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Foto: Fundación Palarq

Desenterrando el pasado: Episodio 26

Claves de la revolución neolítica en el asentamiento jordano de Kharaysin

Hace más de 11.000 años, los grupos humanos asentados en el Creciente Fértil de la actual Jordania decidieron dejar atrás el nomadismo y asentarse de manera permanente en un lugar. Para ello, pusieron en práctica el cultivo de plantas y vegetales y domesticaron animales. Es lo que se conoce como la revolución neolítica. En el asentamiento de Kharaysin, un equipo de arqueólogos españoles lleva a cabo un trabajo de excavación que arrojará luz sobre este cambio que permitió la aparición de las primeras grandes civilizaciones de la Antigüedad.

Hace más de 11.000 años, los grupos humanos asentados en el Creciente Fértil de la actual Jordania decidieron dejar atrás el nomadismo y asentarse de manera permanente en un lugar. Para ello, pusieron en práctica el cultivo de plantas y vegetales y domesticaron animales. Es lo que se conoce como la revolución neolítica. En el asentamiento de Kharaysin, un equipo de arqueólogos españoles lleva a cabo un trabajo de excavación que arrojará luz sobre este cambio que permitió la aparición de las primeras grandes civilizaciones de la Antigüedad.

Foto: Fundación Palarq

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En este capítulo volvemos a viajar al Creciente Fértil, al territorio donde se originó la revolución neolítica en occidente. Nos vamos a Jordania para conocer el yacimiento de Kharaysin, donde se asentaron los primeros agricultores y ganaderos de la región. Un equipo de arqueólogos españoles está trabajando en este gran asentamiento de 25 hectáreas donde hace más de 11.000 años vivieron los primeros grupos humanos que apostaron por dejar atrás el nomadismo y, por lo tanto, permanecer en un lugar.

Lo que hicieron fue experimentar con el cultivo de plantas y domesticar los animales, unas prácticas que permitieron el surgimiento de los primeros poblados estables y, por consiguiente, el desarrollo, más adelante, de las grandes civilizaciones antiguas. Decidieron construir sus propias cabañas, en un principio de forma rudimentaria, pero con el tiempo se fueron tecnificando hasta llegar a verdaderas viviendas compartimentadas, algunas de casi 50 metros cuadrados, construidas con muros de piedras y con suelos de cal.

Pero, ¿Cómo pensaron y desarrollaron estas casas? ¿Por qué usaron los suelos de cal? ¿Qué les llevó a suponer que era buena idea dejar de ser nómadas y asentarse en un lugar? o, ¿por qué y de qué manera apostaron por domesticar animales y plantas? Muchas preguntas, algunas de ellas ya se han resuelto, otras aún están por resolver…

Bienvenidos a un nuevo capítulo de “Desenterrando el pasado”.

Para saber más

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Hallan unas figurillas humanas inéditas del Neolítico en Jordania

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TRANSCRIPCIÓN DEL PODCAST

Empecemos por este sonido que hemos escuchado al principio… Se trata del sonido que hace la leña quemándose para calentar el té que los trabajadores del yacimiento tomarán bien temprano cuando empiecen a trabajar. Una banda sonora que acompaña a los trabajadores del yacimiento cada día al amanecer.

Describe ese sonido Juan Muñiz, arqueólogo y codirector del proyecto. “Escucharles hablar a nuestros compañeros y a los trabajadores de allí tienen una forma de pronunciar el árabe de una forma muy característica de su tribu. Y bueno pues, a mí escuchar ese rumor de ellos hablando, sus tertulias… por la mañana el ruido que hace la crepitación de la leña cuando preparan el té. Eso es lo que siempre recuerdas en la cabeza”.

Juan Muñiz conoce muy bien este territorio, lleva años trabajando allí en el Próximo Oriente, al igual que el director del proyecto, Juan José Ibañez. Él es arqueólogo del CSIC en la Institución Milà y Fontanals.

El proyecto que nos ocupa está dirigido por investigadores del CSIC, la Pontificia Facultad de San Esteban de Salamanca y, la Universidad de Cantabria. Y, cuenta con la financiación, entre otros, de la Fundación Palarq.

En 2014 realizaron la primera campaña, en la que hicieron un primer sondeo. En septiembre y octubre de este año volverán a trabajar allí.

La historia sobre cómo encontraron el yacimiento es un tanto curiosa. Nos cuentan los arqueólogos que ya habían oído hablar de él previamente, así que decidieron embarcarse a buscarlo en el terreno que hay cerca del pueblo de Quneya, en la Meseta Jordana, pero no lo encontraron. Al no hallarlo decidieron recurrir la gente local en busca de pistas.

