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Durante unas excavaciones llevadas a cabo en la localidad de Sainte-Marie-aux-Chênes, en el noreste de Francia, un equipo de arqueólogos del Institut National de Recherches Archéologiques Préventives (INRAP) ha descubierto una pequeña necrópolis rural datada en la Antigüedad tardía, concretamente en el siglo V d.C., un espacio que debido a la erosión que ha sufrido el terreno a lo largo de los siglos ha acumulado una gran cantidad de sedimentos que han ayudado a su preservación.
La necrópolis se sitúa en los márgenes de la actual población de Sainte-Marie-aux-Chênes, a lo largo de un camino antiguo, y contiene los restos de varias estructuras de cremación, así como varios entierros con un rico ajuar funerario. Los arqueólogos sugieren que lo más probable es que esta necrópolis pueda estar relacionada con los restos de una antigua villa romana descubierta hace más de una década en esta zona, donde posteriormente prosperó una aldea medieval.
Restos de diversas épocas
En 2009, durante un estudio del yacimiento, los arqueólogos descubrieron los restos de la pars rustica (el conjunto de edificios que conforman la zona de producción agrícola) de una villa romana del siglo I d.C., así como los vestigios de una aldea medieval que estuvo habitada hasta el siglo XII. Entre los restos de un granero romano se localizaron tres tumbas de época merovingia (siglos V-VIII d.C.) que contenían los restos de siete personas de la misma familia.
Durante un estudio del yacimiento los arqueólogos descubrieron los restos de la pars rustica de una villa romana del siglo I d.C.

Una de las estructuras de cremación encontradas durante las excavaciones arqueológicas en Sainte-Marie-aux-Chênes.
Foto: S. Viller, Inrap
En 2020 se reanudaron las excavaciones en el yacimiento, que, a diferencia de las anteriores, se centraron en el lado opuesto del valle. Los trabajos sacaron a la luz algunos restos de la Edad del Hierro temprana (hacia 1.200 a.C.), lo que sorprendió a los arqueólogos ya que esto demuestra que el área estuvo ocupada mucho antes de lo que se pensaba, y también documentaron la extensión del asentamiento medieval. Además, también se desenterró un pozo de cremación que data del siglo I d.C. y un depósito secundario que acredita la existencia de un pequeño espacio sepulcral de época galorromana.
Enterramientos lujosos
Los trabajos de excavación en Sainte-Marie-aux-Chênes han sacado a luz diez estructuras de cremación, varios pozos cuadrangulares y diversos nichos redondos que contenían restos óseos carbonizados. En la misma zona se han descubierto diez tumbas de la Antigüedad tardía (200 a.C. -700 d.C.) excavadas en filas paralelas. Cada una de ellas contenía a un solo individuo, y entre los cuerpos se han documentado cuatro niños pequeños y dos mujeres, identificadas por sus adornos (horquillas, collares de perlas).
Si bien no se han encontrado ataúdes ni lechos funerarios, en las tumbas había clavos de hierro y huellas de restos de madera, lo que indicaría que los cuerpos fueron enterrados en o sobre féretros hechos de este material. A todos estos hallazgos hay que añadir un juego de herramientas de herrero y restos de elementos de fragua.
En la misma zona se descubrieron diez tumbas de la Antigüedad tardía (200 a.C.-700 d.C.) excavadas en filas paralelas.

Restos funerarios de uno de los cuerpos encontrados en la necrópolis de Sainte-Marie-aux-Chênes.
Foto: S. Viller, Inrap
La mayoría de individuos fueron enterrados con un completo ajuar funerario. Junto a las cabezas de los difuntos y a sus pies se colocaron vasijas de cerámica hechas de arcilla local en cuyo interior se cree que se depositaron ofrendas de alimentos que no se han conservado. Los arqueólogos también han hallado diversos objetos de cristal de gran calidad: tazas, botellas, frascos, copas, cuencos y platos colocados junto a los cuerpos, que habían sido adornados con joyas hechas con una aleación de cobre, cuentas fabricadas con pasta de vidrio, ámbar y alfileres.

Plato de cristal perteneciente a un ajuar funerario.
Foto: L. Mocci, Inrap
En el interior de algunas de las tumbas también había monedas, algunas guardadas en bolsas hechas con material orgánico, y, por último, aunque no menos importante, se descubrieron dos peines fabricados con hueso y un hacha en miniatura que se depositó junto a la cabeza de un niño. Los elementos recuperados en la excavación aún se hallan en proceso de estudio, y los arqueólogos esperan poder conocer muy pronto el sexo, la edad y las posibles patologías de los individuos enterrados en Sainte-Marie-aux-Chênes.
La necrópolis seguirá siendo estudiada con el objeto de descubrir más sobre su organización y uso, así como sobre las prácticas funerarias llevadas a cabo por la población que vivió y murió en aquella región hace siglos.