Nos vamos al desierto del Néguev, Israel… a sumergirnos en el silencio del árido paisaje, a menudo interrumpido por el sonido de este pequeño pájaro…
En un rato descubriremos la compañía que hace este animal a los arqueólogos cuando se encuentran excavando en Nahal Efe, el yacimiento que visitaremos en este capítulo.
Nos situamos en el Neolítico para conocer las comunidades de cazadores recolectores que residieron en el norte del Néguev. Los resultados hallados por un equipo de investigadores hispano-israelí está permitiendo reinterpretar el modo de vida de estas comunidades.
Al norte de esta región se encontraban grupos sedentarios que vivían de la agricultura. Bien, el equipo ha encontrado evidencias de interacción social, de intercambio y de flujo de conocimientos entre estas poblaciones agrícolas al norte y los grupos de cazadores recolectores del sur.
¿Qué intercambiaban? ¿Cómo afectó está interacción? Ya os adelantamos que entre la tecnología intercambiada destaca el uso del mortero de cal con el que pavimentaban y enlucían los suelos. Todo esto hace más de 10.000 años.
Bienvenidos a un nuevo capítulo de “Desenterrando el pasado”.
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TRANSCRIPCIÓN DEL PODCAST
El yacimiento en el que hoy nos centramos nos lleva a Oriente, a una zona conocida cómo el Creciente Fértil. Se trata de una región histórica que comprende los territorios del Levante Mediterráneo, Mesopotamia y Persia.
Nos quedamos en Israel, en una zona comprendida por la región montañosa de Judea, el desierto del Néguev y el valle inferior del río Jordán.
En este enclave es dónde se encuentra el yacimiento de Nahal Efe, en el que trabajan conjuntamente un equipo español capitaneado por Ferran Borrel, del CSIC, junto con un equipo Israelí, dirigido por Jacob Vardi de la Israel Antiquities Authority.
El proyecto empezó en 2015 y está financiado, desde 2016, por la Fundación Palarq. El director español, Ferran, conocía previamente esta zona, pero en 2014 fue invitado, por Jacob, a visitar Nahal Efe y al observar abundantes restos en superficie decidieron iniciar este proyecto.
Nahal Efe se encuentra a 11 kilómetros al este de la ciudad de Dimona.
“Esto es el límite norte del Néguev.. por arriba el norte tienes las Judean Hills… y aquí empieza esta transición hacia zonas más semiáridas y áridas… es una zona con un desarrollo cultural muy distinto de lo que serían las zonas al norte, donde se encontraban las poblaciones agrícolas, que son zonas más húmedas, de clima mediterráneo y que por lo tanto permiten la agricultura”.
Hablamos con otro arqueólogo del equipo español, Oriol López quien se incorporó un poco más tarde al proyecto, en 2020. Él es especialista en arqueobotánica, concretamente, en análisis de madera. Nos ayuda a imaginarnos el paisaje.
“Es una zona completamente desértica, colores marrones, camellos y algún que otro arbusto aquí y allá.. pero no es un desierto de dunas, de arena sino que para que los oyentes se puedan hacer una idea lo podríamos comparar con una zona como los Monegros. Un poco de colinas, todo muy pelado, muy poca vegetación… pero no son dunas de arena”.
El yacimiento no es de fácil acceso, de hecho para llegar hay que ir en 4x4, ya que se encuentra en un lugar muy remoto…
“Nosotros en nuestro día a día es raro que pase alguien por allí… si pasa, pasa algún beduino con un camello o con un quad.. pero muy esporádicamente. Mientras trabajamos estamos el equipo allí únicamente, no hay caminos o carreteras que lleguen hasta el yacimiento”.
Pero el silencio con el que normalmente trabajan se ve interrumpido, algunas veces, por los animales que pasan a su lado… animales como camellos, cabras salvajes, aves rapaces... Pero, sobre todo esta es la banda sonora diaria en el yacimiento…
“Siempre hay una pareja de estos pájaros que desde hace años tienen el nido en la zona rocosa delante del yacimiento. Y hacen un grito muy particular que dices mira, ya han llegado. Se pasan el día fuera y vuelven a la tarde… Este es un sonido que puede caracterizar nuestro trabajo en el Néguev”.
El yacimiento data de hace aproximadamente 10.000 años. Ambos investigadores coinciden en resaltar la excepcional conservación del yacimiento. Pero, a pesar de esta buena noticia, que favorece su trabajo, lamentan los episodios de expolio que a menudo han sufrido
“Hay creencias populares de que en los yacimientos arqueológicos puede haber algo de los otomanos, etc. Entonces hemos tenido varios problemas de que evidentemente cuando no estamos se llevan a cabo excavaciones clandestinas y conlleva destrucción del yacimiento y en las zonas en las que hemos trabajado. Con lo cual es difícil de gestionar en varios sentidos”.
Oriol cree que hay que hacer un trabajo de concienciación sobre el valor de estos restos arqueológicos a la población.
“Lo único que hay que hacer es enseñar a la población local que no hay nada que pueda ser de valor para ellos, que lo que hay allí es de valor para los arqueólogos y la sociedad y que es muy importante en arqueología el contexto y que eso no tiene ningún tipo de valor”.
