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Desenterrando el pasado: Episodio 45

Los asentamientos en Autigasta y Huaycama, en Catamarca

El objetivo de este proyecto es producir y explicar un registro arqueológico de los espacios campesinos indígenas y de las estancias coloniales españolas en el Valle de Catamarca.

El objetivo de este proyecto es producir y explicar un registro arqueológico de los espacios campesinos indígenas y de las estancias coloniales españolas en el Valle de Catamarca.

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TRANSCRIPCIÓN DEL PODCAST

En el capítulo de hoy pasearemos por las calles de Santa Cruz, que fue parte de la antigua merced de Autigasta, un pequeño poblado de la Argentina rural preeminentemente colonial, pero con herencia prehispánica.

Hoy viajamos hasta Argentina, en concreto hasta el valle de Catamarca, donde descubriremos el pasado colonial de esta pequeña población: la Merced de Autigasta. Haremos una primera aproximación a la cuestión a través de los sistemas de irrigación, esto es, a través del entramado hídrico que en esta población se utilizó para hacer posible la agricultura.

También descubriremos un curioso asentamiento de esclavos, que, en una época oscura, “gozaron de una cierta autonomía”. Y no solo eso, sino que, además, estaban organizados de manera matriarcal y que pertenecieron a un Santo. Sí…como lo oís, a un santo. Además, aprenderemos lo que es hacer historia y arqueología desde las emociones. Acompañadnos a la aventura en un nuevo capítulo de “Desenterrando el pasado”.

Como siempre, antes de adentrarnos en el pedacito de historia que nos concierne, conozcamos a nuestros investigadores de hoy: Félix Retamero y Marcos Quesada. Félix es profesor de historia medieval en la Universidad Autónoma de Barcelona y doctorado en historia medieval. Por su parte, Marcos es licenciado en arqueología por la Universidad Nacional de Catamarca, luego hizo un doctorado en la Universidad de la Plata. Es profesor en la escuela de arqueología de la Universidad de Catamarca y es investigador del consejo nacional de investigaciones científicas y técnica, el CONICET.

El proyecto está financiado por la Fundación Palarq y nace de las investigaciones de Félix y su equipo sobre los efectos de conquistas y colonizaciones en el ámbito ibérico. Fue a raíz de estos estudios, y de la necesidad de contar con casos iberoamericanos por lo que Félix contactó con Marcos para aunar fuerzas.

Nuestros investigadores, trabajan con el proyecto en la región desde el año 2018, y, hasta la fecha han hecho las prospecciones y dos campañas. Aunque no vayáis a pensar que por su tierna juventud este proyecto no va a sorprendernos, porque creedme: lo hará. Pero, como suele decirse, comencemos por el principio. En primer lugar, lo suyo sería situarnos bien. Y quién mejor para hacerlo que Marcos, que además conoce el lugar con la precisión del que lo habita.

“El proyecto se focaliza en un pueblito rural de origen colonial o incluso prehispánico que queda a las afueras de la ciudad de Catamarca, a pocos quilómetros, a diez quilómetros, doce quilómetros, de la ciudad de Catamarca, que actualmente se llama Santa Cruz, antiguamente era la merced de Autio o Autigasta, es un pueblito que queda a la orilla del rio Paclín, al pie de la sierra de Lancasti, que es una serranía, no muy alta, alcanza los 2000 metros, que cierra por el este el gran valle de Catamarca, donde está la ciudad y estos poblados".

LOS SISTEMAS DE IRRIGACIÓN

Estupendo, ahora que ya sabemos dónde nos hallamos, abordemos el lugar desde el mismo prisma con que lo hicieron nuestros investigadores: estudiando el sistema de irrigación.

Sí, resulta que los sistemas de irrigación, que son lo que permite transportar el agua de un lugar a otro, son de vital importancia para el desarrollo y la permanencia de la vida humana agrícola. Y, además, nos pueden dar mucha información sobre las formas de vida de las gentes que habitaron un determinado lugar.

