Segunda Guerra Mundial

¿Los barcos de Calígula fueron destruidos por los alemanes? Quizás no

Un nuevo libro reexamina las pruebas de la destrucción de los barcos de Calígula, en el Museo de Barcos Romanos de Nemi, durante la campaña italiana de la Segunda Guerra Mundial. Siempre se ha atribuido la culpa a los alemanes en retirada, pero los autores del libro sugieren que tal vez no fue así.

Barcos de Nemi 2

Barcos de Nemi 2

Vista aérea del casco de la segunda nave de Nemi fuera del agua. 1932

Archivio fotografico storico del Museo della scienza e della tecnologia L. da Vinci / CC

La retirada de las tropas alemanas y fascistas durante la campaña de Italia, durante la Segunda Guerra Mundial, se saldó con numerosas pérdidas para el patrimonio cultural del país. Una de las más célebres fue la destrucción de los barcos de Nemi, dos grandes naves cuya construcción se remontaba al reinado del emperador romano Calígula, y que fueron destruidas en un incendio el 31 de mayo de 1944.

Desde el momento mismo del suceso, la responsabilidad de esta destrucción se había atribuido a las tropas alemanas, que habían instalado baterías de cañones en las proximidades del Museo de los Barcos Romanos, donde se encontraban las naves. Ya fuese por puro vandalismo o para cubrir su retirada, la investigación llevada a cabo entonces atribuyó la culpa a los alemanes y se había dado siempre por válida, hasta el punto que en 2020 el Ayuntamiento de Nemi exigió a Alemania un resarcimiento por ello.

 

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Pero esta conclusión podría no ser cierta, según apunta el nuevo libro El incendio de los barcos de Nemi. Investigación sobre un caso abierto de la Segunda Guerra Mundial, escrito por el arqueólogo Flavio Altamura y el historiador Stefano Paolucci. Repasando las pruebas aportadas en la investigación de 1944, apuntan a diversas incongruencias que, según ellos, ponen en duda la hipótesis de la culpabilidad alemana y sostienen que el incendio pudo haber sido un accidente provocado por las granadas de los Aliados al atacar la posición enemiga.

La historia de los barcos de Nemi

Los barcos de Nemi eran dos grandes navíos ceremoniales que ordenó construir el emperador romano Calígula para su villa privada a orillas del lago de Nemi, en los Montes Albanos. Uno de ellos tenía una función palaciega, mientras que el otro era una especie de lugar de culto flotante dedicado a la diosa Diana Nemorensis, como se deduce de algunos objetos religiosos que se hallaban en él. Supuestamente existía un tercer barco, nunca hallado y del que se tiene noticia por algunas fuentes renacentistas.

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Estos barcos fueron probablemente hundidos a propósito tras el asesinato de Calígula, que se había ganado la antipatía del Senado, órgano que tras su muerte quiso destruir todo recuerdo del emperador. Las naves hundidas fueron identificadas en el lecho del lago durante el siglo XVI, aunque no se investigaron en profundidad hasta la unificación de Italia.

En 1926, durante el ventennio fascista, Benito Mussolini puso en marcha el rescate de los barcos como parte de su programa de recuperación de las glorias imperiales de Roma. Entre 1928 y 1932, el lago de Nemi fue drenado y las naves, montadas en raíles, fueron trasladadas al Museo de los Barcos Romanos, construido a orillas del lago expresamente para albergarlas.

Barcos de Nemi 1

Barcos de Nemi 1

El primer barco posicionado en el zócalo, sostenido por un carro de hierro que se movía sobre rieles. Una persona no identificada posa apoyada en el zócalo. 1928

Archivio fotografico storico del Museo della scienza e della tecnologia L. da Vinci / CC

La destrucción de los barcos

La noche del 31 de mayo al 1 de junio de 1944, el Museo de los Barcos Romanos fue pasto de las llamas. En su interior se habían apostado soldados alemanes, que habían posicionado una batería de artillería para defender su posición frente a los ataques aliados. Aquella misma tarde había tenido lugar un choque con la aviación británica y estadounidense, que había bombardeado la zona.

Alrededor de las 10 de la noche se declaró el incendio, que destruyó los barcos de Nemi y otras embarcaciones del museo. Solo se salvaron piezas pequeñas y fácilmente transportables, principalmente elementos decorativos de los barcos y objetos hallados en su interior durante su extracción del lago, que previamente habían sido trasladados a Roma.

En aquel momento se formó una comisión que investigó las causas del incendio basándose en testimonios presenciales y pruebas fotográficas. Aunque nadie vio a los alemanes prender fuego al museo, considerando otros episodios de destrucción del patrimonio histórico, la comisión llegó a la conclusión de que el fuego había sido provocado deliberadamente por los soldados como un acto de vandalismo.

Barcos de Nemi 3

Barcos de Nemi 3

Elemento decorativo de bronce para la cabeza de una viga, que representa la cabeza de un león con un anillo entre los dientes. 1928-1930

Archivo fotográfico histórico del Museo de la Ciencia y la Tecnología Leonardo da Vinci / CC

La nueva hipótesis

El libro escrito por Altamura y Paolucci sostiene, en cambio, que el incendio del museo pudo haber sido una consecuencia fortuita del bombardeo de los Aliados, probablemente a causa de una granada lanzada contra la batería de artillería alemana. Aun así los autores admiten que su “reconstrucción, aunque bien documentada, no podrá ser ni completa ni precisa”, aunque esperan que su trabajo “represente un progreso significativo y sin precedentes en el conocimiento y estudio del incendio de los barcos de Nemi”.

En conjunto, Altamura y Paolucci rechazan que el incendio fuese un acto deliberado por cualquier parte y se decantan por considerarlo un accidente. En palabras de los autores, su hipótesis se basa en las “evidencias negativas”, es decir, en aquello que a su parecer demuestra que el incendio no fue provocado. Es su conclusión tras examinar las pruebas del suceso: las fotos tomadas para la comisión investigadora de 1944, las declaraciones de los vigilantes del museo, y la correspondencia y documentación militar del momento.

Los investigadores no solo ponen en duda la hipótesis de la culpabilidad alemana, sino también otras que han surgido a lo largo del tiempo, como que fuese un acto de los partisanos que consideraban que estos eran “los barcos de Mussolini” o que fuese obra de ladrones que, tras hacerse con los objetos de valor, provocasen el fuego para ocultar pruebas.