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Novae fue un campamento romano construido en el siglo I d.C. como base permanente de la Legio I Italica en el Bajo Danubio y formaba parte de las defensas construidas a lo largo del limes o frontera Moesiae (un conjunto de fortificaciones que se levantaban entre la costa del mar Negro y Panonia, la actual Hungría). Con el tiempo, el asentamiento de Novae fue expandiéndose hasta la provincia romana de Moesiae Inferior (el territorio que abarcaba el norte de Bulgaria y pequeñas localidades del sur de Ucrania). En el año 69 d.C., y temiendo las posibles invasiones de los pueblos dacios que ocupaban la región, se decidió fortificar esta zona de la frontera del Imperio y trasladar allí a la Legio I Italica, una legión que fue creada durante el gobierno de Nerón, en el año 66 d.C.
Novae ha proporcionado numerosos hallazgos a los arqueólogos que allí trabajan desde hace años. Durante la última campaña, tras cinco semanas de excavaciones llevadas a cabo por el equipo del Centro de Investigación de las Antigüedades del Sudeste de Europa de la Universidad de Varsovia, lideradas por Piotr Dyczek, los arqueólogos han sacado a la luz un complejo de barracones militares de madera asociados a la Legio VIII Augusta, la cual estuvo acantonada en la frontera del Danubio en 44 d.C. Los investigadores han determinado que esta estructura desenterrada medía unos 38 metros de ancho por 60 de largo.

Los arqueólogos creen haber encontrado una especie de "frigorífico" en el campamento romano de Novae.
Los arqueólogos creen haber encontrado una especie de "frigorífico" en el campamento romano de Novae.
Krzysztof Narloch
Un "frigorífico" de época romana
Los trabajos de excavación en Novae también han desvelado el pozo más antiguo conocido hasta el momento en aquella zona y que abastecía de agua a los legionarios. También se estableció un sistema de acueductos construidos con tuberías de cerámica y plomo.
A lo largo del trazado de estas conducciones, los arqueólogos han hecho un hallazgo sorprendente, aunque no es la primera vez que en Novae se descubre algo así: un recipiente cerámico que los arqueólogos han identificado como una antigua "nevera", ya que una de las tuberías discurría por la parte más larga de dicho recipiente. "Se trata de un frigorífico antiguo, el segundo que hemos descubierto, pero esta vez con refrigeración adicional. En el interior había fragmentos de vasijas, cuencos y huesos de animales, lo que nos permitirá recrear cuál pudo haber sido la última comida", ha explicado Dyczek.
Los trabajos de excavación también han sacado a la luz el pozo más antiguo conocido hasta el momento en aquella zona, que abastecía de agua a los legionarios.

Algunas de las vasijas descubiertas en Novae, que podrían haber sido utilizadas para servir vino.
Algunas de las vasijas descubiertas en Novae, que podrían haber sido utilizadas para servir vino.
Krzysztof Narloch
Por otra parte, el análisis de un horno de cerámica del siglo IV d.C. ha proporcionado otro fantástico descubrimiento en forma de un grupo de recipientes para vino decorados con un motivos alisados y crestados. El profesor Dyczek subraya que este conjunto de cerámicas podrá datarse con precisión y que su estudio, probablemente, pondrá fin al largo debate acerca de la cronología del lugar, y logrará esclarecer los orígenes de este tipo de recipientes en el Danubio. Entre los artículos descubiertos también destaca un pequeño colgante con la representación de un ratón de plata, cuidadosamente elaborado.

Colgante con forma de ratón descubierto durante las excavaciones llevadas a cabo durante esta temporada en Novae.
Colgante con forma de ratón descubierto durante las excavaciones llevadas a cabo durante esta temporada en Novae.
Krzysztof Narloch