El sistema de irrigación que han podido estudiar nuestros investigadores es el sistema de riego tal y como ha llegado a nuestros días: o sea, el diseño colonial. Seguro que hubo uno anterior, el de las gentes que vivían allí antes de la colonización, porque si no los colonizadores no se hubieran asentado en ese lugar, pero no tienen claro cómo debía ser este sistema antiguo. Félix nos cuenta más:

“Lo que pasa que no sabemos cómo era esta solución que aseguraba la supervivencia antes de la llegada de los españoles. Seguramente lo que estamos viendo son los diseños sin duda coloniales, pero no sabemos qué vinculación tienen esos diseños coloniales y postcoloniales, de desarrollo, de ampliación del sistema de irrigación; que se puede, morfológicamente se pueden distinguir muy claramente, pero no, desconocemos la vinculación con el sistema anterior que sin duda existió. Esto es uno de los objetivos, uno más de los objetivos del proyecto.”

¿Y qué otros objetivos tiene el proyecto? Pues a raíz de ese primer estudio de las irrigaciones, se fueron estudiando todas las documentaciones coloniales sobre la zona. Y es que el proyecto aúna el estudio de diversa documentación escrita de la época, con toda la parte material de la excavación.

LOS OBJETIVOS DEL PROYECTO

Así que, puede decirse que es un proyecto multidisciplinar: histórico y arqueológico al mismo tiempo. Aunque estas dos disciplinas no siempre se hallan en igualdad de importancia, en realidad, se trata de recursos distintos que nos otorgan distintas informaciones. También es cierto que, en este proyecto, las escrituras, pese a ser una fuente enorme de conocimiento, pueden pecar de “sesgadas”, así que siempre es interesante poder disponer de la “materialidad” para poder comparar.

Que ¿por qué pueden pecar de sesgadas? Pues porque las comunidades indígenas campesinas, analfabetas durante la mayor parte de la historia, tenían pocas posibilidades de dejar nada por escrito, por lo tanto, podemos aseverar que la mayor parte de documentación escrita de la época fue producida por los colonizadores europeos. Este fenómeno provoca que, claramente, la visión que nos dan esos documentos siempre sea más cercana al punto de vista de los colonizadores. El registro material, en cambio opera de distinta forma. Marcos nos lo cuenta:

El registro material habla de otra cosa, habla de la vida. Habla de lo que la gente hace y todo el mundo lo produce. También con distintas posibilidades, no es que esté exento de aspectos políticos, ¿no? La producción de la espacialidad, al contrario. Pero justamente hay que considerarlo en ese sentido: son registros que hablan de distintas cosas que se cruzan, pero no necesariamente se corresponden. No es que uno confirma al otro. Muchas veces discuten entre sí estos registros y esa es, justamente, la potencia que tiene un enfoque que considere simultáneamente el análisis del registro escrito y de la cultura material, pero siempre permitiendo que estos registros puedan discutir, puedan oponerse, puedan complementarse en algunos aspectos.”

Pues bien, a través del estudio de toda esta documentación, nuestros investigadores se pusieron manos a la obra y plantearon la primera campaña. Félix nos lo cuenta:

“El objeto de esta primera campaña fue una organización humana correspondiente al periodo colonial más tardío. Lo que hemos encontrado primero es lo más reciente. Nuestro objetivo es ir regresivamente, y hemos empezado por la ocupación colonial más tardía, que se caracteriza por la utilización de mano de obra esclavizada. Y una mano de obra esclavizada, de origen africano, que hemos podido ubicar de manera muy precisa. Y que la excavación durante la primera campaña ha permitido identificar sin ninguna duda una de las cabañas (lo que se llama en la documentación “los ranchos”) de una de estas familias de origen africano esclavizadas.”

Y aquí es donde entra lo que hemos comentado de hacer historia y arqueología con las emociones. Nos lo cuenta Félix:

“Hemos transcrito documentos donde tenemos los registros, los inventarios de los esclavos. Los inventarios con los nombres, con el sexo, con la edad, con las enfermedades, dónde vivían… Y todo esto si no se contrastara, si no se ubicara no diría mucho, y tampoco emocionaría. Por ejemplo, estar excavando el rancho donde seguramente vivía la esclava Lucía, porque sabemos el nombre, añade todo un componente muy interesante. Y, a parte, obviamente, de la calidad del conocimiento que se genera. O sea que hay una calidad del conocimiento que no se puede obtener manejando un solo registro. Obviamente no se podría estudiar esta comunidad esclavizada sin tener en cuenta la documentación escrita… sería, vamos, no tiene ningún sentido… Pero yo también creo que no tiene sentido , o tiene un sentido muy disminuido hacerlo sin darle, sin estudiarla, combinando los procedimientos propios de la arqueología.”

