Culturas misteriosas

Chankillo, el observatorio solar más antiguo de América

El complejo arqueoastronómico de Chankillo, ubicado en la costa centro-norte de Perú, está formado por un conjunto de construcciones que se alzan en medio de un paisaje desértico. Según los investigadores, sus trece torres, situadas sobre la cresta de una colina, unidas a los elementos naturales, permitían la observación tanto de la salida como de la puesta del Sol durante todo el año.

Vista aérea del complejo arqueoastronómico de Chankillo, en Perú. 

Vista aérea del complejo arqueoastronómico de Chankillo, en Perú. 

Vista aérea del complejo arqueoastronómico de Chankillo, en Perú. 

Foto: Ministerio de Cultura de Perú

Perú es uno de los países que atesora uno de los legados históricos y arqueológicos más impresionantes del mundo. La legendaria Machu Picchu, las fortalezas de Ollantaytambo y Sacsayhuamán, la ciudad de Cuzco, la ciudadela de barro de Chan Chan, las huacas del Sol y la Luna o las misteriosas líneas de Nazca son solo algunos ejemplos.

Pero entre los grandes desconocidos del país andino se encuentra el complejo arqueoastronómico de Chankillo, que está considerado por los expertos como el observatorio solar más antiguo de América. De hecho, las ruinas de Chankillo emanan una historia fascinante. Con su ancestral observatorio solar y su gran centro ceremonial de más de 2.300 años de antigüedad, el sitio arqueológico de Chankillo fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2021.

Ubicación geográfica del complejo arqueoastronómico de Chankillo, en Perú.

Ubicación geográfica del complejo arqueoastronómico de Chankillo, en Perú.

Ubicación geográfica del complejo arqueoastronómico de Chankillo, en Perú.

Foto: Google Maps

una ubicación estratégica

Situado en la provincia costera de Casma, en la región de Áncash, se cree que este espectacular tesoro arqueológico pudo haber estado habitado entre 500 y 200 a.C. por los sechín, un pueblo poco conocido, pero con una tecnología lo suficientemente sofisticada como para levantar el enorme complejo astronómico y ceremonial en tan solo 25 años. El sitio arqueológico cubre unos cuatro kilómetros cuadrados y está conformado por trece torres, que miden entre tres y siete metros de altura, construidas en piedra y barro, perfectamente alineadas de norte a sur sobre una colina. El lugar cuenta, al menos, con dos puntos de observación, uno orientado a amanecer y otro a la puesta de Sol.

Según las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en Chankillo, se piensa que el lugar pudo estar habitado entre 500 y 200 a.C.

Panorámica de las trece torres que aún se alzan en el complejo de Chankillo, vistas desde el oeste.

Panorámica de las trece torres que aún se alzan en el complejo de Chankillo, vistas desde el oeste.

Panorámica de las trece torres que aún se alzan en el complejo de Chankillo, vistas desde el oeste.

Foto: Juancupi (CC BY-SA 4.0)

Esta estratégica ubicación permitía a los habitantes de Chankillo poder señalar con bastante exactitud los solsticios y los equinoccios, los cambios de estación y todos los movimientos cíclicos del astro rey. La precisión de sus observaciones astronómicas era tal que el margen de error se estima en tan solo uno o dos días, lo que demuestra sus avanzados conocimientos astronómicos. De hecho, una de las características que hace de este complejo algo único en el mundo es que, a diferencia de otros antiguos observatorios, las observaciones llevadas a cabo en Chankillo abarcaban todo el ciclo anual del Sol. 

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las trece torres de Chankillo

Chankillo estuvo formado por un área administrativa, una residencial y una sagrada donde se alzaba un templo circular de unos 300 metros de largo rodeado por unas murallas concéntricas, resguardado en lo alto de la colina, y en cuyo interior se ha descubierto la representación antropomórfica de una divinidad con forma de araña y rasgos femeninos. Además del observatorio, en el complejo también se abrían un grupo de plazas y patios.

Pero, sin duda, lo más llamativo de Chankillo son sus trece torres, que forman una especie de horizonte dentado que se prolonga unos 300 metros y que, de manera coincidente, marca la salida y la puesta del Sol a lo largo de todo el año. Durante el solsticio de diciembre, el Sol se eleva por detrás de la torre situada más al oeste (la torre trece) y seis meses después, durante el solsticio de junio, se observa la salida del Sol a la izquierda de la primera torre.

Chankillo estuvo formado por un área administrativa, una residencial y una sagrada con un templo circular de unos 300 metros de largo.

Vista general de Chankillo, con el templo fortificado en primer término.

Vista general de Chankillo, con el templo fortificado en primer término.

Vista general de Chankillo, con el templo fortificado en primer término.

Foto: Ewicho (CC BY-SA 4.0)

De este modo, los sechín disponían de un preciso calendario gracias tanto a esa línea ficticia del horizonte como a las observaciones que realizaban desde las torres, que disponían de una estrecha escalinata que permitía el acceso a una terraza superior desde donde poder contemplar el firmamento.

el abandono de chankillo

De hecho, Chankillo debía de presentar un aspecto impresionante en su momento de máximo esplendor. Sus torres pintadas (todavía quedan restos de los pigmentos originales que se usaron en su decoración: amarillo, blanco y ocre), revocadas y ornamentadas debían de sugerir, a quien las contemplase, la idea de que se hallaba en un lugar imponente y sagrado.

Finalmente, Chankillo fue abandonado en el siglo I a.C. Pero ¿por qué se marcharon sus habitantes? A día de hoy todavía se desconoce la causa, aunque uno de los posibles motivos que los investigadores han aducido para explicar su abandono pudo ser la presión que empezó a ejercer en el territorio la emergente cultura chavín, instalada en una región que no tardaría en dominar. Más tarde serían los propios chavín quienes, a su vez, acabaron desapareciendo bajo la presión del pueblo mochica.

Tal vez Chankillo fue abandonado a causa de la presión que empezaba a ejercer la cultura chavín.

De hecho, todos estos conflictos bélicos fueron confirmados por los arqueólogos cuando desenterraron una serie de figurillas que representaban a unos guerreros armados con lanzas, porras y propulsores. A pesar de ello, aún existen muchos misterios por revelar en Chankillo, puesto que hasta la fecha los arqueólogos solo han podido estudiar un uno por ciento de este singular complejo astronómico.

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