Últimas palabras

La carta secreta que escribió Marilyn Monroe antes de morir

Diez días antes de fallecer en extrañas circunstancias, la actriz se dirigió a su amigo Truman Capote para pedirle ayuda: sabía que la vigilaban y creía estar en peligro. Este documento, recuperado en 2014, resulta clave para entender una de las muertes más misteriosas de la historia de Hollywood.

Marilyn Monroe

Marilyn Monroe

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“Querido Truman: Te escribo esta carta en un auténtico estado de desesperación. No confío en nadie en mi entorno, y te mando esta carta porque tú sabes que tú y yo nos parecemos en muchos aspectos y conocemos muchos de nuestros secretos”. Así empezaba la carta que Marilyn Monroe escribió a Truman Capote el 25 de julio de 1962. Pocos días después, durante la noche del 4 al 5 de agosto, Marilyn moría en extrañas circunstancias en su casa en Brentwood, California, y se desataba así el caos mediático alrededor de su muerte: nadie conseguía entender qué había pasado.

Esta última y desesperada carta jamás llegó a su destinatario, que se encontraba en Palamós, un pequeño pueblo de la costa catalana, alejado de la bulliciosa vida de Manhattan e inmerso en la escritura de su famosa novela A sangre fría. De haber llegado, sin duda alguna, las palabras de Marilyn Monroe hubiesen arrojado luz sobre muchos de los misterios que rodearon el final de su vida, incógnitas que quedaron abiertas durante décadas.

El hallazgo 

A principios de 2014, Frederic Cabanas, el mayor especialista y admirador de Marilyn Monroe en España, se encontraba a pocos meses de abrir el primer museo de Europa dedicado a la actriz. La fascinación de Cabanas por Monroe había empezado a los 22 años cuando, en el escaparate de una librería de Barcelona, el pintor vio un libro en cuya portada aparecía la actriz. De vocación artística, Cabanas compró aquel primer volumen y sintió que había encontrado “la musa perfecta”, una figura que recrearía reiteradamente en futuros lienzos, pinturas y poemas.

A partir de entonces, Frederic Cabanas empezó una colección de fotografías, periódicos, impresos, postales objetos personales y miles de documentos clasificados sobre la actriz, además de la colección de libros sobre Marilyn Monroe más extensa del mundo, que ahora iba a reunir en una exposición de carácter permanente en la sede de la Fundació Cabanas, en el corazón de Sant Cugat del Vallès. Lo que Cabanas no podía imaginar era que la pieza más extraordinaria de su colección estaba por llegar.

El 7 de enero de 2014, el coleccionista recibió una llamada de Zaragoza. Al otro lado del teléfono, un hombre llamado Luís Güell, decía haber encontrado una carta perdida de Marilyn Monroe y le pedía ayuda para verificar la autenticidad del manuscrito. Al parecer, la carta había permanecido escondida durante más de medio siglo en el interior de un estuche Montblanc que contaba con una doble tapa.

Frederic Cabanas dedicó seis años a verificar el documento, hasta que finalmente confirmó que era un original de Marilyn Monroe

Luis Güell había comprado el estuche y el bolígrafo Montblanc a una familia que sabía de la existencia del manuscrito, pero que jamás había intentado adivinar qué decían aquellas palabras mecanografiadas a doble cara. Ni ellos, ni el propio Luis hablaban inglés, sin embargo, el comprador no pudo resistir la curiosidad de abrir y ojear la carta y en ella reconoció los nombres de algunos de los personajes más importantes de la década de los 60: Sam Mooney (Giancana, el jefe de la mafia), James Angleton (antiguo jefe de la C.I.A.), Truman Capote, John Fitzgerald Kennedy y, por último, las siglas “M.M”, al final del documento.

¿Podía ser aquella la firma de Marilyn Monroe? Preguntó Luis Güell al coleccionista, que en seguida comparó aquella carta con otras dirigidas por la actriz a personas de su círculo más cercano y tuvo la certeza de que era un original. Pese a esta primera intuición, pasaron seis años hasta que Frederic Cabanas logró verificar de manera oficial la carta. Sin embargo, mucho antes, el pintor y su amigo Àngel Llacuna, vasto conocedor de los últimos días de Marilyn, consiguieron traducir el mensaje y, al comprender finalmente su contenido, quedaron absolutamente perplejos.

Marilyn Monroe leyendo 'Sobre la técnica de la actuación' de Michael Chejov.

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El contenido de la carta

En su mensaje dirigido a Truman Capote, la actriz le explicaba algunas de sus mayores preocupaciones y le pedía ayuda. Monroe sentía que estaba siendo vigilada y desconfiaba de la gente a su alrededor, por eso había acudido a casa de unos vecinos, con la excusa de que su máquina de escribir se había roto, para mecanografiar el mensaje sin que nadie la viera.

