periodismo de sucesos

El Caso, crónica de la España negra

Especializado en noticias de sucesos, el periódico "El Caso" fue a la vez amado y vilipendiado (de él se llegó a decir que era un diario "feo y de porteras" y que incluso "chorreaba sangre de sus páginas"). Aquel semanario, reflejo de una España sórdida, tuvo que lidiar durante años con la censura franquista para acabar desapareciendo y resurgir de sus cenizas en 2016.

Imagen publicitaria de la serie televisiva El Caso.

Imagen publicitaria de la serie televisiva El Caso.

Foto: PD

Creado como un clásico semanario de sucesos en los duros tiempos del franquismo, el periódico El Caso acabaría convirtiéndose en una publicación mítica que reflejaría como nadie la España más negra de la mano de periodistas valientes y arrojados que no le hacían ascos a contar historias casi siempre truculentas, que incluso en algunos casos chocaban diametralmente con las proclamas del régimen. A todas las dificultades a las que debían hacer frente se sumaba asimismo la dura censura franquista, que no dejaba ni una línea ni una imagen sin controlar. Esta es la historia de este singular semanario en el cual se ha basado recientemente una serie televisiva protagonizada por el actor Fernando Guillén Cuervo.

Sensacionalismo real

Con una tirada inicial de 11.500 ejemplares y un precio de dos pesetas, El Caso aterrizó en todos los quioscos de España el 2 de mayo de 1952. Fue fundado por el periodista, empresario y escritor Eugenio Suárez Gómez junto con varios reporteros del diario Madrid. El propio Suárez se refería así a la publicación del primer ejemplar: "El primer número pudo ver la luz porque convencí a una firma de relojes suizos para que anticipara la publicidad de un año". Los periodistas del semanario (entre los que se contaba Enrique Rubio, uno de los impulsores de la publicación) tanto de Madrid como de sus delegaciones en Barcelona, Aragón y Baleares, escribían bajo seudónimo acerca de los asuntos más sórdidos y escandalosos que tenían lugar en la época. En efecto, el sensacionalismo vendía, pero en ningún momento El Caso se valió del engaño para atraer la atención de los lectores hacia las exiguas doce páginas de las que inicialmente constaba la publicación.

Los periodistas del semanario, tanto de Madrid con de sus delegaciones en Barcelona, Aragón y Baleares, escribieron bajo seudónimo acerca de los asuntos más sórdidos y escandalosos de la sociedad española del momento.

La primera portada del El Caso, diseñada por los dibujantes del rotativo, presentaba a un grupo de ladrones que huían de la justicia, y fue esa portada la que cautivó a los lectores que, una vez abrían la revista por la primera página, se encontraban con historias fascinantes e increíbles. Desde sangrientos asesinatos y todo tipo de dramáticas situaciones a incluso avistamientos de platillos volantes y contactos con extraterrestres (de hecho El Caso y el diario Madrid fueron las primeras publicaciones en dar voz a toda aquella gente que juraba y perjuraba haberlos visto). El periodista Juan Rada, que fue director de la publicación y autor del libro 60 Aniversario. El Caso. Semanario de Sucesos, cuenta en su obra que "fueron unos años de gran boom de los platillos volantes. Había mucha gente que decía verlos. Nosotros recibimos muchas llamadas y cartas de personas que decían tener contacto". El Caso también se hizo eco de algunos hechos delictivos rodeados de misterio, como el famoso "caso de la mano cortada", un suceso luctuoso que tuvo lugar en 1954 y que involucró a la aristócrata Margarita Ruiz de Lihory, que fue acusada de mutilar el cadáver de su hija tras su muerte. O el atroz crimen cometido en 1962 por el sastre José María Ruiz en su piso de la calle Malasaña de Madrid, donde este hombre, en apariencia tranquilo, asesinó a puñaladas y martillazos a toda su familia y luego se suicidó, mientras gritaba "¡Ellos me obligaron a hacerlo!".

Contra viento y marea

La labor periodística y de investigación que llevaba a cabo el semanario no era para nada sencilla. El atrevimiento de sus historias desafiaba a una censura que solo permitía la publicación de todo aquello que antes hubiera pasado por el estrecho cedazo de la Dirección General de Seguridad. En realidad la ley tan solo permitía publicar una noticia de crímenes a la semana, y esta era cuidadosamente escogida por el régimen. El resto de noticias debían tratar sobre sucesos cotidianos como robos, timos y todo aquello que afectara a la gente de a pie. A pesar de ello, los periodistas de la redacción disponían de sus propias herramientas y trucos para llenar las páginas de la revista de más sucesos "truculentos" de los que autorizaba la ley.

El atrevimiento de las historias de El Caso desafiaba a una censura que solo permitía la publicación de todo aquello que antes no hubiera pasado por el cedazo de la Dirección General de Seguridad.

