La gran cantidad de relieves que han llegado hasta nosotros procedentes de tumbas del antiguo Egipto han proporcionado a los egiptólogos e investigadores una visión bastante exacta de cómo era la vida cotidiana hace miles de años a orillas del Nilo. Muchas de estas escenas, conservadas en las mastabas de altos funcionarios del Reino Antiguo (2543-2120 a.C.), nos acercan a los métodos empleados por los antiguos egipcios para producir y conservar multitud de productos y bienes de consumo básicos.
La recreación en los muros de las tumbas de escenas que muestran la producción de la mayoría de productos necesarios para el sustento, como pan, cerveza, leche, carne, pescado, hortalizas, vino, aceite... nos ofrece una magnífica perspectiva de la vida cotidiana de aquellas gentes, y nos ayuda a comprender cómo se organizaba la incipiente sociedad faraónica, así como su estructura económica, tanto doméstica como estatal.

Un hombre transporta una pierna de ternera y el que le sigue lleva un ánade. Tumba de la princesa Idut en Saqqara. Dinastía VI.
Un hombre transporta una pierna de ternera y el que le sigue lleva un ánade. Tumba de la princesa Idut en Saqqara. Dinastía VI.
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pan, cerveza y leche
Los antiguos egipcios disponían de una gran variedad de alimentos, aunque, sin duda, el pan y la cerveza fueron considerados básicos a lo largo de toda su historia. La elaboración de ambos productos se encuentra perfectamente documentada en numerosas escenas de tumbas del Reino Antiguo. Una vez cosechado el grano, este se almacenaba en silos, y para elaborar el pan primero era necesario preparar una masa mezclada con harina y agua. Luego se introducía en moldes, normalmente de forma cónica, redondeada, triangular... para cocerla, con lo que se obtenían hogazas de distintas formas. Pero parte de este pan no se consumía, sino que se usaba para elaborar la famosa cerveza egipcia.
Para lograr este popular producto, que en aquella época tenía mucho más de alimento que de bebida, se vertía un poco de agua en moldes para fabricar pan, se dejaba cocer y luego se volcaba esta mezcla en grandes vasijas. Allí se añadía el serenen (una sustancia a base de dátiles). Esta mezcla se amasaba bien, se filtraba y se dejaba reposar. Después se disponía en recipientes de gran tamaño cuyo interior se había frotado previamente con sin, un producto que al parecer ayudaba a retardar la fermentación. Posteriormente las jarras se sellaban y cerraban hasta la obtención final del producto.
La mezcla para elaborar cerveza se amasaba bien, se filtraba y se dejaba reposar. Después se disponía en recipientes de gran tamaño.

Escena que muestra a un joven ordeñando una vaca. Mastaba de Kagemni en Saqqara. Dinastía VI.
Escena que muestra a un joven ordeñando una vaca. Mastaba de Kagemni en Saqqara. Dinastía VI.
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Otro alimento básico era la leche. A partir de la dinastía IV se empieza a mencionar este producto en las listas de ofrendas, y a partir de entonces también se representan en las tumbas escenas de ordeño. Pero ¿cuál era su procedencia? Principalmente la leche procedía de bóvidos, ovejas y cabras. Así, después de ordeñar al animal, el producto se guardaba en jarras, normalmente ovoides, y se depositaba en lugares frescos para asegurar su conservación. Aunque la leche no solo se consumía en forma de bebida. En Abydos se localizaron unas jarras que contenían restos de productos derivados de la leche, como queso y mantequilla. Finalmente, también la miel para endulzar era un producto de gran importancia, así como el aceite, aunque en este caso la mayor parte procedía de la importación.
el vino
Otra bebida que, aparte de la cerveza, tenía un gran predicamento entre los antiguos egipcios era el vino. Los egipcios producían un vino de palma y otro de dátiles, aunque, sin embargo, el más importante y considerado era el obtenido de la vid, concretamente de la variedad Vitis vinifera, blanca o negra, de la que se producía tanto blanco como tinto.
Los egipcios producían un vino de palma y otro de dátiles, aunque, sin embargo, el más importante era el obtenido de la vid.