“Así que preguntamos a un señor del pueblo que es cazador y fue el que nos llevó al yacimiento. Y fue una suerte porque el año anterior había un equipo alemán buscando el mismo yacimiento pero no lo encontraron, estando ya excavando allí, vino la directora del equipo y dijo, estuvimos en aquella colina pero no pasamos por aca, que pena… era un gran yacimiento, ya me da pena no haberlo pillado nosotros. Pero tuvimos suerte y lo encontramos, gracias a este señor del pueblo”.

Este señor, de nombre Omar, del pueblo les llevó al yacimiento, y les facilitó el contacto iniciar los trabajos allí, unos trabajos que están permitiendo documentar las primeras formas de civilización.

Así que el equipo español tuvo mucha más suerte que el alemán y todo gracias, cómo siempre contamos, a la gente que conoce bien el terreno, los locales.

“Colaboramos mucho, además con buenos amigos en mi caso y llevan trabajando muchos años en cuestiones de arqueología con lo cual saben lo que estamos buscando y lo que queremos. Llevan caminados todos esos montes. Y simplemente con el tipo de material que necesitas identificar ellos te dicen dónde está la acumulación”.

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Kharaysin es un yacimiento físicamente exigente. Los arqueólogos que se mueven por el lugar más vale que tengan unos buenos gemelos, porque está situado en plena pendiente.

“Hay una carretera y luego hay una pendiente que va a dar al río Zarqa y el yacimiento está en la pendiente. Esta gente del neolítico que eran gentes que se estaban sedentarizando, habían dejado de ser cazadores recolectores y pasaban a ser ganaderos y habían experimentado muchas cosas, las primeras casas, los primeros ganados, los primeros cultivos. Ellos se asentaron en esta pendiente y lo que hacían era excavar sus casas en la pendiente”.

Se trata, pues, de un asentamiento de 25 hectáreas, situado en un paisaje mediterráneo árido. Le pedimos al director que nos diga algún paisaje español que se pueda parecer al sitio dónde trabajan… para así hacernos una idea.

“Podría ser algo así como Murcia o quizás Alicante pero tampoco estaría muy lejos del Penedés. O sea que hay olivos, también frutales en zonas de irrigación y lo demás es una estepa seca. Allá en el Próximo Oriente, en esta zona, la transición entre costa y interior es bastante rápida en 60 kilómetros llegas al desierto.

Imaginaros, ya es duro trabajar en pendiente, cómo para tener que soportar altas temperaturas. El clima del lugar es caluroso así que cuando trabajan allí tienen que ir bien protegidos para evitar el contacto con el sol. Es por eso que su mejor aliado para las largas jornadas de trabajo es el té, ojo, té caliente.

El té es una acto social allí, no solo era un momento de parar y de tomar algo… por cierto te caliente en el desierto que a la gente le extraña pero es precisamente lo que necesitas para regular la temperatura del cuerpo. Por la mañana cuando llegamos los compañeros están haciendo sus tés y cuando llegamos nos invitan a nosotros a que nos tomemos el té que es una invitación que nos hacen. Tienes que aceptar el té que te dan porque es un acto de es un momento como de decirte, buenos días, no?”

“La ocupaciones nuestras comienzan entorno a 9.200 años a.C., y terminan entorno a 6.800 años a.C. y este es un periodo clave porque serían las primeras ocupaciones de los poblados con las primeras experiencias de cultivo, del control de los animales y el cultivo de cereales y leguminosas".

Estamos hablando de los primeros grupos humanos en experimentar con el cultivo de plantas, por lo tanto, en convertir las plantas en especies domésticas.

“Pensamos que es una manipulación genética inconsciente. En los animales es consciente. Es coger el animal, tenerlo en tu yacimiento, encerrado, atado y reproducirlo según los patrones que tu veas. Quieres potenciar animales más grandes, pues coges sementales. Vas dirigiendo la domesticación pero en las plantas es probable de que fuera más inconsciente porque los mecanismos de reproducción son más difíciles de controlar”.

Hasta el momento el equipo ha documentado la presencia de plantas como trigo y cebada, así cómo leguminosas, habas, guisantes, lentejas o garbanzos. Además, se entiende que estas plantas eran manipuladas ya que han encontrado útiles de molienda, manos de mortero y cazoletas dónde trataban los cereales.

Hasta el momento el equipo ha documentado la presencia de plantas como trigo y cebada, así cómo leguminosas, habas, guisantes, lentejas o garbanzos.

Vamos a viajar en el tiempo y retroceder 9.500 años. ¿Cómo nos tenemos que imaginar el poblado dónde residen estos primeros pobladores que se sedentarizaron?

“Esta gente ya tiene casas, que son cuadradas, que están construidas en superficie, tienen muros. Casas muy similares las unas a las otras, organizadas en paralelo y tienen calles rudimentarias. Así que este poblado sería un poblado de payeses en los que la gente iría a cultivar, cuidar el ganado… una imagen muy familiar para nosotros, porque ellos ya son agricultores y ganaderos. Cazaban, cultivaban y tenían sus ganados”.

