (proporcionados por la empresa canadiense Marine Magnetics) con el objetivo de hallar anomalías en el campo magnético y descubrir la presencia de metales en el lecho marino. En esta segunda campaña se ha repasado el fondo de la bahía con un magnetómetro portátil capaz de refinar aún más las búsquedas. La temporada 2019 no ha estado exenta de emociones. Cuando ya parecía que los trabajos acabarían sin ningún resultado positivo, contra todo pronóstico se localizó un ancla dos días antes de cerrar la temporada. Y al día siguiente, para dar aún más emoción al asunto, se encontró la segunda ancla.

Actualmente las aguas de la Villa Rica tienen principalmente una vocación turística y de pesca.

Actualmente las aguas de la Villa Rica tienen principalmente una vocación turística y de pesca.

Foto: Jonathan Kingston

La importancia de Villa Rica

Aunque los investigadores no se atreven a afirmar aún que estas anclas pertencieran a los barcos de Cortés, sí es evidente que ViIla Rica fuen un puerto frecuentado por los europeos en esa época. Tal como comenta Roberto Junco, "no está claro si las tres anclas pertenecen a un mismo momento histórico, pero su alineación al suroeste coincide con la lógica de la Villa Rica como un puerto que protege a los barcos de los vientos del norte y el noroeste". También se debe tener en cuenta la posición en que las anclas fueron halladas: los arganeos (argollas que hay en el extremo superior de la caña) apuntan al sudoeste, lo que sugiere que los navíos fondearon en la misma línea. Como sostiene el INAH en su comunicado, "es valioso saber que siguen la ruta correcta para poder ubicar pecios vinculados a la llegada de los europeos a Mesoamérica, de los cuales se conoce poco arqueológicamente".

Los arganeos (argollas que hay en el extremo superior de la caña) de las anclas apuntan al sudoeste, lo que sugiere que los navíos fondearon en la misma línea.

En lo que sí coinciden los investigadores es en afirmar que Cortés hundió sus naves a propósito como parte de su estrategia de conquista: "Cortés barrenó sus naves” (hizo agujeros en sus embarcaciones para que se hundieran) para forzar a los miembros disidentes de su ejército, quienes buscaban regresar a Cuba, a marchar tierra adentro con rumbo a México-Tenochtitlán", afirma Junco.

Anclas que podrían haber pertenecido a los barcos de Hernán Cortés

Anclas que podrían haber pertenecido a los barcos de Hernán Cortés

Foto: Jonathan Kingston

Preparando la campaña de 2020

En julio de 2020 está prevista una tercera temporada de excavaciones. Al equipo que ya viene trabajando en el terreno desde hace dos años se unirán la arqueóloga iraní Shadi Kalantar y el arqueólogo español Iván Negueruela, director del Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena, que ha puesto en valor la colaboración entre México y España tanto en este proyecto como en otros en los que ambos países trabajan conjuntamente, como la excavación de la fragata Mercedes y el proyecto del galeón Juncal. El equipo espera contar asimismo con la colaboración del fotógrafo de National Geographic Jonathan Kingston, que ya participó en la campaña de 2018.

En la campaña de 2020 se unirán entre otros investigadores el arqueólogo español Iván Negueruela, director del Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena.

La campaña de julio de 2020 se centrará en seguir las anomalías señaladas por el magnetómetro portátil y emplear dos magnetómetros de última generación, de mayor definición, con los que "tendremos mejor cobertura. Igualmente se utilizará un tercero que mide el magnetismo en el área de trabajo y esta información se resta de los resultados de los otros dos. Así podremos eliminar el ruido de la inforamción que generan. Un tabajo muy fino en cuanto al uso del magnetismo", afirma Roberto Junco. La perspectiva de poder encontrar los navíos emociona al arqueólogo: "Si algunas de las anomalías esconden anclas se reforzaría la hipótesis de que estamos ante el puerto de que fue Villa Rica en su breve duración, significaría que hemos localizado el punto donde se hundió la flota de Cortés y podríamos empezar a armar el rompecabezas de donde buscar otro tipo de objetos como son los cascos de madera".

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