Arqueología en las islas británicas

El ADN revela nuevos datos sobre la migración anglosajona

Nuevos resultados genéticos demuestran que alrededor del 75 por ciento de la población del este y del sur de Inglaterra estaba formada por personas cuyos orígenes se tienen que buscar en las regiones continentales del mar del Norte, incluidos los Países Bajos, Alemania y Dinamarca.

Replica de un casco sajón de finales del siglo VI procedente del entierro de Sutton Hoo.

Foto: Gernot Keller / Museo Británico CC BY SA 2.5

En el siglo VIII d. C., un monje inglés llamado Beda el Venerable escribió la historia de las islas británicas. Es su obra afirmaba queel declive de Roma, que tuvo lugar hacia el año 400 d.C., abrió las puertas para que poblaciones originarias del este como los anglos, los sajones o los jutos, procedentes de lo que hoy es el noroeste de Alemania y el sur de Dinamarca, "llegasen a la isla y su número comenzase a aumentar hasta el punto de volverse amenazador para los nativos".

Aunque muchos historiadores sospechan que Beda pudo haber exagerado en sus afirmaciones, lo que sí creen los investigadores es que un reducido numero de miembros de la élite guerrera de estos pueblos pudo llegar a las islas e introducir poco a poco su cultura e idioma. En este sentido, un amplio estudio genómico que acaba de ser publicado en la revista Nature sugiere que Beda podría no estar tan equivocado en sus afirmaciones. Este nuevo estudio se ha basado en el análisis del ADN antiguo procedente de los restos de 460 personas que vivieron en Europa entre los años 400 y 900 d.C., entre los que se incluyen 278 individuos de Inglaterra. Los resultados parecen confirmar un aumento sustancial de gentes cuya ascendencia procede del norte de Europa continental. Esta conexión está estrechamente ligada con los habitantes de Alemania y Dinamarca en la Edad Media temprana, lo que implicaría que durante la Alta Edad Media hubo una migración a gran escala a través del mar del Norte hacia Gran Bretaña.

Ajuar funerario de la tumba de inhumación 3532 en el cementerio de Issendorf (Alemania).

Foto: Landesmuseum Hannover

La huella genetica de los sajones

"Con 278 genomas antiguos de Inglaterra y cientos más de Europa obtuvimos información realmente fascinante sobre la escala de la población y las historias individuales durante la época posromana", ha explicado Joscha Gretzinger, genetista del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y autor principal del estudio. "Ahora no solo tenemos una idea de la escala de la migración, sino también cómo se desarrolló en las comunidades y las familias". De este modo, utilizando los datos genéticos publicados de más de 4.000 europeos antiguos y de 10.000 actuales, Gretzinger y sus colegas fueron capaces de identificar sutiles diferencias genéticas entre los grupos que vivieron en aquella antigua región del mar del Norte.

Utilizando los datos genéticos publicados de más de 4.000 europeos antiguos y de 10.000 actuales, los investigadores pudieron identificar sutiles diferencias genéticas.

Los arqueólogos excavan la tumba 112 de un hombre con el 99,99 por ciento de ascendencia continental del norte de Europa en Oakington Cambridgeshire (Inglaterra).

Foto: Duncan Sayer, Universidad de Central Lancashire

Lo que está claro es que el cambio poblacional trajo consigo, asimismo, enormes cambios culturales, algunos de los cuales se han mantenido hasta hoy. "Hubo un período relativamente dramático de cambio de idioma", dice la arqueóloga de la Universidad de Oxford, Helena Hamerow. En ese período, las lenguas celtas y el latín dieron paso al inglés antiguo, una lengua germánica que comparte vocabulario con el alemán y el holandés. "Esto sugiere un número significativo de hablantes de germánico en las tierras bajas de Gran Bretaña", continúa Hamerow. Sin embargo, los vikingos que cruzaron el mar del Norte unos siglos más tarde dejaron menos rastros de su presencia al representar alrededor del seis por ciento de los genes de los ingleses modernos, en comparación del 30 o el 40 por ciento de los anglosajones.

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Pudo no ser una invasión

Por otra parte, las tumbas no cuentan una historia muy clara acerca de la conquista armada de las islas. Durante las excavaciones cerca de Cambridge llevadas a cabo por el equipo investigador se han encontrado restos de personas con poco ADN continental que fueron enterradas al estilo anglosajón, lo que hace pensar a los arqueólogos que estas gentes adoptaron voluntariamente la nueva cultura. El equipo también descubrió que muchas personas tenían una mezcla de ADN de Europa continental y del este de Gran Bretaña, lo que sugiere que los matrimonios mixtos y la integración fueron habituales y duraron siglos.

Muchas personas tenían una mezcla de ADN de Europa continental y del este de Gran Bretaña, lo que sugiere que pudieron haber matrimonios mixtos.

Enterramiento de una mujer con sus joyas junto al esqueleto de una vaca. El ADN de la mujer era predominantemente local, lo que sugiere que la migración y el estatus no estaban vinculados en el período anglosajón.

Foto: Duncan Sayer, Universidad de Central Lancashire

Los arqueólogos excavan el entierro triple, en Oakington Cambridgeshire, de tres mujeres que no estaban emparentadas entre sí procedentes del oeste de Gran Bretaña e Irlanda y del norte de Europa continental.

Foto: Duncan Sayer, Universidad de Central Lancashire

Durante los trabajos, se halló bajo un montículo la tumba de una mujer de alto rango de unos 20 años de edad, con ascendencia mixta, que fue enterrada con joyas plateadas, cuentas de ámbar y junto a una vaca completa. Esto sugiere que la relación iba más allá de la de una simple conquista, según otro de los autores del estudio, Duncan Sayer, arqueólogo de la Universidad de Central Lancashire. "Estamos muy lejos de la hipótesis de una invasión. No se trata de un grupo de tipos subiendo a botes con armas y conquistando territorio", finaliza el investigador.

De regreso a sus hogares

Por otra parte, las relaciones familiares, según el estudio de los enterramientos, también apuntan a una migración masiva. En un cementerio se encontró enterradas juntas a tres generaciones de personas la totalidad de cuyo ADN procedía del norte de Europa. "Sospecho que hay familias, o incluso pequeños pueblos, que se levantan y se mudan", sugiere Sayer en relación a las evidencias encontradas en el norte de Alemania de asentamientos que fueron abandonados abruptamente en los siglos V o VI d. C.

En el continente europeo también se han hallado enterramientos con rastros de ascendencia británica occidental e irlandesa, lo que hace pensar en una migración inversa: descendientes de poblaciones que regresaron al continente después de vivir durante generaciones en Gran Bretaña. Los resultados descartaron la idea de Gran Bretaña como una gran isla solitaria, alterada ocasionalmente por invasiones. "En realidad, el mar del Norte era una carretera, donde la gente iba y venía", explica Hills. "Tal vez la movilidad sea un estado humano más normal de lo que pensamos", concluye el investigador.