En El Caso trabajaron destacados periodistas, entre los que se encontraba Margarita Landi, una reportera cuya forma de escribir, fría e irónica, "enganchaba" rápidamente al lector. El nombre real de Landi era Encarnación Margarita Isabel Verdugo Díez, una mujer que se vio golpeada en diversas ocasiones por la tragedia: se quedó viuda a los veintiocho años y también perdió a sus dos hijos. Famosa por su larga melena rubia, por conducir un descapotable y fumar en pipa, Landi era muy conocida en la Brigada Criminal, y aprovechaba sus contactos allí para escribir historias tan impactantes como el Crimen de la Tinaja, el asesinato de Silió, el caso del violador de ancianas y el famoso "misterio de la mano cortada" al que ya nos hemos referido. Landi escribiría sobre su trabajo: "A mí ya no me sorprende nada; a estas alturas hay situaciones que me conmueven, pero no me sorprenden. Sé que matar es fácil, que todos podemos hacerlo por buenos y pacientes que seamos; sé también que hay seres malvados que asesinan por el menor motivo y que, a su vez, pueden morir porque con su maldad incita al crimen; sé también que no es preciso tener licencia de uso de armas para acabar con la vida del prójimo [...]. Por mi trabajo he aprendido muchas cosas: que hay crímenes perfectos, ¡y muchos!, y que hay condenas y absoluciones injustas...".

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El Jarabo

Una de las historias más sonadas del semanario, y que comportó una tirada de nada menos que 480.000 ejemplares, fue la que se publicó el 21 de julio de 1958: El caso Jarabo. José María Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez-Morris era un hijo de familia bien y sobrino del presidente del Tribunal Supremo. Más conocido como El Jarabo, el joven era conocido por ser un galán, un gran bebedor y por verse involucrado en más de una ocasión en líos de faldas. Durante una noche de excesos, El Jarabo acabó a sangre fría con la vida de dos hombres y dos mujeres. El drama se desató cuando los dueños de la casa de empeños Jusfer no le permitieron recuperar un anillo que había empeñado. Entonces, El Jarabo, enfurecido, se presentó en casa de uno de los socios y le descerrajó un tiro en la nunca. En aquel mismo momento también acabó con la vida de su mujer, que estaba embarazada, y con la de la criada. Tras pasar la noche bebiendo, el asesino esperó a que el otro socio abriera la tienda para acabar también con su vida. Pero el traje manchado de sangre que llevó al tinte alegando que era a causa de una riña callejera causaría su ruina. Tras comprobar la escena del crimen, la policía dedujo que el asesino se habría manchado de sangre y seguidamente avisó a todas las tintorerías de Madrid para que alertaran a las autoridades en el caso de que les llegase para lavar ropa con alguna mancha sospechosa. Como así fue.

El Jarabo se presentó en casa de uno de los socios y le descerrajó un tiro en la nunca. En aquel mismo momento también acabó con la vida de su mujer, que estaba embarazada, y con la de la criada.

Cartel publicitario de la serie televisiva El Caso.

Foto: PD

Con la llegada de la Transición, en España nacieron otros semanarios que tocaban otro tipo de temáticas, como Cambio 16 o Interviú (que dobló su tirada gracias a la contratación de la famosa periodista de El Caso Margarita Landi). En aquellos momentos, la feroz competencia televisiva era un rival a tener muy en cuenta y con el que el legendario semanario tenía difícil competir. Su contenido y su estilo empezaban a no encajar en la sociedad española de los años ochenta, y su último número se publicó el 29 de agosto de 1987. En Almería surgió en septiembre de ese mismo año una nueva publicación con el mismo nombre bajo la dirección del periodista Joaquín Abad, que estuvo en funcionamiento hasta 1997.

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Un misterioso final

Tras el cierre del diario almeriense el 24 de septiembre de 1997, acuciado por las deudas, se pierde la pista del famoso archivo fotográfico de El Caso, que contaba con más de un millón de fotografías. Nadie sabe dónde fue a parar todo aquel ingente material. Sigue siendo un auténtico misterio. Aunque lo cierto es que el semanario sufrió un incendio en sus instalaciones y lo que no consumió el fuego se perdió entre los contenedores de la basura. Una desaparición que comportó la pérdida de una parte de la historia periodística de España.

El semanario sufrió un incendio en sus instalaciones. Lo que no ardió se perdió entre los contenedores de la basura, y con aquella irrecuperable pérdida lo hizo también una parte de la historia periodística de España.

Desde el año 2013, y gracias a las nuevas tecnologías, El Caso volvió a ver la luz como diario digital, y a partir de 2016 renació de sus cenizas y volvió a editarse en papel. Hoy en día podemos encontrarlo en los quioscos con la misma periodicidad semanal que su antecesor. Con una tirada de 100.000 ejemplares y un formato a todo color, esta magnífica iniciativa partió de los periodistas Joaquín Abad y Juan Rada. De hecho, la historia de El Caso la definiría con innegable acierto el escritor Francisco Umbral: "Era una manera de mostrar la España real contra la España oficial de la dictadura. Los sucesos fueron una tercera vía para mostrar la verdad del país. Franco permitió El Caso porque pensaba que la gente, distraída con el crimen de la portera, la gata con alas o el hongo milagroso, se iba a despolitizar, como así fue".