Neandertales en Cataluña

Descubierto un campamento de caza neandertal de hace 60.000 años

Durante el mes de agosto los arqueólogos han estado excavando el yacimiento de Abric Romaní, en el municipio de Capellades (Barcelona), confirmando que el nivel R se trataba de un campamento estacional desde el que los neandertales cazaban ciervos y conejos en otoño e invierno.

La campaña se inició el 5 de agosto y terminó el 25, con colaboradores de la Universidad Complutense de Madrid y la Università de la Sapienza de Roma.

Foto: IPHES

Descubierta en 1909 la cueva catalana del Abric Romaní ha sido excavada ininterrumpidamente durante los últimos 39 años, tiempo en el cual se han encontrado importantes restos neandertales. Pese a las restricciones asociadas con el Covid-19 el equipo investigador ha seguido trabajando en el lugar, aunque con solo 20 especialistas.

Bajo la dirección del paleontólogo Eudald Carbonell los arqueólogos de la Universidad Rovira y Virgili y los especialistas del IPHES-CERCA (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) han continuado con las excavaciones del nivel R, en el que se ya se habían encontrado cráneos de ciervo y utensilios de piedra durante la temporada pasada.

Este collar de conchas perforadas del Neolítico fue hallado en el nivel más superficial del yacimiento.

Foto: Wikimedia Commons

Cazadores nómadas

Los primeros resultados corroboraron la hipótesis inicial de los investigadores de que se trataba de un campamento de caza, pues aparte de nuevos huesos de ciervo aparecieron numerosos restos de conejo, junto con herramientas de asociadas a su despiece como cuchillos de sílex denticulados. En casi todas las ocasiones los huesos se encontraron partidos intencionadamente para comerse su tuétano, que fue una importante fuente de nutrientes y proteínas a lo largo de toda la prehistoria.

Punta denticulada hallada en el nivel R.

Foto: IPHES

Otro hallazgo habitual en el Abric Romaní son los negativos de fragmentos de madera. Las aguas de la zona son ricas en carbonato cálcico, que cubrió estas piezas formando una película a su alrededor que se ha conservado tras pudrirse la madera. Además la campaña también ha descubierto las cenizas de 15 hogares repartidos por los 300 metros cuadrados del yacimiento.

Astas de ciervo y fragmentos de un cráneo.

Foto: IPHES

El hecho de que los cráneos de los ciervos mostraran una cornamenta crecida al máximo y a punto de mudar les ha permitido acotar el período de ocupación de a otoño e invierno, tratándose así el Abric Romaní de un hábitat temporal que usaban para matar a los animales antes de mudarse en busca de nuevas fuentes de alimento.

Nuevas tecnologías

El Abric Romaní es también pionero a la hora de incorporar los últimos avances en la investigación. Los excepcionales negativos de madera han atraído una considerable atención y el equipo ha decidido intentar reconstruirlos con la colaboración de la especialista en fotografía del IPHES-CERCA María Guillén.

Negativos de madera en una capa de carbonato cálcico.

Foto: Wikimedia Commons

Así los fragmentos se han retratado con fotogrametría, elaborándose un mapa 3D de cada pieza que permitirá reproducir su forma original, a fin de determinar si se trata de artefactos o de simples trozos de madera.

En palabras de la codirectora de la excavación Palmira Saladié: "El uso de estas técnicas nos nos permitirá a la vez reducir el gasto en la restauración y conservación de los restos y de su almacenamiento. Pero sobre todo nos facilitará llevar a cabo el estudio de forma mucho más inmediata, para contrastar si entre estos elementos se halla alguna herramienta elaborada por los neandertales”.

Se calcula que el yacimiento tiene 51 metros de profundidad, lo que significa que su excavación puede alargase hasta el siglo que viene.

Foto: Wikimedia Commons

Un futuro prometedor

Pese a que en esta campaña no se han encontrado nuevos restos de homínidos, los numerosos huesos y utensilios descubiertos permitirán a los investigadores comprender mejor la sociedad y los patrones migratorios de los neandertales en un momento de la prehistoria marcado por el frío extremo.

Las excavaciones continuarán el verano que viene, cuando se cumplirán cuarenta años del inicio de las excavaciones. Para celebrarlo el equipo tiene la intención de empezar a trabajar en el nivel S, lee 62.000 años de antigüedad.

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