Este período de la historia, el Neolítico, en el que apareció la agricultura y el pastoreo de animales sentó las bases que permitirían, unos milenios más tarde, el surgimiento de las grandes civilizaciones antiguas.

“También tenían algunos intercambios a larga distancias, podía viajar. Tenían por ejemplo obsidiana anatolica que viene de 1000 km de distancia. Así que ya tenían sus contactos a larga distancias, al casarse se podían casas con poblados vecinos. En algún caso hemos estudiado los isótopos estables de estroncio y sabemos que hay gente que viene de lugares cercanos. Un 10% de la población no vivió su juventud en el yacimiento, así que viene de otros lugares. Así que ya tienen sus intercambios ¿no? por matrimonio o lo que fuera.

Evidentemente, este cambio en el modo de vida de los pobladores que residían en la zona genera un gran número de preguntas a los investigadores… ¿Cómo descubrieron que las plantas y los animales se podían domesticar? O, también, ¿Cómo se dieron cuenta de que era más ventajoso vivir en un sitio siempre que no ir moviéndose?

Los investigadores se preguntan aún por qué decidieron apostar por quedarse en un sitio, pero intuyen cuáles pueden ser las ventajas y, también, los inconvenientes.

“Si te sedentarizas hay una aumento de la fertilidad femenina, y las poblaciones se hacen más grandes pero también crece la mortalidad porque hay más enfermedades. Estás conviviendo con los animes y ahora conocemos el riesgo de que pasen las enfermedades de los animales a las personas. Hay más epidemias porque la gente vive más concentrada”.

Individualmente, vivían peor que los cazadores recolectores, pero en colectivo podrían apoyarse entre sí al vivir en grupos, así que la convivencia y, la supervivencia, era más sólida, cuentan los expertos.

Enfermedades en el Neolítico

Pero la coexistencia de tantas personas juntas con animales puede desembocar en enfermedades. Un elemento que pondría de manifiesto que los primeros pobladores de la zona se percataron del peligro de no tener una buena higiene son los suelos de cal. Es decir, cubrían los suelos con mortero de cal, para así asegurar una mejor limpieza del hogar.

“Te permite baldear, expulsar fuera de casa la basura por lo tanto haces de un recinto interior poco aireado y despejado lo haces más limpio. Esta acumulación de personas en poblaciones estables permite tener más hijos, no tienes que caminar con ellos, no eres nómadas, puedes tener un grupo social mayor, por lo tanto esto va a aumentar demográficamente el grupo y hay que minimizar los riesgos”.

Y aquí el codirector del proyecto apunta a la idea de esta estrecha relación entre una buena higiene y un aumento de la población. A más pulcritud, más natalidad y más longevos sus habitantes.

“Hay una transición entre los colectores recolectores que tiraban la basura en cualquier sitio, generalmente fuera de la cabaña y esta gente ahora lo que hace es mantener el suelo. Los suelos son suelos limpios esta gente está limpiando el suelo, se sabe que estos suelos de cal permite limpiarlo con aguas y entonces la basura es algo exterior. Forma parte esta nueva relación con la basura que hace que sea una vida higiénicamente más adecuada para poder vivir”.

Además, hay que destacar también la capacidad técnica de estos poblados… Cocinaban la cal a 800 grados en hornos. Después la mezclaban, cubrían el suelo de la casa y lo pulían.

“No solo saben hacer cal sino que la aplican muy bien, saben hacerla con inclinación saben darle una belleza y una forma grata al lugar… no hay que perder de vista que los hacen de cal para poder limpiarlos, incluso los llegan a hacer decorados”.

Por cierto, el equipo de arqueólogos ha datado el primero de los suelos de cal en una antigüedad aproximada de hace unos 10.800 años.

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Al arqueólogo y codirector Juan Muñiz le fascina el urbanismo de estos primeros pobladores de Kharaysin. Pero aún tiene muchas preguntas… ¿Cómo construyeron una casa por primera vez? ¿Qué pensaron? ¿Cómo la organizaron?

“Ver eso es interesantísimo… ver como intentan imitar abrigos haciendo la casa dentro de la ladera, como hay un cambio en la forma de hacer las uniones de los muros, y cuando consiguen hacer esas casas tan enormes, en la que nosotros estamos excavando, cómo distribuyen el espacio, con habitaciones…Claro, estamos hablando de unas personas que vivieron hace más de 10 mil años eh. Hay que ponerse en ese sitio, no es en el de ahora, de nuestra forma de vida, sino la primera vez que dices, me quedo aquí y construyó una casa. Para mi eso es interesantísimo”.

