Día Internacional del Beso

El arte de besar. Los más célebres besos de la pintura y la escultura

Es el símbolo del amor por excelencia. Del amor pasional, fraternal o maternal, pero también hay besos de traición, como el de Judas Iscariote.

beso klimt

beso klimt

Cordon Press

El beso es el símbolo del amor por excelencia. Del amor pasional. De todos ellos, tal vez el más conocido es el que reflejó Gustav Klimt en su obra de principios de siglo XX. Pero hay otros tipos de ósculos: el beso de amor fraternal o maternal, el beso de la traición de Judas Iscariote, en la mejilla... O el beso de la muerte.

El día internacional del Beso es una buena excusa para repasarlos todos y ver cómo se han tratado a lo largo de milenios por los más diversos artistas.

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Marie-Lan Nguyen

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Amantes milenarios

Los amantes de Ain Sakhri es el primer beso representado por un ser humano que se conoce. En la desgastada figurilla de más de 10.000 años de antigüedad puede reconocerse a dos personas abrazadas mientras se besan (y tal vez realizan el acto sexual). No podemos saber con certeza ni el género de cada uno de ellos. La pieza fue hallada en la década de 1930 en un yacimiento natufiense del desierto de Judea. La cultura natufiense está considerada una de las primeras en adoptar la agricultura, hace unos 11.000 años.

 

Amantes griegos

World History Archive / Cordon Press

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Amantes griegos

Las escenas que aparecen en los vasos, ánforas y todo tipo de recipientes de la cerámica griega recrean episodios mitológicos, batallas y todo tipo de escenas cotidianas, desde personas atándose su calzado hasta, por supuesto, amor y sexo explícito. Y no solo imágenes de una relación heterosexual, de hecho, las escenas de amor entre un hombre y una mujer son minoritarias y la gran mayoría representan a dos amantes masculinos. Como la de este plato griego de figuras rojas de alrededor del 500 a.C., que representa a un erastes (amante) y un eromenos (amado) besándose. Esta escena recrea una relación muy extendida en el mundo griego, el hombre mayor, con barba, es el mentor de un efebo mucho más joven. Una imagen que, vista con los ojos del mundo actual, roza la pedofilia.

Divina zoofilia

Bridgeman

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Divina zoofilia

Los dioses griegos tenían sentimientos muy humanos, sobre todo en lo que se refiere a la pasión y al sexo. El zoofílico beso sobre estas líneas, realizado a mediados del siglo XVI por Bartolomeo Ammannati a partir de una pintura de Miguel Ángel hoy perdida, muestra un turbador episodio mitológico de la Antigüedad. Zeus, convertido en un cisne, seduce y copula con la reina Leda, que caminaba desnuda junto al río. Resultado de la unión nacerían Helena y Pólux. 

Amor y ternura

Bridgeman

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Amor y ternura

Otra historia mitológica del Olimpo es la que refleja Psique reanimada por el beso del amor, una escultura de mármol realizada por el italiano Antonio Canova a finales del siglo XVIII. Representa el amor más tierno, pero a la vez pasional, de la hermosa hija del rey de Antatolia, Psique, y el dios del amor Eros (Cupido). El beso de Cupido despierta de su profundo sueño a Psique, que abraza a su amante todavía medio adormilada.

Amantes

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Amantes

El arte japonés tampoco ha sido reticente a mostrar imágenes de pasión de manera explícita. Amantes (sobre estas líneas) es una ilustración que el pintor y grabador japonés Kitanga Utamaro realizó para El libro de la almohada, publicado en 1788. Eso sí, la escena se cuida de no mostrar los genitales de ninguno de sus dos protagonistas, otra característica de las ilustraciones niponas.

beso klimt

Cordon Press

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El beso de Klimt

Es, seguramente, el beso por excelencia en el arte occidental. Gustav Klimt pintó su obra a principios del siglo XX y, aunque parezca incluso recatada al lado de las anteriores, la imagen fue calificada de pornográfica y prohibida en multitud de exposiciones. La combinación de las dos y las tres dimensiones, el aislamiento total de los amantes del mundo exterior y la combinación del colorido floral y el brillo dorado del pan de oro hacen que esta pintura atrape la atención del espectador. 