Cuentan los investigadores que existe la creencia de que en los yacimientos hay tesoros ocultos. Para ellos, estos actos “vandálicos” perjudican gravemente su trabajo, porque destruyen el contexto. Por lo tanto, destruyen elementos clave para el estudio de las sociedades del pasado.
En fin, ¡vamos a por el proyecto!
El trabajo en Nahal Efe tiene como objetivo principal conocer los grupos, las comunidades que, en el marco del desarrollo del Neolítico, se situaron (cómo ya hemos comentado) en el Mediterráneo Oriental. Pero concretamente, se centra en el estudio de aquellas comunidades que no adoptaron la agricultura como forma de subsistencia, es decir, que eran cazadores-recolectores y que basaban su subsistencia en la caza de la gacela.
“Este proyecto se centra en aquellos grupos que viven al margen de la agricultura y que coexisten con poblaciones que han adoptado la agricultura y la ganadería pero hay otros grupos, normalmente en las zonas áridas, que por razones obvias no adoptan la agricultura y quedan al margen de este proceso de transformación fundamental”.
Es decir, estudian la contraposición de dos realidades económicas y culturales bien distintas, pero que a la vez son coetáneas.
Pero, ¿Por qué unas comunidades se basan en la agricultura y otras en la caza y la recolección?
Bien, lo más probable es que el clima fuese un condicionante muy importante para explicar porque no se practicaba la agricultura.
Pero, lo que sí saben con mucha más certeza, y es objeto de estudio para los investigadores es que hubo interacción social, intercambios y flujo de conocimiento entre las poblaciones sedentarias agrícolas y el grupo seminómada de cazadores recolectores.
“En el caso de Nahal Efe dado la cercanía del norte del Neguev con estas zonas húmedas si que vemos elementos que no son típicamente de cazadores recolectores sino que son evidencias de transfers tecnológicos de intercambio de ideas de conocimiento de esta interacción social con las poblaciones agrícolas. Pero es verdad que en algunas zonas de transición son zonas de transición climática pero también cultural”.
Y, ¿Cómo se demostraría este intercambio?
Por ejemplo, con el uso de tecnologías, y aquí hay que mencionar el uso del mortero de cal.
Esta tecnología servía para pavimentar y enlucir los suelos y era practicada por los agricultores.
Nos cuentan los investigadores que de las 7 casas que han excavado en el yacimiento de Nahal Efe, en 4 han encontrado mortero de cal. Esto demostraría que se producía intercambio de tecnología del norte al sur.
¿Qué necesitas para producirlo?
“Para producir mortero de cal necesitas dos elementos, dos materias, que son muy escasas en las zonas áridas… Para quemar la piedra, no hay problema, necesitas piedra, agua y combustible para quemarla.. y luego para hacer el plaster, la argamasa, necesitas agua estos elementos son escasos en esa zonas, en el desierto hay poca agua. Pero en Nahal Efe usaban esta tecnología, por lo tanto, tenían combustible suficiente y agua suficiente para invertirlo en esto”.
La aplicación de este mortero en los suelos se explicaría por el hecho de que es más fácil de limpiar, para darle más durabilidad a la estructura de la casa, o también, ejercería una función estética, ya que han encontrado algunos con colorante.
Los resultados que está aportando este equipo de arqueólogos es totalmente novedoso y obliga a reformular algunos aspectos del modelo vigente para el Neolítico de la región del Néguev y del Sinaí.
Para empezar cuestionan los asentamientos de los grupos cazadores recolectores. Se han dado cuenta de que el tamaño de estos es significativamente mayor del que se pensaba y que en algunos casos se podría tratar de poblados permanentes o semipermanentes y no, de asentamientos de corta duración o estacional.
Lo demostrarían las construcciones complejas dónde residían, estructuras rígidas dónde se resguardaban. Hablamos de casas con paredes de piedra que llegan hasta metro y medio, y de espacios con un radio de hasta 5 metros.
“No son cuatro palos y dos pieles son unas construcciones muy bien hechas, aterrazadas, se han construido las terrazas, se han enlucido los suelos… para ser unas sociedades cazadores recolectores son verdaderamente complejas y con mucha inversión de trabajo para estarse en el medio del desierto”.
Otro de los hallazgos más interesantes de este proyecto y que demostraría esta voluntad por parte de las comunidades de construir casas con sólidas estructuras, es el hallazgo de un techo construido con maderas de grandes dimensiones.
Los investigadores encontraron, en un buen estado de conservación, los restos de un tejado que se quemó y quedó depositado encima del suelo hecho de mortero de cal.
Al estudiar estas maderas, se percataron de que era madera de roble.
“El roble, por estudios polínicos que hemos hecho, hemos visto que no es una especie habitual en la zona, esto quiere decir que hay un proceso de obtención que es algo más que ir al lado y coger un tronco. Hay un proceso que empieza con la identificación de las especias por saber dónde se encuentra esta especie, para cortar el tronco e incluso transportarlo. Y no estamos hablando de una distancia de 500 metros, estamos hablando de distancias kilométricas en este sentido”
En esta zona árida no existe materia vegetal de grandes dimensiones por lo tanto, los investigadores se preguntan, ¿de donde procedía la madera? Pues bien, otro elemento que demostraría este intercambio entre cazadores - recolectores y agricultores.