LOS RANCHOS DE LOS ESCLAVOS

Así que lo de unir documentación escrita con búsqueda material no responde solo a una cuestión pragmática, sino que también permite a nuestros investigadores involucrarse emocionalmente con el objeto de su estudio.

Pongamos la vista sobre este descubrimiento del que nos hablaba Félix: el rancho de los esclavos, que es, de hecho, el más importante que han hecho hasta la fecha. Y es que, aunque ya había algunos estudios previos sobre la presencia de esclavos africanos en la zona de Catamarca, correspondientes a un periodo más tardío, estos estudios siempre habían sido desde una perspectiva puramente textual. Es decir, que nunca se habían ubicado en el terreno. Félix nos ilustra:

“Pero nunca se habían ubicado. Y se habían ubicado en sus ocupaciones, en su condición no solo de personas esclavizadas, es decir, forzadas a hacer algo no deseado y con posibilidad de ser vendidas, si no también ubicadas en ocupaciones autónomamente decididas. Esto ha sido también muy sorprendente, encontrar un grado de autonomía, de decisión de toma de decisiones, de formas de gestionar los espacios que cultivan para ellos. ”

¡Ostras!

Así que un grupo de esclavos que podían tomar sus propias decisiones… ¿Y cómo es eso? Pues resulta que, en 1755, a la muerte de doña Ana María Espeche, propietaria de ciertos bienes muebles e inmuebles en la zona, dejó dicho en su testamento que los esclavos fueran entregados a San José. Y, encima especificó que ninguno de estos bienes podía ser vendido o aplicado a otro destino. Y así fue como esta pequeña comunidad esclavizada obtuvo una gran autonomía. Es lo que tiene servir a un Santo: que es buen patrón. Pero, sorprendentemente, esto no es lo más espectacular de este caso. Parece ser que esta comunidad de esclavos se organizaba de forma matriarcal.

“Esto claro, lo conocemos sobre todo a partir de los documentos. Las referentes de estas familias son mujeres. Las que inician podemos decir linajes de familias esclavizadas, y que siempre son referentes. Las casas cuando se registran son las casas de estas mujeres. Las que comercian por su cuenta con el algodón son mujeres. Las que negocian con comerciantes de la ciudad son mujeres. Las que atienden al patrón, al santo patrón, al que están vinculados estos esclavos son mujeres.”

Así que las mujeres desempeñaban las funciones de referencia de esta comunidad. Incluso la de atender al santo patrón, cosa nada rara, pues la propia naturaleza de su comunidad se basaba en la vinculación con este santo. A diferencia de los colonizadores, que se vincularon con la virgen de Catamarca. Félix nos habla de esta vinculación con San José: 

“Todo parece indicar que a quien cohesionó fue a esta comunidad de esclavos. Como un referente cohesionador. Es este sentido de la religión que no es el que tenemos nosotros como de una creencia individual como quien es de un equipo de futbol u otro y aquí no pasa nada. Es una religión en el sentido etimológico de capacidad de ligar comunidades. Un referente que sirve como cohesionador. La virgen sirvió como cohesionadora de una nueva comunidad, una comunidad dominadora, hegemónica, colonial, de origen europeo y yo creo que en este caso los esclavos se apropiaron de un culto con el que se identificaban porque la pertenencia al santo aseguraba su autonomía. Porque los santos no pueden vender.”

Verdaderamente nuestros investigadores tienen entre manos un estudio curioso: una comunidad de esclavos autónoma, que pertenecía a un santo y que se organizaba de forma matriarcal. Aunque, por muy inspiradora que sea esta curiosidad, la historia es implacable y descarnada y al final terminaron por ser vendidos de nuevo.

