Los violines más famosos del mundo

Antonio Stradivari, un lutier legendario

En el mundo de los instrumentos de cuerda, pocos son tan apreciados como los Stradivarius. Su creador fue Antonio Stradivari, un incansable lutier de Cremona que fabricó casi 1.200 instrumentos a lo largo de sus más de 70 años de trabajo.

Antonio Stradivari

Antonio Stradivari

Imagen: CC

Muy pocos fabricantes de instrumentos son tan famosos y prolíficos como Antonio Stradivari, el hombre que durante una larguísima carrera de varias décadas fabricó los que probablemente sean los violines más buscados del mundo, los Stradivarius, además de otros muchos instrumentos de cuerda. Mucho se ha investigado en busca del secreto de su especial sonoridad, dando lugar a varias teorías que a veces se contradicen entre sí. ¿Pero fue en realidad tan excepcional o la suerte tuvo algo que ver?

El maestro de los instrumentos de cuerda

En realidad, buena parte de su éxito se debe a otro lutier (fabricante de instrumentos de cuerda) mucho menos conocido pero igualmente importante: Nicola Amati, el miembro más ilustre de una estirpe de lutieres de Cremona. Stradivari trabajó como su aprendiz, como testimonia la inscripción del primer instrumento que se conoce fabricado por él, cuando tenía 22 años: Antonius Stradivarius Cremonensis Alumnus Nicolaij Amati, Faciebat Anno 1666 (Fabricado por Antonio Stradivari de Cremona, alumno de Nicola Amati, en el año 1666).

Al año siguiente Stradivari se estableció por su cuenta y comenzó su producción propia, aunque sus primeros instrumentos -de los cuales se han conservado solo unos veinte- siguen claramente el diseño y los métodos de fabricación de su maestro. A la muerte de Amati en 1684 sus hijos heredaron el negocio, pero no tenían el mismo talento que su padre y, desde ese momento, la mayoría de los encargos pasaron a Stradivari, que entretanto se había hecho famoso como su mejor discípulo y perfeccionó el estilo de su maestro hasta convertirlo en el suyo propio.

A lo largo de una carrera de más de 70 años, Antonio Stradivari fabricó casi 1200 instrumentos, la mayoría violines.

El famoso lutier puede jactarse de haber sido un trabajador incansable: vivió hasta los 93 o 94 años (no se sabe con exactitud su fecha de nacimiento, que se sitúa entre finales de 1643 y principios de 1644) y trabajó durante más de 70 (tampoco se sabe cuándo empezó su aprendizaje con Amati). Murió el 18 de diciembre de 1737 y, aunque en sus últimos años delegaba parte de la fabricación en dos de sus hijos -Francesco y Omobono-, hasta el final de su vida se encargó de supervisar todas las piezas que salían de su taller.

Durante esa larga carrera se estima que fabricó casi 1200 instrumentos, de los cuales la gran mayoría fueron violines, aunque también hizo violas, violoncelos, bajos, laúdes, mandolinas, arpas y otros instrumentos menos conocidos como la tiorba, la viola da gamba y el violín de bolsillo. De todos ellos se conservan alrededor de 450 violines y otros 200 instrumentos, según estimaciones de coleccionistas y restauradores.

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¿Cuál era el secreto de sus Stradivarius?

Los instrumentos de Stradivari y especialmente sus violines se encuentran entre los más apreciados entre los músicos, por su excelente sonoridad y robustez. Generalmente se considera que el secreto está en el barniz que usaba, aunque ha habido muchas teorías acerca de cuál es el “ingrediente mágico” que lo hacía mejor que otros.

Los estudios científicos de las últimas décadas parecen arrojar un cierto consenso sobre el misterio: según estos, se trataba de una mezcla de compuestos minerales procedentes de las montañas de Cremona, que Stradivari aplicaba sobre la madera antes de barnizarla. Después de un tiempo de exposición a esta mezcla, la madera se cristalizaba parcialmente dando como resultado una caja de resonancia menos porosa y un sonido más fuerte, además de protegerla contra el deterioro, el moho y los parásitos.

