Así era el arte promovido por el régimen nazi

El arte nazi es un tabú en Alemania, pero una muestra organizada por la Galería de Arte de Rostock lo trató de forma crítica e incluso cuestionó su valor artístico

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Foto: Thorsten Koch / Atelier Breker, Düsseldorf

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Camaradería

Los camaradas (1940), relieve en bronce de Arno Breker, un escultor y arquitecto alemán.

Foto: German Art Gallery, The Netherlands

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Soldado de infantería

Nuestra infantería se mantiene en pie por encima de todo (1943), parte izquierda de un tríptico de Sepp Happ.

Foto: German Art Gallery, The Netherlands

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Retrato familiar

Retrato de familia (1939), óleo del pintor alemán Hans Schmitz-Wiedenbrück.

Foto: Horst Kolberg / Artothek / Museum Kunstpalast, Düsseldorf

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Retrato femenino

Retrato de una chica (1909), óleo de Alexej von Jawlensky, un pintor expresionista ruso que desarrolló su carrera en Alemania.

Foto: Bernd W'stneck / picture-alliance / dpa / AP Images / Gtres

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Deportistas

Gimnastas (1939) de Gerhard Keil, Deportes acuáticos (1963) de Albert Janesch y El decatloniano (1935-36) de Arno Breker.

Foto: Bernd W'stneck / picture-alliance / dpa / AP Images / Gtres

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Mitología

Venus y Adonis (1929) de Arthur Kampf, una obra de la colección artística privada de Adolf Hitler, y El descanso de Diana (1939-40) de Ivo Saliger.

Foto: Bernd W'stneck / picture-alliance / dpa / AP Images / Gtres

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Campesinos

Familia de campesinos (1944), de Rudolf Otto.

Foto: Bernd W'stneck / picture-alliance / dpa / AP Images / Gtres

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Águilas marinas

La vigilancia (águilas marinas) (1940), de Michael Mathias Kiefer.

Foto: Bernd W'stneck / picture-alliance / dpa / AP Images / Gtres

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Construcción

Las calles del Führer (1940), de Carl Theodor Protzen.

La Galería de Arte de Rostock, situada en esta ciudad del norte de Alemania, acogió la exposición temporal Arte obediente. Arte y política en el nacionalsocialismo, hasta el 18 de junio de 2017. El arte nazi es un tabú en Alemania, pero en esta muestra se trata de forma crítica e incluso se cuestiona su valor artístico, pues las obras que se exhiben, aparentemente inofensivas, no reflejan la cruel realidad de la época: millones de personas muertas en la guerra y en el Holocausto, unos hechos que nunca deberían de ser olvidados.

El arte obediente (Artige Kunst) se presenta aquí irónicamente en contraposición al arte degenerado (Entartete Kunst), aquel que debía ser menospreciado y prohibido porque "insulta al sentimiento alemán, o destruye o confunde la forma natural, o simplemente revela una ausencia de aptitud manual y artística adecuada", en palabras de Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda del Tercer Reich.

La muestra reúne obras de artistas marginados o perseguidos como Felix Nussbaum (víctima del Holocausto), Otto Dix (considerado un artista degenerado) y George Grosz (emigró a los Estados Unidos), junto a artistas protegidos por el régimen nazi como Arno Breker, Sepp Happ o Gerhard Keil, quien pintó a hombres y mujeres arios de cuerpos atléticos. La editorial Kerber Verlag ha lanzado un libro de 240 páginas con motivo de la muestra, que incluye fotografías de las obras expuestas, algunas cedidas por coleccionistas de arte que desean permanecer en el anonimato.