Evolución humana

Descubren las evidencias más tempranas de Homo sapiens en la Península Arábiga

La migración de la especie humana hacia Eurasia desde África es uno de los pasos más importantes y de los que menos registros se guardan de la evolución de nuestra especie. Un nuevo estudio muestra que, hace 120.000 años, la Península Arábiga fue un lugar de paso transitado tanto por humanos como animales en su camino hacia el norte.

Huella humana en el desierto de Nefud de hace 120.000 años.

Huella humana en el desierto de Nefud de hace 120.000 años.

Foto: Mathew Stewart.

La península arábiga no siempre fue el lugar árido que es en la actualidad, sino que en el Pleistoceno tardío fue un lugar de paso para muchas especies de mamíferos entre los que se encontraba la especie humana, Homo sapiens. Esa conclusión, derivada del análisis de cientos de huellas encontradas en el lecho del antiguo lago de Alathar en el desierto de Nefud (Arabia Saudí), no solo arroja un rayo de luz sobre el papel de esta península durante las migraciones del último periodo interglacial, sino que también muestran que esta zona fue en la época un lugar donde proliferaba la vegetación y que se convirtió en un lugar de paso para muchas de las especies de mamíferos que viajaban hacia Eurasia.

Gracias a un estudio elaborado por investigadores del Max Planck Insitute for Chemical Ecology, el Max Planck Institute for the Science of Human History y la Universidad Royal Holloway de Londres y publicado en la revista Science Advances, los datos recogidos han permitido llegar a tales conclusiones, que confirman el papel de Arabia como un lugar clave en el tránsito migratorio desde África hacia nuevas latitudes. Los investigadores estudiaron una serie de huellas y fósiles encontradas en el ya mencionado desierto de Nefud, un lugar árido en la actualidad que hace 120.000 años fue una zona verde que contó con una fuente permanente de agua, el lago Alathar.

Arabia fue un lugar clave en el tránsito migratorio desde África hacia Eurasia tanto para humanos como animales.

Los resultados del estudio no solo muestran que las migraciones tanto humanas como de fauna se realizaron en el mismo periodo, sino que también suponen las evidencias más tempranas de Homo sapiens en Arabia. La baja resolución obtenida hasta el momento en datos ambientales y ecológicos hacía que existiese una falta de resultados concluyentes que situasen a nuestra especie en la península durante esa época, a pesar de que se conoce que las migraciones comenzaron durante este periodo siendo Arabia un lugar de paso hacia el norte desde África.

A partir del estudio de un cientos de huellas encontradas se cree firmemente que los individuos que pasaron por allí lo hicieron en un periodo muy corto de tiempo: por su forma, su localización y otros factores tafonómicos, las huellas se dejaron tras pasar por el lugar en una ventana que comprende unas horas o, como mucho, días. "Nos dimos cuenta inmediatamente del potencial de estos descubrimientos" asegura Mathew Stewart, uno de los investigadores que lideran el estudio. "Las huellas son una pruebas fósiles únicas, pues nos dan información sobre el tiempo en el que fueron realizadas, típicamente suelen ser unas horas o unos días, y esto es una resolución que otros tipos de pruebas fósiles no nos dan" añade Stewart.

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Una nueva manera de entender Arabia

Además de las huellas humanas, también se encontraron evidencias de la presencia de animales como elefantes, hipopótamos, camellos o caballos. El hecho de que grandes especies como los elefantes se localizase allí es particularmente sorprendente, pues se cree que las últimas comunidades locales de elefantes que poblaron el Levante se extinguieron hace 400.000 años.

Michael Petraglia, investigador del Max Planck Institute con más de una década de experiencia liderando investigaciones en la zona, lo cuenta así: "la presencia de animales de gran tamaño como elefantes o hipopótamos en esta zona, juntos y con grandes extensiones de pasto y zonas de agua, pudo hacer de esta zona del norte de Arabia un lugar particularmente atractivo para los humanos en su camino desde África hacia Eurasia".

Modelo de elevación digital que muestra las huellas humanas estudiadas en el desierto de Nefud.

Modelo de elevación digital que muestra las huellas humanas estudiadas en el desierto de Nefud.

Foto: Klint Janulis / University of Oxford.

El lago como lugar de paso

La gran concentración de huellas, tanto animales como humanas, así como las evidencias de sedimentos del antiguo lago, sugieren que las especies se congregaron alrededor del agua durante los periodos de sequía. Por otro lado, la ausencia de herramientas y esqueletos animales refuerza la tesis de que el lago Alathar era un lugar de paso y no el hogar de todas estas especies.

Tradicionalmente, las duras condiciones de la península arábiga han hecho de ella un lugar árido e inhóspito para la vida, por lo que buena parte de los estudios acerca de la evolución humana se han centrado en otras localizaciones (siendo África y Europa los lugares más analizados). Sin embargo, Arabia es ese eslabón perdido que conecta ambos territorios por lo que, teniendo en cuenta las consecuencias del último periodo interglaciar, fue un camino muy transitado por las especies en sus migraciones.

"Durante ciertos periodos de tiempo, los desiertos que hoy dominan el interior de la península eran grandes campos de pasto con lagos y ríos permanentes. Fue durante esos periodos de mejora climática cuando los humanos y el resto de especies se dispersaron hacia el interior, como muestran los restos fósiles y arqueológicos" cuenta Richard Clark-Wilson, de la Universidad Royal Holloway.

Como se puede observar, el planeta Tierra ha sido hogar de grandes transformaciones que han modificado su orografía y han cambiado el modo de vida de sus habitantes. Evidencias como esta muestran que hasta los lugares más inhóspitos en la actualidad, en algún momento de la historia tuvieron una cara muy distinta como demuestra la ciencia.

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