Uno de los secretos de Stradivari es una mezcla de compuestos minerales que aplicaba antes del barniz. La madera se cristalizaba parcialmente dando como resultado una caja de resonancia menos porosa y un sonido más fuerte.

También se ha debatido mucho sobre la calidad especial de la madera que usaba, procedente del abeto rojo del valle de Fiemme (actual provincia de Trentino), cuya madera tiene grandes propiedades de resonancia. Una leyenda popular pero sin fundamento afirma que Stradivari iba a buscar él mismo los troncos a las montañas y los hacía rodar pendiente abajo para elegir los que le parecía que sonaban mejor.

La realidad es menos divertida pero más científica: Stradivari vivió en el llamado “mínimo de Maunder”, un periodo entre 1645 y 1715 caracterizado por una reducción de luz solar, un descenso general de las temperaturas y un aumento de las precipitaciones. Esas características climáticas dieron como resultado que los árboles de los que obtenían la madera él y otros grandes lutieres de su tiempo tenían una composición especialmente densa y elástica, ideal para la construcción de instrumentos de arco.

El éxito de Stradivari también fue fruto de la suerte: los árboles de los que obtenía la madera tenían una composición especialmente densa y elástica, ideal para la construcción de instrumentos de arco.

Messiah Stradivarius

Messiah Stradivarius

El violín Mesías es uno de los instrumentos Stradivarius más famosos. Su nombre procede de una anécdota sobre uno de sus primeros propietarios, Luigi Tarisio, quien se vanagloriaba de poseerlo pero nunca lo mostraba. Un día recibió la visita del violinista Jean-Delphin Alard, quien le dijo en son de burla: "Realmente, monsieur Tarisio, vuestro violín es como el mesías de los judíos: siempre se le espera, pero nunca aparece".

Foto: CC https://bit.ly/2VVvVF3

Euforia coleccionista

Ya en vida del lutier, los instrumentos Stradivarius fueron apreciados no solo por los músicos sino también por los coleccionistas de arte, que los exhibían o prestaban a los mejores músicos. Hay que decir, sin embargo, que hoy en día los instrumentos de Stradivari no suenan exactamente como lo hacían en su tiempo, ya que la mayoría de sus partes han sido cambiadas o reparadas a lo largo del tiempo y solo las cajas de resonancia permanecen intactas desde su fabricación.

Cada uno lleva un nombre propio que lo distingue de los demás: el más famoso es seguramente el Mesías, un violín fabricado en 1716 y hoy expuesto en el Ashmolean Museum de Oxford, considerado la única pieza del maestro que se conserva en su estado original sin haber sufrido ninguna modificación. Ha sido usado poquísimas veces, la última de las cuales fue en 1940. También es notable el Dubois de 1667, el instrumento Stradivarius más antiguo que se usa en concierto; y por su rareza, la Arpetta, la única arpa que se conserva del maestro, actualmente propiedad del Conservatorio de Nápoles.

Una de las colecciones más importantes de instrumentos Stradivarius es la de la Nippon Music Foundation, compuesta por 15 violines, tres violoncelos y una viola que la fundación presta gratuitamente a los mejores músicos del mundo.

Raras son las colecciones que pueden llamarse tales, ya que los instrumentos Stradivarius se encuentran repartidos por todo el mundo. Dos de las más famosas, ambas abiertas al público, son las del Museo del Palacio Real de Madrid, compuesta por dos violines, dos violoncelos y una viola; y la de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, compuesta por tres violines, un violoncelo y una viola. Y por su importancia práctica hay que destacar la colección de la Nippon Music Foundation, compuesta por 15 violines, tres violoncelos y una viola; se trata de una de las mayores colecciones de instrumentos Stradivarius, que la fundación presta gratuitamente a los mejores músicos del mundo.

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