La comunidad neolítica asentada en Nahal Efe fabricó herramientas líticas con sílex, una materia prima muy abundante en los alrededores del yacimiento.
Las hojas de hoz encontradas son una de las herramientas que llaman más la atención al equipo que analizará los restos vegetales incrustados en estas.
“Son unas láminas de piedra que presentan en uno de sus filos el lustre característico de haber cortado materia vegetal. Normalmente, y de manera muy automática, el lustre se asocia al procesado de cereal, pero estamos en zona desértica. ¿Qué cereal estarían cortando esta comunidad de Nahal Efe? Esta gente está procesando algún tipo de vegetal”.
Los investigadores han hallado evidencias del uso y procesado de plantas con molinos de piedra y hojas de hoz. Esto demostraría que el uso de las plantas en el yacimiento no solo estaba destinado a la construcción, sino también para su alimentación.
Como nos pasa con muchas profesiones, la arqueología también la idealizamos… y nos imaginamos a un apasionado arqueólogo vestido de Indiana Jones encontrando tesoros perdidos.
Pero, hay que saber que este es un trabajo arduo, hay que echar horas y horas excavando o pateando el yacimiento y, cómo no, hay presión por obtener resultados.
Cuando el equipo descubrió el techo de madera que antes hemos contado, quedaban muy pocos días para terminar la campaña y tuvieron que darse prisa, trabajar a contrarreloj. Así que la presión era evidente. Nos lo cuenta Oriol…
“Hay presión, porque ves que el tiempo apremia y tú quieres hacer el trabajo lo mejor que se pueda y todos los compañeros están allí para ayudar y hacerlo lo mejor posible pero no todo el mundo está preparado para excavar este tipo de cosas. Y a veces hay cosas que hay que hacer con más cuidado o hay que ir controlando el equipo… Y si sí, evidentemente hay presión y los últimos días a veces te quedas sin comer y no levantas la cabeza hasta que no termines”.
Los oyentes habituales de este podcast ya sabéis que nos gusta preguntar a los profesionales en qué momento decidieron dedicarse a esta (apasionante) profesión que es la arqueología.
Para empezar Ferran no sabía ni tan siquiera que se podía dedicar a esto..
“Cuando empecé la universidad no sabía que se pudiera ejercer y vivir de la arqueología. No tienes conciencia que es una profesión a la que te puedas dedicar. Pero si que es verdad que en las universidades gracias al trabajo de campo que puedes llevar a cabo en los proyecto que están desarrollando los profesores mientras están en la universidad, esto realmente te da a conocer la propia profesión de arqueólogo. Tuve la oportunidad de formarme y trabajar en el Próximo Oriente… con el equipo de Miquel Molist, que desarrolló proyecto en Siria durante más de 20 años”.
Así que casualmente encontró su profesión. Tiene una larga trayectoria profesional que le ha llevado a trabajar durante mucho tiempo en Oriente Próximo, lugar donde ha vivido grandes momentos, nos cuenta uno de ellos.
“Como curiosidad yo hice los 20 años, mientras después de mi primera excavación como estudiante en Tell Halula nos quedamos unos días más para visitar el país y nos quedamos en Mari?
Alquilamos una camioneta y pues coincidió que el día que estamos de visita en Mari… era mi cumpleaños y los colegas con los que viajaba me hicieron un pastel… muy rudimentario y me quedo esto de poder cumplir años en mi primera excavación en Próximo Oriente después de una excavación en un viaje para conocer un poco ese país”.
A Oriol le pasó un poco lo mismo, descubrió la arqueología por casualidad y se enganchó. Se apuntó a estudiar Historia.
En primero de historia descubrí la prehistoria de una forma muy distinta a lo que me habían explicado en el instituto y fue un choque total. Y ya me acuerdo que desde primero a mí la prehistoria me interesaba. Y ya cuando puedes empezar a seleccionar asignaturas en segunda empecé a coger asignaturas de prehistoria y de arqueología y a la que me enteré que se podía ir de voluntario a las excavaciones… los primeros años de carrera vamos llegaba junio yo me iba de casa y no volvía hasta septiembre… iba encadenando excavación con excavación… por conocer diferentes contextos, diferente gente… porque no vamos a negarlo en las excavaciones cuando eres joven te lo pasas muy bien, y por la emoción de la arqueología, la emoción de descubrir cosas constantemente.
Estos dos arqueólogos, junto a su equipo y al de investigadores israelíes, seguirán excavando en Nahal Efe en busca de evidencias que les permitan conocer más detalles de cómo eran las comunidades que allí residieron hace al menos 10.000 años. Cómo antes hemos comentado, los resultados hallados hasta el momento les hacen reinterpretar de manera más compleja y rica el proceso de neolitización en el Mediterráneo Oriental.
Así que… cómo siempre decimos, a fin de cuentas, conocer nuestro pasado es conocernos mejor en el presente.