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Una tumba de un gobernante maya, fechada provisionalmente en el 300-350 d.C., ha sido excavada este verano en el sitio arqueológico El Perú-Waka, en el departamento de Petén y a unos 75 kilómetros al oeste del célebre yacimiento arqueológico de Tikal, en Guatemala, según informó la semana pasada la Universidad Washington en San Luis. El denominado Entierro 80, excavado por un equipo arqueológico guatemalteco y norteamericano, constituye hasta la fecha la tumba real maya más antigua del sitio arqueológico; las tumbas descubiertas previamente datan de los siglos V, VI y VII d.C. La nueva tumba ha sido fechada a comienzos de la dinastía Wak o Ciempiés, que según unos cálculos se creó en el siglo II d.C.
Los restos óseos del Entierro 80 son de un hombre adulto y, aunque no han aparecido inscripciones sobre el gobernante, posiblemente correspondan al rey Te’ Chan Ahk, quien gobernó a comienzos del siglo IV d.C., según los investigadores del Proyecto Arqueológico El Perú-Waka. Juan Carlos Pérez Calderón, el codirector del proyecto arqueológico, ha supervisado las excavaciones sistemáticas a través de un túnel que corre por debajo del palacio de la acrópolis hasta una pequeña cripta tallada en una caverna natural, donde yacían los restos del gobernante maya junto a una máscara de jade que imitaba su rostro y que lo debió de cubrir. La máscara fue impregnada de rojo con cinabrio y su frente protuberante recuerda al dios maya del maíz. Entre las ofrendas halladas en la tumba hay 22 recipientes cerámicos, conchas de Spondylus, ornamentos de jade y una concha a modo de colgante tallada con forma de cocodrilo.