Caballeros medievales

El códice Manesse, el ideal de vida según la caballería

Una obra con magníficas ilustraciones, el Codex recoge la imagen que la caballería trataba proyectar de su universo: caza, amor cortés y distracciones como el ajedrez muestran la vida de los caballeros medievales.

El Codex Manesse es una obra ricamente ilustrada. Confeccionado en la primera mitad del siglo XIV, reúne una gran cantidad de composiciones poéticas de los minnesänger (los trovadores germánicos) y, a través de sus espléndidas miniaturas, podemos adentrarnos en la imagen cortesana que la caballería intentaba proyectar de sí misma. Y es que la vida del caballero no se limitaba a enseñorearse de los campos de batalla o al ejercicio de las armas, sino que estaba compuesta por un rico universo de actividades cortesanas que conformaban una suerte de modelo educativo propio. 

Así, actividades como la caza, ya fuera en monterías o a través de la práctica de la halconería, las normas del amor cortés o algunos juegos como el ajedrez tenían un peso fundamental en las costumbres caballerescas, como también lo tenían los aspectos más centrados en el mantenimiento de las actitudes éticas o la defensa de la Cristiandad. Todos estos elementos contribuían a dotar a la vida de los caballeros medievales de una profundidad que aún nos resulta fascinante.

 

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El servicio a las damas

Foto: Fine Art / Album

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El servicio a las damas

El amor cortés, desarrollado como un juego cortesano, era un trasunto del servicio caballeresco: el caballero prometía servir a su dama del mismo modo que el vasallo prometía servir a su rey. En la imagen, Kraft III de Toggenburg acude junto a su dama.

Ir a la caza

Foto: DEA / Album

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Ir a la caza

Como una metáfora del perfeccionamiento interior del caballero, los halcones alzaban el vuelo y servían a su dueño como a su vez servía el caballero a su señor, cada vez más cerca de la perfección. Arriba, Conrado de Suabia cazando con un halcón.

 

La defensa de la fe

Foto: AKG / Album

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La defensa de la fe

Pese a su faceta cortesana, el caballero no debía olvidar la máxima que movía su sistema de valores: la defensa de la Cristiandad y de las virtudes cristianas allí donde fuera necesario. Aquí podemos ver a Tanhäuserm, caballero de la orden teutónica.

 

Distracciones aristocráticas

Foto: Erich Lessing / Album

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Distracciones aristocráticas

Introducido en Europa durante la Edad Media, el ajedrez se convirtió en uno de los principales pasatiempos caballerescos, como lo prueba la multitud de tratados sobre este juego que llegaron a circular. En la imagen, Oton IV de Brandemburgo jugando al ajedrez.

 

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Este artículo pertenece al número 200 de la revista Historia National Geographic.