Jarra de vino procedente de la tumba de Sennedjem en Deir el-Medina. MET, Nueva York.
Jarra de vino procedente de la tumba de Sennedjem en Deir el-Medina. MET, Nueva York.
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El proceso de producción del vino no difiere mucho del actual. Los agricultores llenaban sus cestos de uvas, que volcaban en unas enormes cubas, donde se procedía a pisarlas para extraer el jugo, lo que daba lugar a una primera fermentación; luego se eliminaba la piel y las semillas. El líquido resultante se introducía en un saco con dos palos, que se retorcían para colarlo y obtener así el mosto. Luego este se metía en grandes ánforas selladas donde tendría lugar una segunda fermentación. En la parte superior del recipiente se escribían las características del vino. Finalmente, las ánforas eran contabilizadas por los escribas.
frutas y verduras
En cuanto a los campos egipcios, estos eran ricos en productos agrícolas, sobre todo debido a la gran fertilidad de los suelos, que se nutrían del negro limo dejado por la crecida anual del Nilo. De hecho, los egipcios complementaban su alimentación básica con una abundante variedad de frutas y hortalizas. Así, las representaciones de las tumbas muestran que después de la uva (que además de para hacer vino también se comía), las frutas más consumidas por los antiguos egipcios eran los higos, seguidos de los dátiles, los melones y las sandías.
Los egipcios complementaban su alimentación básica con una gran variedad de frutas y hortalizas.

En el registro superior, unos hombres recolectan papiro; abajo, un rebaño de vacas. Tumba de nefer y Ka-Hay, dinastía V. Saqqara.
En el registro superior, unos hombres recolectan papiro; abajo, un rebaño de vacas. Tumba de nefer y Ka-Hay, dinastía V. Saqqara.
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En cuanto a las verduras, la lechuga era una de las favoritas (esta hortaliza estaba asimismo relacionada con la fertilidad), seguida de las cebollas, los ajos y los puerros. También el loto y el papiro podían comerse. Estos eran alimentos consumidos sobre todo por las clases menos favorecidas, que ingerían las raíces, bulbos y tallos, tanto crudos como hervidos o asados.
carnes y pescados
Los egipcios de esta época también consumían carnes y pescados, que eran importantes fuentes de proteínas. La carne de bóvido era la preferida, aunque también se consumían cabras, órices, gacelas, aves, e incluso hienas. Tras sacrificar al animal en la carnicería, se procedía a despedazarlo y a tratar las diversas partes tanto para consumo inmediato como para su conservación. Normalmente la carne de res era la más apreciada, tanto a la parrilla como asada. Las aves también estaban muy solicitadas, y una vez desplumadas y preparadas podían conservarse en grasa (o tal vez incluso en sal, aunque no tenemos constancia de ello) en el interior de recipientes de gran tamaño.

Relieve de la tumba de Mereruka que muestra a dos hombres alimentando a la fuerza a una hiena que se encuentra atada. Saqqara. Dinastía VI.
Relieve de la tumba de Mereruka que muestra a dos hombres alimentando a la fuerza a una hiena que se encuentra atada. Saqqara. Dinastía VI.
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En cuanto al pescado, a pesar de ciertos tabúes en cuanto a su consumo (de hecho, no aparece representado en las mesas de ofrendas de las tumbas de este período), existen innumerables escenas de pesca decorando los muros de las sepulturas. La pesca se practicaba con lanza, red, nasa y arpón. Los artistas representaron con gran precisión las diversas especies que poblaban el Nilo: mugil, tilapia, barbo, synodontis, soplador del Nilo, pez gato o perca del Nilo. De hecho, la pesca era un deporte muy practicado por la nobleza, e incluso por el faraón. Aunque no solo se pescaba por diversión. El pescado se consumía con bastante asiduidad, tanto entre las clases populares como entre las élites. Los pescados destinados al consumo se abrían y se limpiaban para secarlos al sol, normalmente suspendidos de una cuerda, o también para salarlos.
Los artistas representaron con gran precisión las diversas especies que poblaban el Nilo.

Escena de pesca. Mastaba de Kagemni en Saqqara. Dinastía VI.
Escena de pesca. Mastaba de Kagemni en Saqqara. Dinastía VI.
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Todas estas representaciones han proporcionado, como hemos visto, valiosa información sobre la vida cotidiana de ese remoto período de la historia egipcia. Aunque no solo ellas. En el interior de las tumbas del Reino Antiguo también se han descubierto restos de semillas y de alimentos que fueron depositados en su momento para acompañar al difunto en su viaje al más allá, y listas de ofrendas grabadas en los muros. Complementan lo que sabemos tanto sobre la alimentación como sobre los métodos de producción, los útiles empleados en cada tarea e incluso la división del trabajo. Todo ello bajo la supervisión de un ejército de escribas y funcionarios que formaban la sofisticada y sólida estructura administrativa del naciente Estado faraónico.