La condena y quema en la hoguera de Miguel Servet

El teólogo reformista y médico español fue condenado por la Inquisición y sentenciado a la hoguera en Ginebra

1 /4

SFGP 2 / GTRES

1 / 4

Miguel Servet

Miguel Servet (1511-1553) en un grabado de la Biblioteca Nacional.

2 / 4

De Trinitatis erroribus

Edición de "Sobre los Errores acerca de la Trinidad" de Miguel Servet, obra impresa por primera vez en Estrasburgo, en 1531. Para una mente inquieta como la de Servet, el dogma trinitario resultó tan incompatible con el cristianismo que le dedicó 3 de sus obras y un total de 7 libros.

3 / 4

Christianismi restitutio

Portada de la obra de Miguel Servet, "La restitución del Cristianismo" publicada en 1553. Esta obra llega con la madurez intelectual del autor y es considerada como la cumbre de su recorrido literario, filosófico, teológico y también científico.

Foto: Siren-Com

4 / 4

Plaza Aspirant Dunand, París, Francia

Estatua de mármol de Miguel Servet del escultor y escultor Jean Baffier. En ella aparece maniatado por unas cadenas y apostado junta a la estaca de la hoguera en la que falleció quemado por orden del Tribunal de la Santa Inquisición.

El 27 de octubre de 1553 Miguel Servet, teólogo reformista y médico español, fue quemado vivo junto a sus libros en Champel, extramuros de Ginebra, acusado de hereje por Juan Calvino, reformador protestante, y repudiado también por la Iglesia católica. Servet, originario del Reino de Aragón, fue condenado por su concepción de la Santísima Trinidad, a la que comparaba con Cerbero, el monstruo mitológico de tres cabezas, por oponerse al bautismo infantil -ya que consideraba que éste debía ser un acto maduro y consciente- y por otras horribles herejías y execrables blasfemias, en palabras del Consejo de la Inquisición. El teólogo español -como ocurriría con Giordano Bruno 47 años después- fue quemado en la hoguera por negarse a abjurar de su doctrina. Servet y Bruno murieron como mártires, víctimas de la intolerancia religiosa del siglo XVI.

Un monumento en su recuerdo

Durante la adolescencia, Miguel Servet abandonó su población natal, que pudo ser Tudela, en Navarra, o Villanueva de Sigena, en Huesca. En esta última población se ubica la sede del Instituto de Estudios Sijenenses Miguel Servet. A lo largo de su vida residió en Toulouse, Basilea, Estrasburgo, Lyon o París. En la plaza del Aspirant Dunand, en la capital de Francia, se erige una imponente estatua de Servet: la mirada impasible y el cuerpo firme, sujeto a una estaca y maniatado, a punto de ser sentenciado y reducido a cenizas.

Para saber más

MEV-10028302

Miguel Servet, mártir de una época de intolerancia

Leer artículo

Un monolito en la avenida de Beau-Séjour, en Ginebra, recuerda el lugar aproximado en el que sufrió el suplicio y reza: Hijos respetuosos y reconocedores de Calvino, nuestro gran reformador, pero condenando un error, que fue el de su siglo, y firmemente apegados a la libertad de consciencia según los verdaderos principios de la Reforma y del Evangelio, hemos erigido este monumento expiatorio el XXVII de octubre de 1903.