Señores del Egeo

Creta, el primer imperio marítimo de Grecia

La isla de Creta fue la cuna de la brillante civilización minoica, que dominó los mares durante la Edad del Bronce. El intenso comercio de los cretenses ayudó a extender su arte y su cultura por todos los rincones del Mediterráneo oriental

Ship procession fresc, Akrotiri, 17th c BC, PMTh, 226371

Ship procession fresc, Akrotiri, 17th c BC, PMTh, 226371

En una de las bien conservadas casas del yacimiento minoico de Akrotiri, en la isla egea de Santorini, apareció este fresco de seis metros de ancho por 40 cm de alto, que parece plasmar el regreso a la ciudad de una gran flota.

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La importancia del mar en el imaginario griego es patente desde las primeras obras literarias conservadas: la Ilíada hace alarde del poderío militar de los griegos aqueos mediante el conocido Catálogo de naves, la enumeración de los casi 1.200 navíos aportados por las ciudades griegas en la guerra contra Troya, y no por casualidad la otra gran epopeya griega, la Odisea, es un viaje marítimo de regreso a la patria. El propio protagonista, Odiseo (el Ulises romano), suele acompañar las descripciones de los lugares que visita con el elogio del mar circundante y, por ejemplo, dice de la luminosa isla de Creta que es «una tierra que queda en medio del vinoso ponto, hermosa y fértil, bañada por el mar». 

Es precisamente en Creta donde, siglos antes de que se compusieran estas obras, surgió una de las más importantes civilizaciones marítimas del Egeo. Según Tucídides, Minos, el legendario rey de Cnosos, «fue el más antiguo de cuantos por tradición conocemos que se pertrechó con una escuadra, conquistó la mayor parte del actual mar de Grecia, dominó sobre las islas Cícladas y fue el primer colonizador de la mayoría al expulsar a los carios e instaurar como jefes a sus propios hijos. 

MM IB IIA Kamares style with barbotine decoration two handled jar from Kamares   Herakleion AM

MM IB IIA Kamares style with barbotine decoration two handled jar from Kamares Herakleion AM

Cerámica minoica de estilo Kamares procedente del palacio de Festo. 1700 a.C.

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Como es natural limpió el mar de piratería en cuanto le fue posible, a fin de que los tributos le llegaran con mayor facilidad». Esta descripción del historiador ateniense está muy influida por las características que tenía el imperio de Atenas en su propia época, el siglo V a.C., que poco debió de tener en común con lo ocurrido en la Creta del período protohistórico, durante el III y el II milenio a.C. 

Los antiguos historiadores también definen a la antigua Creta como una «talasocracia», un término griego formado a partir de las palabras thalassa, «mar», y kratos, «poder», en referencia al dominio que ejercían las ciudades cretenses sobre los territorios marítimos circundantes, en particular el mar Egeo.

Un mundo idílico

Creta es la más grande de las islas griegas y estuvo habitada desde el Neolítico. A partir del III milenio a.C. se atestiguan rutas comerciales para obtener cobre de las Cícladas y estaño de Asia Menor, minerales necesarios para fabricar el tan preciado bronce del que dependía el poder y prestigio de las élites de la época. Alrededor del II milenio a.C. aparecen las grandes construcciones que identificamos como palacios y que alcanzarán su auge durante el período conocido como Neopalacial (1700- 1490 a.C.). 

iStock 941579390

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El relieve policromado de un toro embistiendo adorna la entrada norte de Cnosos, el complejo palacial más grande e importante de la isla de Creta.

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Las estructuras que Evans excavó en la isla a principios del siglo XX corresponden a esta época y las prospecciones arqueológicas más recientes han demostrado que por entonces Creta estaba ampliamente urbanizada y que Cnosos ejercía algún tipo de hegemonía sobre otras ciudades, como Festos y Malia, así como sobre pequeños núcleos poblacionales como Galatas, Gurnia o Petras.

Éste fue un tiempo de prosperidad en el que los palacios asumieron el control y la distribución de las materias primas, la aplicación de justicia, el mantenimiento de la red viaria y la distribución de agua corriente, a la vez que organizaban festivales y ceremonias para toda la población. La vida cotidiana de la mayoría de la gente parece sencilla, pero confortable. 

Minoan Linear A, Crete, AMH, 145100 copia

Minoan Linear A, Crete, AMH, 145100 copia

Tablilla con inscripción en lineal A. 1500 a.C. Museo de Heraclion.

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Vivían en casas de piedra, adobe y madera, y la economía familiar estaba basada en la agricultura de la vid y el olivo, y en la explotación de los bosques de cipreses, madera muy útil para la construcción de barcos. Al amparo de los palacios, las clases altas sienten el deseo de importar cada vez más bienes de prestigio, como joyas y piedras preciosas o minerales, lo que impulsa nuevas y más frecuentes rutas comerciales mediante las que, a su vez, Creta exportará madera y productos manufacturados, como cerámicas o textiles. 

En este contexto, la ausencia de murallas y fortificaciones en las ciudades parece indicar que existieron pocos problemas, quizá gracias a la más que probable existencia de una flota marítima de defensa, que debía de proteger las rutas comerciales y las bahías donde fondeaban las embarcaciones, como Amnisos (hoy Carteros), donde desembarcó el propio Odiseo en su periplo de vuelta a Ítaca. 

La Pompeya del Egeo

Creta extendió su dominio cultural y comercial por el Egeo, y las comunidades de las islas Cícladas y del Dodecaneso (junto a las costas de Anatolia) se alteraron radicalmente por el contacto con la civilización minoica. En efecto, la cultura cretense se difundió por esos territorios, principalmente a través de las élites locales, que gustaban de emular las costumbres minoicas. 

