El precio del arte

¿Cuánto vale el arte? Las obras más caras y la historia detrás de ellas

El 27 de junio fue una fecha histórica en el mundo de las subastas de arte: una pintura de Gustav Klimt, Dama con abanico, fue adjudicada por 86 millones en Londres estableciendo un nuevo récord para una subasta de arte en Europa. En el mundo de las subastas de arte, el precio depende de la calidad artística "objetiva" (si es que existe ese concepto) de la obra, pero también de modas o de la campaña publicitaria que la casa de subastas –que se lleva un porcentaje de la venta– pueda haber hecho para promocionar la obra y asegurar una suculenta comisión.

Otras veces hay obras cuya "biografía" eleva su valor, porque han sido expoliadas, se han intentado destruir, estuvieron perdidas... Las obras de arte más caras de la historia no solo lo son por su calidad artística o su autor y muchas veces tienen una historia detrás que, estemos o no de acuerdo, hacen que alguien con el suficiente dinero decida pagar cantidades exorbitantes por poseerlas. Estas son algunas de las obras más caras jamás vendidas y las historias tras ellas.

1 /11
La primera gran venta

World History Archive / Cordon Press

1 / 11

La primera gran venta

El 30 de marzo de 1987 en la sala Christie's de Nueva York, dos pujadores telefónicos compitieron por hacerse con los 15 girasoles en un jarrón, una de las versiones del archiconocido bodegón de Vincent van Gogh. En apenas cuatro minutos de puja frenética su precio se elevó desde los ocho millones de dólares iniciales hasta 40. El vencedor fue el magnate japonés Yasuo Goto, presidente de una multinacional de seguros japonesa. La pintura se encuentra desde entonces en el Museo Sompo de Tokio.

Estrellas impresionistas

The Granger Collection / Cordon Press

2 / 11

La nueva estrella

El shock que supuso el espectacular duelo telefónico contribuyó a revalorizar a los otros Girasoles ante el gran público y puso a Van Gogh en el punto de mira de los coleccionistas de arte: nueve meses más tarde, otra pintura del genio holandés, Lirios, fue adjudicada por 54 millones y en 1990 el Retrato del doctor Gachet, arriba, alcanzó el récord de 82'5 millones de dólares, que no sería superado hasta el siglo XXI.

Fiebre de millones

Cordon Press

3 / 11

Monopolio contemporáneo

Hasta 1990 se vendieron 10 obras por encima de 35 millones de dólares. De ellas, nueve pertenecían a artistas de los siglos XIX y XX. Cuatro eran de Van Gogh, otras tantas de Picasso y la novena fue pintada por Auguste Renoir. La única pintura no contemporánea de este selecto grupo aparece sobre estas líneas: Retrato de alabardero de un desconocido maestro italiano del Renacimiento para el gran público, Jacopo Carrucci, Pontormo. Fue adquirido por el Museo Getty de Los Ángeles en 1989 por 35 millones de dólares.

Cooperación internacional

Nieboer/PPE/SIPA / Cordon Press

4 / 11

Cooperación internacional

La escasa representación de los grandes maestros entre las obras de arte más caras de la historia a que la gran mayoría de sus obras formaban parte de colecciones reales que han acabado convertidas en patrimonio cultural inalienable de sus respectivos países y no se han incorporado a este circuito comercial. Una excepción a esta regla es Rembrandt, que cuenta con dos obras (o tres) entre las 10 más caras de la historia. Una de ellas son los Retratos de boda de Marten Soolmans y Oopjen Coppit, un ejemplo de la cooperación internacional para proteger el arte y ponerlo al abasto de todo el mundo. A mitad del siglo XIX, fueron adquiridos junto a varias decenas de pinturas de Rembrandt por la familia Rotschild, que los trasladó de Holanda a Francia. En 2016, Francia y Países Bajos unieron esfuerzos para comprarlos conjuntamente. Tras una concienzuda restauración en Amsterdam, las obras se exhiben alternativamente en el Louvre y en el Rijksmuseum. Toda la operación costó 180 millones de dólares.

BAL 1077647

Bridgeman

5 / 11

Maestros del Renacimiento

La espectacular progresión de los precios pagados por las obras de arte durante las últimas décadas, el protagonismo de la pintura contemporánea es avasallador. Las obras de un genio del Renacimiento como Tiziano "apenas" alcanza los 70 millones. El marqués del Vasto (arriba) llegó a manos de la compañía aseguradora Axa. cambio de 65 millones de francos en 1990. Después de cederlo al Louvre, el museo parisino no quiso pagar por quedárselo y la compañía acabó vendiendo la obra en el año 2003 por 70 millones de dólares al Museo Getty.

