Genio musical

La cálida recepción de la obra de Beethoven en España

La música de Beethoven marcó buena parte de la agenda cultural de muchos países europeos y en España no fue diferente, pues las primeras representaciones de sus sinfonías en la Sociedad de Conciertos de Madrid otorgaron fama y reconocimiento a la figura del compositor. Voces influyentes como Benito Pérez Galdós, Gerardo Diego o Ramón Gómez de la Serna homenajearon la genialidad del compositor en sus textos.

Ludwig van Beethoven componiendo la "Missa solemnis". Obra de Karl Joseph Stieler.

Ludwig van Beethoven componiendo la "Missa solemnis". Obra de Karl Joseph Stieler.

Foto: Cordon Press

Cada 16 de diciembre se conmemora una de las efemérides culturales más importantes del año: el nacimiento de Ludwig van Beethoven. La gran influencia de su creación musical y la verdadera calidad del mito en que pronto se transformó su figura han hecho de él una referencia insoslayable en la historia de la música occidental.

Nacido exactamente el 16 de diciembre de 1770 en Bonn, las páginas de cultura de todo el mundo se llenan a mediados de diciembre de cada año de artículos dedicados a los más diversos temas relacionados con su vida y obra, en cierta forma como preludio de una celebración más redonda, que llegará el 2027, cuando se cumpla el bicentenario del fallecimiento del compositor.

Tras su muerte el 26 de marzo de 1827 en Viena, se comenzó pronto a gestar la figura de gran simbolismo que se ha popularizado enormemente desde entonces. Los periódicos de la época dieron cuenta de la despedida del músico en su entierro, que congregó una enorme multitud: en su oración fúnebre el escritor Franz Grillparzer ya dejó constancia de la calidad de mito del compositor, al que consideraba el “heredero y amplificador de la inmortal fama de Bach y Haendel, de Haydn y de Mozart”.

Funerales de Beethoven (Franz Xaver Stöber, 1827). A las honras fúnebres, el 29 de marzo de 1827, acudieron más de 20 000 personas.

Funerales de Beethoven (Franz Xaver Stöber, 1827). A las honras fúnebres, el 29 de marzo de 1827, acudieron más de 20 000 personas.

Foto: CC

Los conciertos Barbieri y Beethoven

La recepción de su música y su figura por toda Europa marcó la vida cultural de los distintos países: en España, ya en vida del autor se habían conocido algunas de sus obras. El rey Carlos IV, extraordinario melómano, cultivó con gran interés la música de cámara desde su juventud y en esas sesiones figuraban obras de todos los grandes autores de su época, incluido alguna pieza de Beethoven, quien aún estaba en su juventud.

Años más tarde, su creación camerística sería una de las más esperadas en la Sociedad de Cuartetos, institución fundada en la ciudad en 1863 para incentivar el cultivo público de ese repertorio, pues hasta entonces había sido el mundo lírico el que había prevalecido en la vida musical de la sociedad del momento.

Pero si algo quedó reflejado con claridad en las crónicas de los periódicos de la segunda mitad del siglo XIX en España fue la recepción de sus sinfonías, tan influyentes en la creación posterior. Fue el compositor, director y musicólogo Francisco Asenjo Barbieri, figura fundamental en la música española del siglo XIX, quien dio el primer impulso a esa recepción. A través de la Sociedad de Conciertos de Madrid que fundó en 1866, se interpretó bajo su dirección por primera vez en España una sinfonía entera de Beethoven: la Sinfonía nº 7.

La crítica de Galdós

El estreno fue un acontecimiento muy destacado por la prensa y saludado con entusiasmo por el entonces crítico musical del periódico La Nación, Benito Pérez Galdós, músico aficionado que siempre tuvo a Beethoven como una de las cumbres de la música.

El éxito del estreno de la Sinfonía nº 7 llevó a Barbieri a interpretar al año siguiente por primera vez de nuevo en España otras dos grandes sinfonías del compositor alemán: la Sinfonía nº 5 y la Sinfonía nº 6 –también conocida como la Sinfonía Pastoral–, acogidas igualmente con gran interés por público y crítica, aunque todavía algunos se mostraban reticentes a su música.

En poco tiempo se realizarían los estrenos de prácticamente todas sus sinfonías, hasta llegar al año 1882, cuando con una gran expectación se interpretaba por primera vez la Sinfonía nº 9, una de las obras más trascendentales del autor. La prensa destacó la dificultad del empeño y recalcó su exclusividad, pues en otras grandes capitales europeas como Milán o París hacía pocos años que se podía escuchar la obra.

Y llegó Fidelio, su única ópera

La única ópera de Beethoven, Fidelio, llegó a España en noviembre de 1893, cuando subió por primera vez a un escenario español en esa temporada del Teatro Real, aunque no convenció demasiado a la crítica, que subrayó la belleza de muchos de sus números, pero destacó que la fuerza del autor no se encontraba precisamente en el campo dramático.

Programa de mano del estreno de la versión definitiva de Fidelio en el Kärntnertortheater de Viena el 23 de mayo de 1814 con dirección del propio Beethoven.

Programa de mano del estreno de la versión definitiva de Fidelio en el Kärntnertortheater de Viena el 23 de mayo de 1814 con dirección del propio Beethoven.

Foto: CC

Beethoven y Goya

El centenario del fallecimiento de Beethoven en 1927 fue en España, al igual que en el resto del mundo, todo un acontecimiento cultural con la celebración de numerosos homenajes. Entre las celebraciones destacaron tres conciertos monográficos de su obra celebrados en el entonces Monumental Cinema, que se transmitieron en directo por Unión Radio a toda España, un evento destacado en la entonces naciente radiodifusión española.

Tarjeta conmemorativa del centenario de Goya y Beethoven, con los rostros de ambos creadores, obra de Ramón Acín, 1928.

Tarjeta conmemorativa del centenario de Goya y Beethoven, con los rostros de ambos creadores, obra de Ramón Acín, 1928.

Foto: Fundación Ramón y Katia Acín

Figuras como Adolfo Salazar o Gerardo Diego le dedicaron textos especiales y la proximidad con otro gran aniversario celebrado al año siguiente, el centenario de la muerte de Goya, impulsó por entonces la formulación del paralelismo entre ambas figuras, expuesto por distintos intelectuales o artistas como el propio Salazar o Ramón Gómez de la Serna.

Una unión glosada después por muy diversos autores y que ha tenido tanto éxito hasta nuestros días, pues la figura de Beethoven sigue celebrándose con eventos anuales y así seguirá siendo para homenajear la figura de uno de los grandes genios de la música.

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*Ana Vega Toscano es profesora del Departamento de Música de la Universidad Autónoma de Madrid. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.