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Gracias al LiDAR, una moderna técnica de escaneo láser que permite elaborar desde el aire un mapa en relieve de cualquier terreno, el pasado mes junio un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) y del Centro de Investigaciones de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes dio con el paradero de una nueva y desconocida ciudad maya en la reserva ecológica Balamkú, en el estado mexicano de Campeche.
Bautizada por sus descubridores como Ocomtún (palabra que en maya yucateco significa "columna de piedra") por los numerosos restos de columnas cilíndricas de piedra dispersos por el antiguo asentamiento, este misterioso enclave maya ha vuelto a a sorprender a los arqueólogos con un nuevo hallazgo: un gran bloque de piedra de 1,82 metros de ancho y 71 centímetros de largo grabado con textos jeroglíficos y escenas en los que podría estar la clave del nombre original con el que los mayas conocían a su ciudad.

Escalinata descubierta por el equipo de arqueólogos liderados por Ivan Sprajc en la ciudad maya de Ocomtún, en el estado mexicano de Campeche.
Escalinata descubierta por el equipo de arqueólogos liderados por Ivan Sprajc en la ciudad maya de Ocomtún, en el estado mexicano de Campeche.
Ivan Sprajc
El Señor de Maatz
El investigador y epigrafista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e integrante de la expedición, Octavio Esparza Olguín, ha explicado que los monumentos esculpidos encontrados por los arqueólogos en Ocomtún, principalmente altares cilíndricos y estelas, son lisos. No obstante, al excavar un pozo de sondeo en la escalinata de un edificio, se comprobó que el bloque central del escalón inferior había sido grabado con escenas y textos jeroglíficos que, desgraciadamente, aparecen incompletos.
Los principales monumentos esculpidos encontrados en Ocomtún, sobre todo altares cilíndricos y estelas, son lisos.

Bloque de piedra utilizado como escalón encontrado durante las recientes excavaciones en Ocomtún.
Bloque de piedra utilizado como escalón encontrado durante las recientes excavaciones en Ocomtún.
Octavio Esparza
En un examen más detallado del texto, Octavio Esparza ha comprobado que en la parte izquierda del monolito de piedra aparece la imagen de un cautivo atado y boca abajo del que solo puede observarse la parte superior del cuerpo debido a la erosión de la piedra. En la parte derecha se muestra la representación zoomorfa de la palabra witz, que en escritura jeroglífica maya significa "montaña mágica".
Ambas imágenes van acompañadas por diversas franjas de cartuchos jeroglíficos. En uno de ellos aparece el logograma ajaw (señor), que alude a un gobernante de la élite maya. En la parte superior pueden observarse dos signos que forman la palabra Maatz, cuya combinación podría significar "Señor de Maatz". ¿Era este, tal vez, el nombre de la ciudad?
Misteriosas ofrendas
"El nombre de este sitio no está documentado, por lo que tuve que investigar su significado en los vocablos mayas", ha señalado Esparza al sugerir que la palabra Maatz podría ser, en realidad, el nombre original de Ocomtún. Este bloque de piedra podría haber formado parte originalmente de un monumento, como una estela o un dintel, y fue reutilizado posteriormente como escalón, situado en un nuevo emplazamiento.
"La práctica de la recolocación de monumentos fue común en el área maya, como en el caso de los que se han encontrado en Chactún, Cobá, Calakmul o Tikal. Escalinatas, de forma específica, pueden mencionarse por ejemplo la de Los Cautivos, en Dzibanché, o la de El Resbalón, en Quintana Roo", ha enumerado el experto.
"La práctica de la recolocación de monumentos fue común en el área maya como los que se han encontrado en Chactún, Cobá, Calakmul o Tikal", enumera Octavio Esparza.

Estrella de ocho puntas encontrada junto al bloque de piedra descubierto en Ocomtún.
Estrella de ocho puntas encontrada junto al bloque de piedra descubierto en Ocomtún.
Octavio Esparza
Esparza cree que en épocas tardías, el desconocimiento de la escritura jeroglífica provocó que muchos de estos elementos iconográficos pasasen a formar parte de espacios comunes o de lugares en los que se iba a practicar algún tipo de ritual.
Esto explicaría el motivo por el cual fue colocado al revés, ya que el bloque se lee en sentido inverso a su posición. Al investigador también le resultó llamativo localizar en el lugar diversas ofrendas, como un hueso tallado en forma de estrella de ocho picos, una punta bifacial de pedernal y diversos fragmentos de cerámica.