Uno de los temas que más le inquietaban era su relación sentimental con John Fitzgerald Kennedy, por entonces presidente de los Estados Unidos. En su carta, la actriz aseguraba que quería hacer pública la relación, afirmando que Jackie Kennedy, la esposa del presidente, era conocedora de aquel romance y que tanto ella como Jack (nombre que utilizaba en su círculo cercano) merecían ser felices.

Ofuscada, la actriz decía que la mayoría de sus amigos le habían recomendado que terminara aquella relación, ya que vincularse de tal manera al hombre más poderoso de los Estados Unidos la podía poner en peligro, e incluso relataba cómo su amigo Frank Sinatra la había invitado a pasar un fin de semana juntos para convencerla de tomar aquella decisión.

"Tanto Jack como yo nos sentimos manipulados, vigilados", afirmaba Marilyn Monroe en su carta.

Marilyn Monroe

Marilyn Monroe

Marilyn Monroe cantando 'Happy Birthday, Mr. President' a John F. Kennedy en mayo de 1962.

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Sin embargo, Marilyn estaba decidida a luchar por su amor y a darlo a conocer: “También tengo pruebas de mi amor con Jack que no dudaré en mostrar al mundo entero si así podemos ser más felices tanto él como yo, si así consigo liberarlo de su propia vida”. Esta intención no gustaba ni a la familia Kennedy, ni a su entorno, que preferían mantener en secreto la relación entre el presidente y la actriz.

Más adelante, Monroe afirmaba que se sentía “como la mosca que está en medio de la telaraña y a mi alrededor tengo grandes arañas, a la espera de desgarrarme, amenazantes” y aseguraba que “tanto Jack como yo nos sentimos manipulados, vigilados”. Temerosa, Marilyn le pedía a su amigo que, en el caso de que sucediera algo extraño, llamara a determinado número del Departamento de Justicia. “Él (Jack) tiene toda la protección, yo solo el apoyo de la gente y aquellos que me admiran tanto, pero ellos no me pueden salvar”, confesaba la actriz.

Terminaba su última carta con las siguientes palabras: “Es probable que no entiendas nada, ya te lo explicaré todo en detalle, por el momento quédate con este mensaje. Tu consejo es el consejo de un hermano, y te quiero”.

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Una muerte misteriosa 

Procurando que su carta no fuera interceptada, Marilyn decidió mandársela a su amigo escondida en el interior del estuche del bolígrafo Montblanc que Truman le había regalado. “No me atrevo a enviarla por los canales normales, porque estoy segura de que no llegaría”, aseguraba, “He decidido hacerlo de otra manera, devolviéndote el bolígrafo Montblanc que me regalaste hace algún tiempo. ¿Te acuerdas? Qué día tan hermoso, cuando dijiste: Para que sigas cultivando tu arte de escribir. Me encantan tus poemas, son espontáneos y cándidos como tú”.

Frederic Cabanas no llegó a descubrir si Truman Capote recibió o no el estuche, sin embargo, resulta evidente que el escritor jamás llegó a leer la carta. La noticia de la muerte de su querida amiga Marilyn, a quien dedicó el famoso cuento Una adorable criatura, le sorprendió la mañana del 9 de agosto de 1962, en las portadas de los periódicos del quiosco de Palamós. De haber dado con el último manuscrito de Marilyn Monroe, Capote habría podido compartir aquella valiosa información y las declaraciones posteriores a la muerte de la actriz habrían sido completamente diferentes.

"Después de leer la carta, no puedo decir que no la asesinaron", asegura Frederic Cabanas.

El mundo se quedó con la siguiente duda: ¿acaso Marilyn Monroe se había suicidado o había muerto como consecuencia de una sobredosis accidental? Gracias a la carta sabemos que Marilyn Monroe tenía planes de futuro, que temía por su seguridad y que estaba en el punto de mira tanto de la mafia como de la familia y el entorno de los Kennedy. Frederic Cabanas asegura que “este tema me ha cambiado la vida completamente”, y no duda en afirmar: “después de leer la carta, no puedo decir que no la asesinaron”.

¿Fue Marilyn Monroe un daño colateral de las actividades de la mafia y su relación con el poder? ¿Fue silenciada por el entorno de los Kennedy para evitar que compartiera información que debía permanecer oculta? Muchas de estas preguntas continúan abiertas, sin embargo, las palabras de la actriz disipan dudas sobre el posible suicidio o la posible sobredosis accidental y apuntan a que su temprana y repentina muerte fue intencionada.

Tanto el estuche y el bolígrafo, como la carta original, como el libro La carta secreta de Marilyn Monroe, en el que Frederic Cabanas explica la historia del hallazgo de este documento y su posterior investigación sobre el tema se pueden encontrar en el Museo Marilyn Monroe de la Fundació Cabanas, en Sant Cugat.