Pendentif minoen (British Museum) (8704963755)

Pendentif minoen (British Museum) (8704963755)

 El Museo Británico de Londres conserva una magnífica colección de joyas de oro y piedras semipreciosas y una copa de oro datadas entre 1850 y 1550 a.C. La colección llegó al museo a finales del siglo XIX y se dijo que procedía de la isla de Egina.

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Adquirieron primero las cerámicas y textiles cretenses como símbolo de prestigio. Luego, la presencia de mercaderes minoicos hizo que la población local adoptara también el sistema de pesos y medidas según el estándar cretense. Quizás el signo más claro de la influencia minoica fue la adopción del sistema de escritura propio de Creta, conocido como Lineal A, que encontramos habitualmente en tablillas de registros y en los propios recipientes cerámicos hallados en las islas. 

Si bien los cretenses mantuvieron relaciones comerciales con la mayoría de islas del Egeo, los restos arqueológicos sugieren que hubo ciertos asentamientos con vínculos más estrechos con Creta y sus navegantes. Esos núcleos, tanto en el Egeo occidental como en el oriental, son los enclaves situados en las rutas de navegación que enlazan Creta con la Grecia continental, por un lado, y con Mileto y la península de Anatolia por el otro. 

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El grabado sobre estas líneas recrea la erupción del volcán de Tera (Santorini) en 1866. La cataclísmica erupción de 1627-1600 a.C. hundió bajo al mar la parte central de la isla.

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En la ruta occidental, Akrotiri, en la isla de Tera (la actual Santorini), es uno de los enclaves que mejor se han conservado gracias a que tras la erupción de su volcán hacia mediados del II milenio a.C. quedó cubierto por las cenizas y pudo ser excavado por los arqueólogos en los siglos XIX y XX. Su excelente estado de conservación hizo que los estudiosos la bautizasen como la «Pompeya del Egeo». 

Las excavaciones llevadas a cabo por el arqueólogo griego Spyridon Marinatos en los años sesenta sacaron a la luz una rica ciudad con casas de dos y tres pisos, talleres, canalizaciones, desagües y un gran número de objetos como grandes pithoi, recipientes para almacenar vino, cereal y aceite. Pero lo más impresionante de Akrotiri son las pinturas murales que decoraban los muros de algunas casas. En ellos se sucedían estilizadas figuras de muchachos boxeando, antílopes, delfines, jardines con golondrinas en pleno vuelo... todos ellos en vivos colores. 

Ship procession fresco, part 3, Akrotiri, Greece

Ship procession fresco, part 3, Akrotiri, Greece

Una flota de naves minoicas en un fresco descubierto de la ciudad de Akrotiri.

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La calidad de la cerámica y de las pinturas murales que se han recuperado sugiere que los artesanos y artistas procedentes de Creta llegaron a instalar talleres en la propia ciudad. El establecimiento de población minoica explicaría también la progresiva edificación de casas de estilo cretense, llamadas polythyron, esto  es, viviendas articuladas mediante estancias con múltiples puertas y construidas con sillares de piedra y adobe. 

La influencia cretense

Akrotiri no es un caso único. Otros núcleos del Egeo que acusan la influencia minoica se encuentran en las islas de Melos, Ceos y en islas del Dodecaneso como Rodas. Estos asentamientos no fueron colonias cretenses propiamente dichas, en contra de lo que creyó Tucídides. Tampoco hay evidencias de que estuvieran sometidas políticamente a las ciudades de Creta y les pagaran ningún tipo de tributo, más allá del propio intercambio comercial. 

Lo que sucedió en esos lugares fue un proceso de difusión de la cultura minoica gracias a la inmigración de población cretense, sobre todo de artesanos. Fueron éstos quienes, por ejemplo, introdujeron en las islas egeas el uso del torno para la fabricación de cerámica e incluso los útiles de cocina, lo que supone un cambio también en la manera de cocinar. Tan sólo el yacimiento de Kastri, en la isla de Citera, al sur del Peloponeso, ha sido considerado como una verdadera colonia, pues ya desde su fundación el asentamiento es puramente minoico, tanto en su planteamiento urbano como en el tipo de vivienda y de enterramiento, en tumbas de cámara (sepulturas subterráneas cubiertas con una falsa bóveda) de tipo cretense. 

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Arthur Evans, el excavador de Cnosos, identificó esta sala con el salón del trono del mítico rey Minos. La preside un trono de alabastro y sus muros se decoran con un mural de grifos.

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Se ha sugerido que se trató de una población dedicada a la pesca, en particular a la recolección de conchas de múrex, un molusco muy apreciado por su tinte. Se cree que Kastri funcionó como enlace entre Creta y la región peloponesia de Laconia, con el objeto de acceder al mineral y el mármol del Taigeto. En definitiva, los cretenses explotaron ampliamente los recursos naturales de las islas del Egeo y los enclaves minoicos que hubo en ellas sirvieron de escala hacia el continente. Por ejemplo, la importancia de Akrotiri y Trianda (en la isla de Rodas) se entiende porque eran grandes ciudades capaces de aprovisionar barcos y aportar tripulaciones en caso necesario. 

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Vista de la ciudadela de Micenas, en la península griega del Peloponeso. 

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Para el mantenimiento de esta actividad comercial es plausible que existiera cierto control naval y algún tipo de fuerza contra la piratería, pero no parece sostenerse la idea de una dominación o control político centralizado en Creta que nos permita hablar estrictamente de talasocracia, sino más bien de una influencia minoica paulatina que modificó profundamente la sociedad del Egeo.