Interesante también es la evolución en la construcción de las casas en el tiempo. En un principio las cabañas tenían forma oval y estaban excavadas sobre el terreno y contaban con una cubierta vegetal. Más adelante se pasó a casas cuadradas con muros de piedra o de cal.

“Las primera cabañas es un espacio único y después comienzan a haber cabañas con habitaciones divididas que implica divididas que implica funciones diversas. Zona de almacenamiento, o una zona de cocina o de habitación para dormir. Esto implica nuevos conceptos en la organización de la unidad doméstica de las personas y de las funciones que tiene la casa”.

Según cálculos realizados por los investigadores, en una casa de unos 50 metros cuadrados (ya le gustaría a más de uno contar con este espacio), podrían llegar a vivir unas 5 o 6 personas.

Otro de los grandes temas del neolítico es el mundo funerario, ya que este es muy complejo. En el yacimiento de Kharaysin se han encontrado 80 individuos enterrados. Los enterramientos resultan tan complejos que los expertos aún no han conseguido extraer un patrón de comportamiento respecto a los ritos funerarios y al culto a los muertos.

Según cálculos realizados por los investigadores, en una casa de unos 50 metros cuadrados podrían llegar a vivir unas 5 o 6 personas.

“Cuando había pasado un tiempo abrían la tumba extraían el cráneo, pero no solo, también huesos largos. Hay una serie de acciones que realizan con estos huesos y después esos huesos se vuelven a recoger y se vuelve a depositar en la zona de enterramientos así que cuando desenterramos podemos encontrar, tumbas primarias de individuos en posición fetal que tiene cabeza, otras que no tienen cabezas. A veces hay huesos humanos en relación a un enterramiento de un animal…

… incluso, nos cuenta, han encontrado cráneos empotrados en la pared.

Cómo decimos es difícil comprender el mundo funerario de este yacimiento. Si se sabe, por ejemplo, el cambio en la manera de enterrar entre los cazadores recolectores y los poblados neolíticos. Los primeros se enterraban en tumbas alargadas y con las piernas estiradas y los segundos en posición fetal, es decir, se recogían las rodillas.

Uno de los hallazgos más impresionantes hecho por este equipo español en relación al mundo funerario son unas figurillas humanas hechas con sílex encontradas en la zona de la necrópolis, alrededor de varios cuerpos inhumados.

Se trata de pequeñas figuras, de entre 2 y 5 centímetros, con forma alargada y que tienen dos muescas en cada lado, arriba y abajo, que corresponden al cuello y a la cintura.

“Esto era unos útiles muy pequeñitos con dos escotaduras y al analizarlo en el microscopio vimos que no eran útiles que no estaban usados entonces claro que es eso si no son útiles y están hecho en sílex que son de que están hecho los útiles, lo que hicimos fue analizar la distribución que tenían en el yacimiento y vimos que estaban asociados a los muertos”.

El sílex es un material asociado normalmente a la fabricación de herramientas, pero no a un uso ritual. Por lo tanto, este descubrimiento arrojaría luz sobre el nacimiento de los rituales en el Neolítico.

Trabajar en el Próximo Oriente es trabajar en el lugar donde se originó el Neolítico. El director, Juan José Ibañez, se enamoró rápidamente de este sitio y siempre quiere volver allí.

“Cuando vas allí vas por una cuestión arqueológica pero cuando conoces el país te enamoras del sitio no? Estuve muchos años trabajando en siria y fue un drama… y la verdad es que al principio cuando empezó la guerra muchas veces soñaba, que estaba excavando y tenía que ir y todos los días miraba las noticias no? El Líbano es muy especial, Turquía, he excavado y ahora en Jordania… para un arqueólogo son un paraíso… no solo para el neolítico, antes y después… se desarrollan las grandes culturas… Si eres una persona abierta a conocer te gusta estar allí”.

Está claro que Juan José Ibáñez, volverá a trabajar en el Próximo Oriente, tierra por la que se siente muy seducido. Continuará junto a Juan Muñiz y todo su equipo, el trabajo en el yacimiento de Kharaysin durante algunos años, tratando de dar respuesta a muchas de las preguntas que ahora están en el aire.

Por qué decidieron esos hombres nómadas asentarse en este lugar? ¿Cómo decidieron domesticar animales y plantas? ¿Cómo eran sus ritos funerarios? ¿Por qué una vez muerta una persona desentierran las cabezas y las agrupan en otro sitio? Y, esas figuritas de sílex, ¿por qué están asociadas a la necrópolis?

En fin, el equipo del proyecto seguirá trabajando para saber más sobre cómo se asentaron estas primeras formas de civilización incipientes.

Porque como siempre decimos, a fin de cuentas, conocer nuestro pasado es conocernos mejor en el presente.

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