En su crónica sobre el descubrimiento de la tumba de Tutankamón, el periódico británico The Times, el único que contaba con la exclusiva sobre la noticia gracias al acuerdo al que había llegado con lord Carnarvon, mecenas y promotor de las excavaciones de Howard Carter en el Valle de los Reyes, hizo referencia a un curioso hallazgo en el interior de una de las numerosas cajas con objetos que se descubrieron en la tumba: "[...] una de las cajas contenía rollos de papiro que se espera que ofrezcan una gran cantidad de información".
Pero ¿de verdad se descubrieron papiros en la tumba de Tutankamón? Pues eso creyeron al principio sus descubridores. De hecho, esta supuesta caja de papiros causó en su momento un gran impacto en el reputado egiptólogo británico sir Alan Gardiner, cuya misión era la de ayudar a descifrar los posibles textos que allí se localizasen. En declaraciones a The Times, Gardiner no ocultaría sus preferencias como reputado lingüista que era: "Mi predilección personal me lleva a interesarme especialmente por la caja de papiros que se ha encontrado". También manifestó su esperanza de que se tratase de "una serie de cartas, diarios o archivos de algún tipo que pudiesen arrojar algo de luz sobre la época convulsa en la cual vivió el rey Tutankamón o sobre su conversión de la herejía de Atón de vuelta a la fe de sus antepasados".

Relieve de Amarna que muestra a Akhenatón y su esposa Nefertiti realizando ofrendas a Atón, el disco solar.
Foto: Cordon Press
Ni rastro de una "biblioteca"
Finalmente, la caja con los pretendidos "papiros" resultó no ser tal, ya que en realidad contenía una serie de rollos de lino descoloridos, una especie de "servilletas dobladas, nada más", como manifestaría con desdén el Daily Mail. Finalmente, estos elementos se identificaron como un conjunto de taparrabos pertenecientes a Tutankamón. Entonces, ¿no se descubrió ningún texto en el interior de la tumba del faraón niño? ¿Cómo es eso posible? De hecho, sí había textos grabados en muchos de los objetos, así como etiquetas identificativas, cartuchos con el nombre del faraón, y, sobre la momia del rey, unos fragmentos muy deteriorados de "un pequeño papiro con el ritual, escrito en jeroglífico lineal con trazos en blanco, pero demasiado estropeado y desintegrado para permitir su conservación, aunque de vez en cuando se podían distinguir con dificultad nombres de dioses, como el de Osiris y el de Isis", según contaría Howard Carter.
En la tumba se hallaron textos grabados en muchos de los objetos, etiquetas identificativas y, sobre la momia del rey, fragmentos muy deteriorados de "un pequeño papiro con el ritual".

Este grabado en color recrea de un modo idealizado el descubrimiento de la tumba de Tutankamón por lord Carnarvon y Howard Carter. Stefano Bianchetti.
Foto: Cordon Press
En el Anexo de la tumba, Carter descubrió asimismo algunos fragmentos de papiro con figuras pintadas que formaban parte de una pequeña silla. Tal como cuenta el propio Carter: "Frente a la puerta, sobre el material amontonado junto a la pared oeste, había una silla de fibras vegetales, destinada al jardín. El asiento y la espalda estaban cubiertos con papiros pintados y los lados del bastidor estaban bordeados con tiras del mismo material. La decoración pintada en el respaldo consistía en pétalos de loto y la del asiento en los 'Nueve Arcos', o sea, prisioneros asiáticos y africanos llevando complicados atuendos. Las fibras vegetales (casi todas eran tallos de papiro), así como los papiros que las cubrían estaban demasiado estropeadas y solo pudimos salvar algunos fragmentos".
¿Papiros ocultos?
Así, las esperanzas que los arqueólogos habían puesto en descubrir en la tumba algún escrito que pudiese arrojar algo de luz sobre una época tan convulsa de la historia del antiguo Egipto como fue la de Amarna y la posterior vuelta a la ortodoxia religiosa propiciada por el propio Tutankamón parecía cada vez más lejana. El propio Gardiner, muy decepcionado, declararía: "La esperanza de que surja un documento semejante es, debemos admitirlo, muy escasa. Probablemente al final esa pretensión de que la nueva tumba es el mayor descubrimiento hecho jamás en Egipto quede solamente como el hallazgo de una gran cantidad de objetos de una calidad artística sorprendentemente elevada. La cosecha histórica será de menor importancia".
Pero no todos los investigadores creen que en la tumba de Tutankamón no se depositasen textos de cierta trascendencia, tal como hubiese deseado Gardiner. El famoso egiptólogo británico Nicholas Reeves, por ejemplo, ha manifestado sus dudas al respecto. Reeves cree que tal vez Carter no buscó en el lugar correcto y que quizás algunas de las estatuas de madera depositadas en la tumba podrían haber contenido papiros de algún tipo bajo todas sus capas de pintura y dorados, en algún depósito horadado en ellas. ¿Sería eso posible?
El egiptólogo Nicholas Reeves ha manifestado que tal vez Carter no buscó en el lugar correcto y que quizás algunas de las estatuas de madera depositadas en la tumba podrían haber contenido papiros de algún tipo.

