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Las montañas de Prades, en la comarca del Baix Camp, en Tarragona, han sido el escenario de un descubrimiento extraordinario. Durante los trabajos de exploración de la Cova de la Vila de La Febró, ubicada en una zona conocida como el Barranc de la Cova del Corral, un equipo de investigadores ha descubierto un pieza más del gran puzle prehistórico que es el Arco Mediterráneo: un centenar de grabados formados por figuras de animales, elementos que podrían representar ídolos y símbolos enigmáticos cuyo significado es posible que nunca pueda ser descifrado.
Según los investigadores, por su estilo y características estos elementos podrían tener entre 5.000 y 3.000 años de antigüedad, y se enmarcarían en el período de transición entre el Calcolítico y el Bronce. Los grabados localizados en esta galería subterránea son "excepcionales, tanto por su singularidad como por su excelente estado de conservación", según los autores del hallazgo, que forman parte del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES). Asimismo también sugieren que los grabados muy bien podrían simbolizar algunos aspectos de la cosmovisión de las antiguas sociedades que los realizaron.

Investigadores del IPHES fotografiando los grabados encontrados en el interior de la cueva.
Investigadores del IPHES fotografiando los grabados encontrados en el interior de la cueva.
IPHES
Un hito histórico para la arqueología
En el panel, de más de ocho metros de largo y en un perfecto estado de conservación, se representaron diferentes figuras de cuadrúpedos (bóvidos y équidos), formas en zigzag, trazos lineales y círculos. Julio Serrano, uno de los espeleólogos responsables del descubrimiento, no era consciente en el momento del descubrimiento de que acababa de localizar uno de los conjuntos de arte rupestre prehistórico más importantes de la zona. "Cuando vi los grabados, sentí una emoción muy grande que me la llevaré de por vida", ha declarado con entusiasmo.
El panel, de más de ocho metros de largo y en un perfecto estado de conservación, muestra representaciones de diferentes figuras.

Grabado posiblemente en forma de estrella descubierto en la cueva.
Grabado posiblemente en forma de estrella descubierto en la cueva.
IPHES
Tras el hallazgo, fue el turno de Ramon Viñas y Josep Vallverdú, investigadores del IPHES, de ponerse manos a la obra. Según el IPHES, este descubrimiento "marca un hito histórico para la arqueología prehistórica". En realidad, la Cova de la Vila de La Febró es un redescubrimiento, ya que fue explorada en los años cuarenta del siglo pasado por el historiador y médico Salvador Vilaseca, pero poco después su ubicación volvió a perderse durante décadas. Hasta la actualidad. Y es que han tenido que pasar más de setenta años para que un grupo de espeleólogos consiguiera volver a localizarla.
Grabados insólitos
Durante su exploración de la cueva, los espeleólogos consiguieron abrir un pequeño agujero entre los bloques de roca, donde se toparon con una sala oval de más de 90 metros cuadrados que contenía los espectaculares grabados. Viñas detalla que estos estaban dispuestos a partir de cinco líneas horizontales, una encima de la otra, y en cada una de ellas había diferentes figuras, cada una de ellas con su propio significado. Viñas sugiere que se trata de una composición "absolutamente insólita" que refleja "una cosmovisión por parte de las poblaciones del territorio durante el proceso de neolitización".
Los espeleólogos consiguieron abrir un pequeño agujero entre los bloques de roca donde se toparon con una sala oval de más de 90 metros cuadrados.

Detalle de los grabados encontrados en la cueva de La Febró, en Tarragona.
Detalle de los grabados encontrados en la cueva de La Febró, en Tarragona.
IPHES
En cuanto a su realización, una de las cosas que más ha llamado al atención de los investigadores es que las figuras se grabaron mediante herramientas de piedra o madera, y en algunos casos incluso con los dedos. Viñas considera este conjunto como "muy homogéneo estilísticamente, con escasas superposiciones, lo que confirmaría que esta composición no es fruto del azar".
Para preservar la cueva, así cono la "Sala del Gravats" (sala de los grabados), que es el nombre que sus descubridores han dado a este singular espacio, la cavidad ha sido cerrada al público y la Generalitat de Catalunya la ha declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Además también se está trabajando en un modelo 3D de la cueva para proceder a su estudio de un modo no invasivo.