Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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Un gran mosaico romano ha aparecido bajo una calle de Mérida durante unas obras de acometida del gas en la capital extremeña. Se trata de un mosaico policromado con motivos geométricos, que data de finales del siglo III o principios del IV d.C. y podría pertenecer a una antigua villa, según los expertos que lo han examinado.
El descubrimiento se ha producido en la calle Benito Toresano, bajo cuyo pavimento ya se encontró en 1978 un mosaico más magnífico aún, conocido como “del jabalí y los perros” por sus motivos, y que actualmente se encuentra en la Asamblea de Extremadura. En cuanto al que ha sido hallado ahora, las autoridades municipales han manifestado la intención de conservarlo en su contexto original, aunque todavía no se han dado más detalles.
Por ahora, la prioridad es limpiarlo -se encuentra en buen estado de conservación, salvo algunos desperfectos menores a causa de trabajos anteriores- y buscar otros puntos para continuar con las obras sin dañarlo. Las autoridades han dado instrucciones para ampliar la zanja y sacar a la luz una mayor superficie del mosaico, que según los expertos en patrimonio monumental de la ciudad se extiende hasta las viviendas de la calle.
Mérida conserva uno de los mayores patrimonios romanos de la antigua Hispania y de todo el Imperio Romano de Occidente. La ciudad fue fundada en el año 25 a.C., durante el reinado del emperador Augusto, con el nombre de Emerita Augusta. Fue una de las ciudades más importantes y ricas de Hispania y capital de la provincia de Lusitania, que ocupaba el suroeste de la península Ibérica.