Fotografía de uno de los guardianes de la tumba de Tutankamón, tal como fue descubierto.
Foto: Cordon Press
En el caso de las estatuas descubiertas en la tumba de Tutankamón, las únicas que tal vez podrían haber servido para tal fin son los dos guardianes de tamaño natural, pintados de negro y dorado, que se alzaban delante de la entrada sellada de la cámara funeraria. Sus faldellines sobresalen holgadamente de su cuerpo por lo que, según la teoría de Reeves, podrían haber servido para contener documentos. Pero los estudios de Rayos X realizados sobre estas piezas han revelado que los misteriosos guardianes no ocultaban nada en su interior (por lo menos en el momento de llevarse a cabo el análisis).
Misterios y conspiraciones
El hecho de no haber encontrado papiros dentro de la tumba ha dado pie a numerosas controversias, e incluso a una rocambolesca historia cuajada de conspiraciones y asesinatos. Hay quien ha llegado a decir que fue el propio Carter quien, por algún motivo secreto, eliminó los papiros de Tutankamón, y que estos escritos "perdidos" hacían referencia al Éxodo bíblico (sobre este tema incide el libro de Andrew Collins y Chris Ogilvie-Herald titulado El legado perdido de Tutankhamón, en el que los autores rastrean el paradero de los supuestos papiros con los que, según ellos, fue enterrado el faraón, algunos de los cuales, afirman, "podrían ser la clave para comprender la cronología del Éxodo bíblico").

La hija del faraón rescata al pequeño Moisés de las aguas del Nilo. Robert Leinweber.
Foto: Cordon Press
Otros autores creen que estos presuntos papiros desaparecidos relacionaban a Tutankamón o a su padre Akhenatón con Moisés, e incluso con Jesús. Por ejemplo, el escritor Gerald O'Farrell en su libro El engaño de Tutankamón plantea una, cuanto menos, curiosa teoría. Según él, Carnarvon y Carter descubrieron la tumba de Tutankamón mucho antes de 1922, mantuvieron el hallazgo en secreto y la saquearon de cuatro quintas partes de su contenido. Después, volvieron a sellarla y anunciaron su descubrimiento el 4 de noviembre de 1922. O'Farrell también acusa a los descubridores de pergeñar la historia de la "maldición de la momia", que, según él, habría consistido en realidad en una serie de crímenes que se llevaron a cabo para ocultar que los papiros, que sí estaban escondidos en el interior de las estatuas guardianas, demostraban el vínculo existente entre la familia de Amarna, Moisés y Jesús.
Según el escritor Gerald O'Farrell, Carnarvon y Carter descubrieron la tumba de Tutankamón mucho antes de 1922, mantuvieron el hallazgo en secreto y la saquearon de cuatro quintas partes de su contenido.
Como hemos visto, todo lo que rodea el increíble descubrimiento de la tumba de Tutankamón y su maravilloso contenido, además de originar una prolífica producción bibliográfica, ha dado pie a innumerables historias y teorías de todo tipo y condición. Si algunas de ellas tienen algún atisbo de realidad o si por el contrario son pura ficción es algo que tendremos que dejar a los expertos...