Francia

Crean una réplica de la cueva de Chauvet

Las autoridades francesas han construido una réplica de la maravillosa cueva de Chauvet debido a la extrema fragilidad de sus pinturas y restos arqueológicos, de más de 30.000 años de antigüedad

1 /3

© AP PHOTO / CLAUDE PARIS, FILE / GTRES

1 / 3

Cueva de Chauvet

El nuevo edificio que alberga la réplica de la cueva de Chauvet, al sur de Francia.

© AP PHOTO / CLAUDE PARIS, FILE / GTRES

2 / 3

Cueva de Chauvet

Copia de las pinturas rupestres de la cueva de Chauvet.

© AP PHOTO / CLAUDE PARIS, FILE / GTRES

3 / 3

Cueva de Chauvet

Interior de la cueva de Chauvet reproducida en los últimos años.

El pasado 10 de abril, François Hollande, el presidente francés, inauguró una réplica de la cueva de Chauvet en Vallon-Pont-d'Arc, en el departamento de Ardèche, al sur de Francia. Hollande, quien permaneció casi una hora admirando la falsa cavidad, ensalzó la cueva original como el lugar en el que se inventó la pintura, el autorretrato, la repetición de formas, el cómic y, al utilizar el relieve de las rocas, se inventó el 3D y, al jugar con las sombras y las luces, se inventó el cine. Unas sorprendentes declaraciones que se corresponden efectivamente con la importancia de la cueva de Chauvet, que encierra unas pinturas rupestres de más de 30.000 años de antigüedad, entre las más antiguas del mundo. La Caverna de Pont d'Arc, que así es como se llama el facsímil de unos 55 millones de euros de coste, se podrá visitar a partir del 25 de abril, a escasos dos kilómetros en línea recta de la cueva original. La reproducción, increíblemente exacta, ha sido realizada durante más de dos años a cargo del artista Gilles Tosello, doctor en Prehistoria. Los organizadores, en colaboración con la Unesco, esperan recibir entre 300.000 y 400.000 visitantes anuales procedentes de todo el mundo.

¿Por qué una réplica?

La cueva de Chauvet, situada en un acantilado abrupto, fue descubierta en 1994 por tres amigos espeleólogos que querían comprobar la profundidad de una pequeña cavidad que habían localizado tiempo atrás. En su interior se escondían unas pinturas rupestres maravillosas que representaban a numerosos animales del Paleolítico Superior: rinocerontes, bisontes y caballos, pero también leones, osos e incluso un búho. La cueva nunca ha estado abierta al público debido a la extrema fragilidad de sus pinturas y demás restos arqueológicos, ocultos durante milenios, según parece, por el desprendimiento casual de una roca que taponó la entrada. Las autoridades francesas han buscado mitigar esta restricción mediante la construcción de una réplica casi exacta, una iniciativa que suele crear controversia. Por poner un ejemplo, Jonathan Jones, de The Guardian, sigue recordando que sintió una decepción aplastante cuando visitó una réplica de Lascaux siendo adolescente: Qué farsa tan tentadora al prometer arte rupestre y ofrecer sólo una simulación. Jones defiende el cierre de Chauvet, pero lamenta la creación de una réplica: Mejor ver las fotografías y películas antes que caer en una falsificación (...) Tienes que oler la humedad, oír el goteo del agua, sentir la enorme oscuridad más allá de la iluminación y pellizcarte a ti mismo para comprender que aquí, entre estas majestuosas formaciones rocosas subterráneas, un artista de la edad de hielo creó un retrato de un mamut que tiene el poder y la verdad de un Rembrandt.