Descubierta la tumba privada de Khonsu, un escriba real

La tumba de época ramésida probablemente fue profanada hace siglos, pero aún conserva sus pinturas murales polícromas y unos frisos que mencionan al propietario de la misma

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Foto: Institute of Egyptology, Waseda University

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Hallazgo fortuito

Un agujero hallado durante unas labores de limpieza ha permitido descubrir la tumba privada de Khonsu, un escriba real cuya identidad se desconocía.

Foto: Institute of Egyptology, Waseda University

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Khonsu y su mujer

Khonsu y su mujer aparecen venerando a los dioses Osiris e Isis en un quiosco egipcio.

Foto: Institute of Egyptology, Waseda University

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Cuatro babuinos

Cuatro babuinos veneran la barca solar de Atum-Ra.

Mapa: Google

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Mapa de Luxor

El hallazgo se ha producido en la necrópolis tebana, en Luxor, a orillas del río Nilo. 

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La tumba privada de Khonsu, un escriba real desconocido hasta ahora, ha aparecido en la necrópolis tebana, en Luxor, Egipto, según informa Jiro Kondo, el director de las excavaciones, de la Universidad Waseda. La misión arqueológica japonesa realizó el hallazgo durante unas labores de limpieza al este del patio de la tumba de Userhat, un funcionario de alto rango y confidente del faraón Amenofis II. Los arqueólogos se han topado con un agujero excavado en la roca madre que conectaba con la tumba de Khonsu, construida en forma de "T" y cuya entrada principal se encuentra cubierta de escombros.

La tumba de Khonsu mide unos 4,6 metros de largo y la parte transversal unos 5,5 metros de ancho. El interior está magníficamente decorado con pinturas murales y frisos que han sido fechados en el período ramésida, hace unos 3.000 años. La decoración interior desarrolla diferentes temáticas: cuatro babuinos veneran la barca solar de Atum-Ra y unos jeroglíficos adyacentes mencionan a Khonsu como "el verdadero y reconocido escriba"; Khonsu y su mujer aparecen en otra imagen venerando a los dioses Osiris e Isis en un quiosco egipcio y detrás hay dos deidades con cabeza de carnero, probablemente Jnum o Jnum-Ra; las figuras sedentes de Osiris e Isis también aparecen en otro muro, junto a la representación de los seguidores del propietario de la tumba. Las decoraciones del techo se encuentran en mejor estado que las decoraciones de los muros y, según explica Kondo, tras los escombros se ocultan otras imágenes.