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Enrique VII de Luxemburgo fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de 1308 a 1313, cuando murió prematuramente cerca de Siena con unos 40 años de edad y probablemente debido a un ataque de malaria, aunque también se ha hablado de un envenenamiento por parte de un sacerdote. Enrique VII restableció el orden en Alemania e intentó restaurar la autoridad imperial en Italia, pero no pudo finalizar su cometido. Su sarcófago, ubicado en la catedral de Pisa, fue abierto en 1921 y entre sus restos mortales y ajuar funerario se identificó un paño fino tejido en franjas
. En octubre de 2013, un equipo de investigadores volvió a abrir el sarcófago y el análisis de los restos, realizado con técnicas modernas, ha revelado que se trata de un tesoro excepcional. El pasado mes de mayo, la Universidad de Pisa presentó los primeros resultados de las investigaciones científicas que, entre otras cosas, permitirán esclarecer las causas de la muerte de Enrique VII.
Un paño de más de tres metros de largo
Además de los restos mortales del emperador, el sarcófago custodiaba los ornamentos propios de su autoridad: la corona, el cetro y un globo de plata dorado. Pero lo que realmente ha sorprendido a los investigadores ha sido el paño rectangular de más de tres metros de longitud, que constituye un testimonio inusual de la producción áulica (de la corte o del palacio) de tejidos sedosos a inicios del siglo XIV. En las franjas azuladas, tejidas con oro y plata, aparecen representados leones encarados, emblemas por excelencia de la soberanía, además de una compleja decoración que aún no ha sido descifrada. Los análisis antropológicos, a cargo de Francesco Mallegni, de la Universidad de Pisa, han revelado hasta el momento la estatura que tenía el emperador (alrededor de 1,78 metros) y la edad en el momento de su muerte (alrededor de 40 años). Vista la excepcionalidad del ajuar funerario de Enrique VII, éste será depositado en el Museo dell'Opera del Duomo , en Pisa.