Todo un misterio

¿Cómo sobrevivieron los antiguos habitantes de Rapa Nui?

Un estudio sostiene que el agua subterránea que manaba en la costa de la Isla de Pascua era utilizada como agua potable por los antiguos habitantes de la isla, y que los monumentos de la sociedad rapanui están ubicados precisamente en los lugares donde esa agua dulce estaba disponible

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Foto: Terry Hunt

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Ahu Tongariki

Ahu Tongariki es el ahu (plataforma de piedra) más grande de la Isla de Pascua. ¿Cuántos habitantes tuvo Rapa Nui? Según un estudio publicado en 2017 pudo haber sostenido a 17.500 personas en su apogeo, pero los autores del nuevo estudio, entre ellos Carl Lipo, sugieren que tuvo unos 4.000-5.000 habitantes.

Foto: Terry Hunt

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Los moáis de Ahu Nau Nau

Foto: Terry Hunt

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Sitio arqueológico de Ahu Nau Nau

Foto: Terry Hunt

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Los moáis de playa Anakena

Los antiguos habitantes de la Isla de Pascua erigieron centenares de moáis por toda la isla: enigmáticas estatuas labradas en roca volcánica que representaban a sus líderes o a sus antepasados divinizados.

Foto: Terry Hunt

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Lago situado en Rano Raraku

"Sí que es verdad que los lagos pudieron haber proporcionado agua dulce, pero para la mayoría de los habitantes isleños eso debió de suponer un día entero de desplazamientos sólo para procurar el agua. Y los isleños no tenían grandes contenedores para transportarla o almacenarla, nada de cerámica, sólo pequeñas calabazas", declara Terry Hunt, un antropólogo y arqueólogo internacionalmente reconocido, de la Universidad de Arizona, a National Geographic España.

Foto: Terry Hunt

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Ahu Tahai, costa oeste

La rampa en el centro probablemente permitía acceder al lugar en el que manaban las aguas subterráneas y se mezclaban con el agua de mar.

Rapa Nui, la Isla de Pascua, retirada en medio del océano Pacífico, a más de 3.500 kilómetros de la costa de Chile, país al que pertenece la isla, posee una verdad arqueológica: centenares de moáis, increíbles estatuas talladas en roca volcánica por los antiguos habitantes de la isla en representación de los líderes o antepasados difuntos. Una evidencia arqueológica, pero muchos misterios: ¿cómo fueron construidas esas estatuas y cómo fueron trasladadas y distribuidas por toda la isla? Una incógnita que conduce a nuevas incógnitas: ¿cuántas personas vivieron en la isla en su apogeo y de dónde obtenían el agua potable? La sociedad rapanui no pudo haber florecido sin un sustento básico como el agua. "Sabemos, por los relatos de los primeros exploradores europeos [quienes descubrieron la isla en el siglo XVIII], que los habitantes de Rapa Nui utilizaron agua salobre [que contiene sal] potable. Más allá de esto, no se sabe casi nada sobre los recursos hídricos en la prehistoria", afirman los autores de un estudio reciente sobre el tema, publicado en Hydrogeology Journal, entre ellos Carl Lipo de la Universidad de Binghamton (Estados Unidos).

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"La tierra volcánica porosa absorbe rápidamente la lluvia, resultando en una escasez de arroyos y ríos, aunque siempre hubo agua dulce en los lagos situados en los cráteres, de difícil acceso. Sin embargo, no hay evidencias arqueológicas de poblaciones que vivieran alrededor de los cráteres o que utilizaran esas fuentes en su vida cotidiana. Además, la etnohistoria lo confirma: a los europeos les mostraron las fuentes de agua dulce a lo largo de la costa. Dado que el agua es algo que hay que consumir a diario y que resulta costoso y dificultoso transportar en ausencia de cerámica o de irrigación, consideramos que la gente desarrolló su vida diaria cerca de las fuentes hídricas: el agua de la lluvia que se filtra en la tierra, que corre hacia abajo y que finalmente emerge donde coinciden la roca porosa subterránea y el océano", explica Lipo a National Geographic España. "Sí que es verdad que los lagos pudieron haber proporcionado agua dulce, pero para la mayoría de los habitantes isleños eso debió de suponer un día entero de desplazamientos sólo para procurar el agua. Y los isleños no tenían grandes contenedores para transportarla o almacenarla, nada de cerámica, sólo pequeñas calabazas", declara Terry Hunt, un antropólogo y arqueólogo internacionalmente reconocido, de la Universidad de Arizona, también a National Geographic España. Por otro lado, las cisternas o contenedores de piedra para recoger el agua de lluvia, denominadas taheta, eran demasiado pequeñas para abastecer a la población: cada una podía almacenar entre 2 y 4 litros de agua, detalla la Universidad de Binghamton en un comunicado.

Los investigadores de dicho estudio sostienen que el agua subterránea que se vertía, y que todavía se vierte, en algunos lugares de la costa de Rapa Nui era utilizada como agua potable por los antiguos habitantes de la isla, y que los monumentos y otros restos de la sociedad rapanui están ubicados precisamente en los lugares donde esa agua dulce estaba disponible. "Muchos de los relatos etnohistóricos describen el hecho de que el agua potable de la isla era salobre. Beber agua salobre es posible mientras el contenido en sal no sea demasiado alto, inferior a 9 gramos por litro o, de lo contrario, acabamos más sedientos de lo que estábamos al principio. El agua de mar tiene unos 35 gramos de sal por litro, así que tenía que mezclarse con la suficiente agua dulce subterránea como para reducir los niveles por debajo de los 9 gramos. Agua con sabor a sal, pero potable", comenta Lipo. "Todavía hoy vemos al ganado y a los caballos salvajes bebiendo de las aguas salobres a lo largo de la costa, especialmente con la marea baja", añade Hunt. "Creemos que se podría detectar el consumo de agua salobre en los huesos, es un tema que estamos desarrollando", concluye Lipo.