Tragedia en la antigua Roma

Descubren el motivo de la desaparición de los habitantes de Herculano

Un estudio realizado por un equipo de investigadores italianos ha revelado que las elevadísimas temperaturas provocadas por los sucesivos flujos piroclásticos arrojados por la erupción del monte Vesubio en el año 79 d.C. superaron los 550 grados centígrados, incinerando y vaporizando los cuerpos de las víctimas de Herculano, al contrario de lo que sucedió en Pompeya, cuyos habitantes quedaron sepultados bajo un espeso manto de cenizas.

Vista panorámica de la ciudad de Herculano, destruida por la erupción del Vesubio en 79 d.C.

Vista panorámica de la ciudad de Herculano, destruida por la erupción del Vesubio en 79 d.C.

Vista panorámica de la ciudad de Herculano, destruida por la erupción del Vesubio en 79 d.C.

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El escritor italiano Luigi Settembrini hablaba en su Lettera ai pompeiani de 1863 de la técnica del calco desarrollada poco antes por Giuseppe Fiorelli, arqueólogo y numismático italiano. "Vuelvo ahora de Pompeya y me siento melancólico por culpa de un triste espectáculo. Es imposible ver aquellas tres figuras deformadas y no conmoverse. Hace 18 siglos que murieron, pero son criaturas humanas agonizando. Eso no es arte, no es imitación; son sus huesos, las reliquias de su carne y de sus ropas mezcladas con yeso". Esto decía de las víctimas pompeyanas de la erupción del monte Vesubio del año 79, cuyos últimos momentos pudieron ser recuperados por este método. Aunque no solo Pompeya resultó destruida. También lo fueron otras ciudades de la bahía de Nápoles, como Herculano. Pero los cuerpos de la mayoría de sus habitantes no han podido localizarse. ¿Qué fue de ellos?

Sabemos que Herculano fue arrasada y sepultada por una veintena de metros de ceniza, aunque los investigadores no han podido identificar los últimos instantes en la vida de sus habitantes con el mismo grado de precisión que en Pompeya. De hecho, las excavaciones llevadas a cabo en las viviendas de la ciudad no han revelado mucho acerca de las víctimas humanas. Solo en los fornicis (almacenes portuarios construidos frente a la playa) apareció un testimonio contundente de la magnitud de la catástrofe acaecida en el año 79: allí se hallaron más de 300 esqueletos de los desdichados habitantes de Herculano, que habían tratado de salvar su vida esperando en vano un barco que los rescatase de aquel horror.

Imagen del cono volcánico del monte Vesubio en la actualidad.

Imagen del cono volcánico del monte Vesubio en la actualidad.

Imagen del cono volcánico del monte Vesubio en la actualidad.

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Incinerados por el calor

El misterio de la desaparición de los habitantes de Herculano ha desconcertado desde hace tiempo a los arqueólogos. Con el objetivo de arrojar nueva luz sobre este tema, un equipo de geólogos y antropólogos italianos, liderado por Guido Giordano, de la Universidad de Roma Tre, y Pier Paolo Petrone, de la Universidad Federico II de Nápoles, acaba de publicar un estudio en la revista Scientific Reports que pretende aclarar este enigma mediante métodos científicos. Para ello analizaron los restos de madera carbonizada recuperados en cinco zonas del yacimiento, y los resultados han revelado que el primer flujo piroclástico que asoló la ciudad instantes después de la erupción del Vesubio pudo haber alcanzado los 550 grados centígrados, incinerando y vaporizando a la población de la ciudad que intentaba escapar de forma inmediata.

Un equipo de geólogos y antropólogos ha intentado aclarar mediante métodos científicos el misterio de la desaparición de los habitantes de Herculano.

Mapa que muestra la erupción del Vesubio y la reconstrucción del desarrollo de los flujos piroclásticos.

Mapa que muestra la erupción del Vesubio y la reconstrucción del desarrollo de los flujos piroclásticos.

Mapa que muestra la erupción del Vesubio y la reconstrucción del desarrollo de los flujos piroclásticos.

Pensa, A. et al.

Pero no es esta la primera vez que se indaga sobre el destino de los habitantes de Herculano. En 2020, un equipo de investigadores dirigido por el antropólogo Pier Paolo Petrone, del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad Federico II de Nápoles, dio a conocer un sorprendente hallazgo: el cerebro vitrificado de quien supusieron que había sido un guardián del colegio de los sacerdotes augustales de la ciudad. La investigación reveló que aquel individuo fue fulminado y la grasa coroporal, así como sus tejidos blandos, se quemaron de forma instantánea. La investigación mostró asimismo que su cráneo explotó y la materia cerebral se vitrificó a causa de las elevadas temperaturas.

Para saber más

Los arqueólogos encontraron fragmentos vidriosos negros que, tras analizarlos, comprobaron que estaban compuestos por ácidos grasos, triglicéridos y cabellos humanos.

Hallan restos de un cerebro vitrificado en la erupción del Vesubio

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Ahogados por la ceniza

El equipo de investigadores ha conseguido reconstruir con gran precisión la situación de la ciudad tras el brutal aumento de la temperatura causado por la erupción. Según el estudio, el primer flujo piroclástico (una nube de gases volcánicos calientes que viajan muchísimo más rápido que la lava) acabó con la vida de todo aquel que huía hacía el puerto. Cuando la nube alcanzó las aguas del mar Tirreno, esta redujo su temperatura lo que favoreció que quienes se habían refugiado en los fornici quedasen cubiertos por esta ceniza, que preservó sus restos orgánicos.

El equipo de investigadores ha conseguido reconstruir con gran precisión la situación de la ciudad tras el brutal aumento de la temperatura.

Esqueletos encontrados durante las excavaciones del puerto de Herculano.

Esqueletos encontrados durante las excavaciones del puerto de Herculano.

Esqueletos encontrados durante las excavaciones del puerto de Herculano.

Bruno Rijsman (CC BY SA 2 0)

Pero a este flujo piroclástico le siguieron otros. Los análisis llevados a cabo en los restos de madera han revelado que la ciudad fue golpeada por sucesivos flujos piroclásticos, aunque con temperaturas relativamente más bajas, entre 465 y 315 grados centígrados (lo que podría haber sido la causa de la vitrificación del tejido cerebral del guardián del colegio de los sacerdotes augustales, evitando de esta manera su total vaporización). Los flujos piroclásticos que se abatieron sobre Herculano enterraron progresivamente la ciudad bajo un manto de cenizas y otros depósitos volcánicos de hasta unos 20 metros de espesor.

La conclusión del estudio es que los cuerpos de los habitantes de Herculano quedaron desintegrados, excepto los de quienes se ocultaron en el puerto, que quedaron sepultados, como los de Pompeya, por el enorme manto de cenizas expulsadas por la erupción. Así, a diferencia de los cuerpos de los pompeyanos, que se conservaron bajo el manto de cenizas y pudieron recuperarse en forma de moldes de yeso, los cuerpos de la mayoría de habitantes de Herculano se evaporaron precisamente debido al flujo piroclástico incandescente, que destruyó, sin dejar rastro, los tejidos blandos del organismo.