“Al final los vendieron. El obispo decretó la venta de los esclavos, y toda esta comunidad quedó reducida a individuos y se descoyuntó la comunidad que se había construido. Pero saltándose la voluntad establecida en el testamento de quien dotó a esta capilla, de que no fueran vendidos porque pertenecían al santo y que se sepa los santos no compran ni venden.”

LA NEGRITUD EN CATAMARCA

Pero, ahí no acaba la historia de estos esclavos, porque a través de las excavaciones de Marcos, Félix y todo su equipo, se pueden resucitar sus vivencias y dotarlas de valor y significado. Esto es lo que ocurre con los alumnos de la escuela de arqueología que participan en los trabajos de campo del proyecto. Al involucrarse en las excavaciones también se han sentido interpelados por la realidad del proyecto. Y algunos de estos estudiantes empezaron a preguntarse por sus propias historias personales y a indagar en sus historias familiares, indagar acerca de su vinculación con esta historia de la negritud en Catamarca. Marcos nos lo explica:

“Empezaban a descubrir algunos aportes reales o también parte de las, partes de historias familiares de ciertos orígenes africanos, o afrodescendientes de su propia línea y a interesarse mucho más en él. Me llamó mucho la atención digamos cómo este episodio y esta vinculación con este episodio de la historia en este pueblito despertaba este nuevo interés en conocer y en reconocerse a la luz de estas nuevas narrativas ¿no? de esta historia .”

Otro ejemplo más de cómo pueden hacerse arqueología e historia teniendo en cuenta la vinculación emocional con los periodos que se abordan.

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Vayamos ahora a conocer un poquito más personalmente a nuestros investigadores. Tocan las archiconocidas preguntas de Desenterrando. Empezaremos preguntando… ¿Qué es lo que más te fascina de la evolución humana? Félix nos responde primero:

“El obstinado esfuerzo mantenido por continuar siendo. Es decir, por mantener una intención, colaborativa, de construcción, de solidaridad, de respeto… Y esto lo encuentras, y encuentras obviamente también lo tendente a la disolución de todo esto, que para mí es una especie de deshumanización. Y para mí lo más interesante de la evolución sea justamente este empeño que hemos tenido durante nuestra existencia por serlo, incluso por serlo algo más.”

Ciertamente nuestro empeño por continuar vivos es de admirar. A Marcos, por su parte, le fascina:

“Que siga existiendo, pese a que en los últimos siglos hubo una avanzada en imponer un único modelo de lo que es ser humano y vivir en ese marco, siguen existiendo diversidades y otras formas de entender lo que se es ser humano. Y eso es algo que lo celebro.”

Eso mismo, continuemos vivos y diversos, a poder ser… Vayamos pues con la segunda pregunta: ¿En qué época te hubiera gustado vivir? Marcos lo tiene hiper claro:

“En cualquier época donde hubiera podido ser arqueólogo.”

¿Y Félix?

“Claro, depende de quién te hubiera tocado ser… No lo sé… No, a mí me habría gustado ser el capitán trueno, pero no fue un personaje real.”

¿Y quién no ha querido ser alguna vez el capitán trueno? Llegamos pues a la tercera y última pregunta: ¿Qué gran descubrimiento te gustaría hacer?

“Es el que vamos a hacer, pero además yo no tengo dudas, por mi parte no tengo dudas. Es decir, generar el registro arqueológico de una comunidad esclavizada con autonomía para decidir cosas. Y este registro arqueológico, yo no conozco ningún caso, y creo que es el mejor que vamos a hacer.”

Félix saca pecho y apuesta fuerte por su propio proyecto… ¿Y Marcos?

“Se vincula la arqueología con los grandes hallazgos, con los tesoros o los lugares fabulosos. A mí siempre me gustaron las historias pequeñas, aquellas que se pueden contar a la vuelta de algún rincón”.

Marcos, en un alarde de poesía nos habla de las pequeñas historias, esas que componen el entramado de la vida.

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Bien, pues hasta aquí nuestro capítulo de hoy. Estos investigadores tienen mucho trabajo por hacer, y en próximas campañas van a seguir desenterrando los sucesos, tanto documentales como materiales, de esta población pequeña en tamaño, pero profunda en historias.