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El 15 de diciembre de 1890, el jefe nativo Tatanka Iyotake -más conocido como Toro Sentado- fue asesinado por agentes de la Oficina de Asuntos Indígenas que habían sido enviados para arrestarlo. El cirujano militar que se ocupó del cuerpo decidió quedarse un mechón de pelo y unos pantalones del jefe Lakota, que pasaron a manos del Instituto Smithsonian hasta 2007, cuando fueron devueltos a sus últimos descendientes vivos.
Ahora, una nueva técnica de identificación genética ha permitido comparar el ADN del mechón de Toro Sentado con el de Ernie LaPointe, un nativo americano que es, junto con sus tres hermanas, bisnieto del jefe Lakota. Este procedimiento abre la puerta a identificar los restos de Toro Sentado, puesto que se presume que en 1953 sus huesos fueron movidos desde Fort Yates (Dakota del Norte) a Mobridge (Dakota del Sur), algo que no ha podido demostrarse; existe además una tradición oral entre los Lakota según la cual ninguna de estas tumbas alberga los restos del jefe nativo, sino que su cuerpo fue trasladado en secreto por su gente hasta una localización desconocida en Canadá.

Toro Sentado
Toro Sentado pasó a la historia por su papel en la batalla de Little Bighorn, en la que una confederación de tribus lideradas por el jefe Lakota aplastó al Séptimo Regimiento de Caballería del teniente coronel Custer.
Foto: CC
Un método casi infalible
Los autores del estudio, publicado en la revista Science Advances, señalan la importancia de este caso: “Hasta donde sabemos, este es el primer caso publicado en el que se ha confirmado una relación familiar entre una persona viva y un personaje histórico que son tan distantes en el tiempo, usando cantidades tan limitadas de ADN antiguo”. El ADN del mechón de Toro Sentado que ha sido utilizado para el análisis se encuentra, en efecto, muy degradado por haber sido conservado durante más de 100 años a temperatura ambiente y sin medidas de conservación biológica.

Mechón de pelo de Toro Sentado
Foto: Cortesía del Departamento de Antropología del Instituto Smithsonian
El nuevo método combina el análisis del genoma con un modelo matemático que, según los investigadores, permite determinar con una precisión cercana al 100% si el ADN de una persona viva se ajusta al que cabría esperar en una determinada relación de parentesco; en este caso, la probabilidad de que Toro Sentado y Ernie LaPointe sean bisabuelo y bisnieto sería de un 99,7%. Según señalan los autores, un problema de los métodos existentes hasta el momento es precisamente que no podían determinar el grado de parentesco entre los individuos examinados.
Aparte del caso concreto que ocupa el estudio, los investigadores apuntan que el nuevo método “puede ayudar a resolver preguntas interesantes en los campos de la genética de la población, la historia y el análisis forense”; por ejemplo para identificar parientes de otros personajes históricos o víctimas de crímenes sin resolver.
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