Besos pecaminosos

Museo del Prado

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Besos pecaminosos

Entre los centenares de escenas más o menos surrealistas que El Bosco incluyó en su tríptico El Jardín de las delicias hay algunos besos. El pintor flamenco enmarca estos gestos en el pecaminoso panel central, en el que la lujuria ha sustituido el mensaje de Dios, "creced y multiplicaos". La pareja que se besa dentro de un bulbo de cristal, tal vez está relacionada con un proverbio holandés que viene a decir: “La felicidad es como el cristal, se rompe pronto”. Parejas interraciales, que se han relacionado con la visión negativa del negro, una actitud racista.

Pecado mortal

Museo del Prado

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Pecado mortal

También en El jardín de las delicias, en la tabla del infierno, en la esquina inferior derecha, aparece una cerda con hábito de monja besando en la mejilla a un hombre desnudo. El Bosco quería representar aquí cómo la mujer de la Iglesia había sido condenada por aprovecharse del moribundo analfabeto para que le legara sus bienes.

Amantes condenados

The Granger Collection / Cordon Press

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Amantes condenados

Dos amantes condenados al infierno fueron los cuñados Paolo Malatesta y Francesca da Rimini, asesinados en el siglo XIII por Gian Ciotto Malatesta (esposo de ella y hermano de él). Su historia fue narrada por Dante Alligieri en la Divina Comedia. Seis siglos más tarde, Auguste Rodin realizó esta escultura, en la que se los ve, completamente desnudos, materializando su lujuriosa traición. Una de las creaciones más admiradas y reproducidas del artista francés, aunque él no la consideraba entre sus mejores obras.

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El beso y el abandono

Auguste Rodin mantuvo durante años una relación extramatrimonial con su musa y discípula Camille Claudel. Cuando comenzaron su relación él tenía 43 años y ella 19. Claudel estaba enamorada de Rodin y lo admiraba como maestro y él, a pesar de que le aseguraba que era la mujer de su vida, nunca abandonó a su esposa y se veía con otras mujeres sin esconderse. Claudel representó el trío que le tocó vivir en esta escultura, La edad madura, en la que se ve a Rodin tirado hacia arriba por su esposa que parece acercarse para besarlo amorosamente, un gesto que lo aleja de su amante, que lo pierde para siempre, como pasó en la vida real. 

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Cordon Press

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Amor de madre

En las antípodas de los besos más pecaminosos está sin duda la imagen del beso del amor más desinteresado e incondicional de todos, el de una madre. El icono portátil de arriba muestra el beso materno por excelencia, el de la Virgen María con su bebé en brazos. Una imagen conocida como Virgen eleusa, de la ternura, o glicofilusa, del beso. Este tipo de imágenes identificaban a María con la Iglesia como madre de todos los cristianos.

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El beso traidor

Sin duda el beso de la traición por excelencia, el beso de Judas Iscariote a Jesucristo con el que lo vendió por 30 monedas de plata. Sobre estas líneas aparece el episodio bíblico tal y como lo representó Giotto en un fresco de 1305. El artista italiano fue un precursor del Renacimiento, un siglo antes de que surgiera en la Florencia de los Médicis. La pintura trasciende los códigos del arte medieval y presenta una composición de diversas escenas que explican una historia y dan una verdadera sensación de tumulto. Detrás de Jesucristo, San Pedro corta la oreja de un hombre, tal como relata el Nuevo Testamento. 

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El beso de la muerte

Así se llama la inquietante escultura que se encuentra en el cementerio del Poblenou de Barcelona. El beso de la muerte representa la inevitabilidad de la parca. Un hombre joven, que debería gozar de buena salud y al que, en condiciones normales quedarían años de vida, es alcanzado por el siniestro ángel esquelético que le succiona la vida de forma dulce. es una obra de Jaume Barba o de su yerno Joan Fontbernat. Está sobre la tumba del empresario textil Josep Llaudet i Soler, que tuvo un hijo (enterrado en el mismo lugar) que murió de adolescente.