Un precio difícil de pagar

Shutterstock

6 / 11

Un precio difícil de pagar

Otra de las obras maestras adquiridas por los Rotschild en ese mismo lote fue el Abanderado pintado por Rembrandt en 1636 que puede verse arriba. La familia lo puso a la venta en 2019, pero esta vez no hubo acuerdo entre pinacotecas y después de que el Museo del Louvre fuera incapaz de obtener los fondos necesarios para ejercer el derecho de tanteo que le otorgaba la ley francesa, finalmente fue el Rijksmuseum de Amsterdam quien se hizo con la obra por 198 millones de dólares en 2022. Es la sexta pintura más cara de toda la historia.

Shutterstock

7 / 11

El cuadro más caro de Europa

Dama con abanico es la obra de arte que ha alcanzado un precio más alto jamás subastada en Europa. Fue el pasado 27 de junio en la sede de Sotherby's en Londres. La casa de subastas esperaba obtener alrededor de 65 millones de libras por la pintura que Gustav Klimt dejó inacabada en su caballete en el momento de morir. Al final fue vendida por 74 millones de libras (alrededor de 86 millones de euros), que sumando comisiones y gastos derivados se elevó a 86 millones de libras.

shutterstock editorial 13441176e

Shutterstock

8 / 11

Precios descomunales

A pesar de su aparentemente desorbitado precio, Dama con abanico no se encuentra ni entre las 30 pinturas más caras de todos los tiempos. Ni siquiera es el precio más elevado por una obra de Gustav Klimt. Ese honor lo tiene desde 2013 Serpientes de agua II (1904-1907), por el que un multimillonario ruso, Dmitry Rybolovlev, pagó 183 millones de dólares.

heritage 2591414

Fine Art Images/Heritage / Cordon Press

9 / 11

Expolio y nazismo

Serpientes de agua II desbancó al famosísimo Retrato de Adele Bloch-Bauer I, sobre estas líneas. Tanto Adele como Serpientes cuentan con una turbia historia que mezcla, expolio, nazismo y voluntades traicionadas. Ambos cuadros fueron requisados a sus legítimos propietarios judíos. En el caso del Retrato de Adele Bloch-Bauer I, años de litigios contra la Galería Belvedere de Viena, donde se exponía desde la década de 1940, terminaron con la restitución de la obra a los herederos de la familia Bloch-Bauer, que en 2006 lo vendieron por 150 millones de dólares al  el magnate de los cosméticos Ronald Lauder. En su momento fue el cuadro más caro de la historia (título que ostentó poco menos de cinco meses), y actualmente "apenas" ocupa el puesto 16. 

Roger Viollet / Cordon Press

10 / 11

El relevo de Van Gogh

A pesar de que abrieron el camino en la historia de las grandes subastas, las obras de Van Gogh no están en la actualidad en la cúspide de las obras más caras del arte. Ese testigo lo han recogido dos colegas impresionistas: Cezanne, con una de sus versiones de Jugadores de cartas (vendida por alrededor de 250 millones de dólares) y Paul Gauguin con Nafea Faa Ipoipo (¿Cuando te casarás?), sobre estas líneas. Un jeque catarí convirtió la primera en la obra de arte más cara de la historia en 2011 y en 2015 adquirió la segunda por el segundo precio más alto jamás pagado hasta entonces. Actualmente, son la tercera y la cuarta de este ránquing.

salvator

Zumapress / Cordon Press

11 / 11

La obra más cara de la historia

A pesar del dominio de. la producción contemporánea entre las obras más costosas, la obra de arte más cara de la historia es la que está sobre estas líneas, Salvator Mundi, pintada alrededor de 1500, por Leonardo da Vinci, aunque muchos ponen en duda esta autoría. Ejemplifica perfectamente todos los intereses y la a opacidad que se mueve en el mundo de las transacciones artísticas. La obra fue rescata en muy mal estado en uno de los lotes de una subasta inmobiliaria en Louisiana en 2005. Los compradores mandaron restaurarla y anunciaron que se trataba de un Leonardo perdido, obteniendo el respaldo de algunos de los más eminentes expertos en el genio florentino. La obra fue adquirida por Dmitry Rybolovlev, que pagó 127 millones de dólares por ella en 2013. Cuatro años más tarde –y después de acusaciones de fraude dirigidas al intermediario de Rybolovlev al que se acusa de inflar el precio de esta obra y otras que adquirió para el magnate, entre ellas Serpientes de agua II– la obra casi cuadriplicó su valor y fue comprada por un jeque saudí por 450 millones de dólares en la subasta más frenética que ha tenido lugar en la sala Christie's de Nueva York. Una cifra increíble para una obra de la que existen dudas muy fundadas sobre el autor y que sufrió una restauración excesivamente invasiva que, según sus detractores la ha desfigurado completamente.