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Los egiptólogos Teresa Bedman y Francisco Martín Valentín llevan desde 2009 dirigiendo el Proyecto Visir Amenhotep Huy en la necrópolis de el-Asasif, en Luxor. Los dos investigadores españoles forman parte del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto (I.E.A.E) y durante estos años han realizado importantes hallazgos que han arrojado luz sobre este importante personaje, que ostentó el cargo de visir del faraón Amenhotep III, de la dinastía XVIII (1539-1292 a.C.), un período de la historia egipcia marcado por algunas situaciones de gran complejidad.
Durante la campaña que el equipo dirigido por Bedman y Valentín, compuesto por 22 arqueólogos españoles y ocho egipcios, ha llevado a cabo durante el pasado 2022 en la tumba del visir en el-Asasif se han descubierto dos tumbas que contenían los restos de nada menos que 60 momias completas y algunas extremidades. "Lo más importante de este año ha sido el descubrimiento de dos tumbas, a casi seis metros de profundidad, compuestas por dos cámaras cada una y que albergaban alrededor de 60 momias y restos de momias", ha explicado Francisco Martín.
Un personaje de gran relevancia
Martín ha aclarado asimismo que los dos enterramientos descubiertos en 2022 pertenecen a épocas posteriores a la fecha de construcción de la tumba del visir Amenhotep Huy . Esto "muestra una riqueza muy importante del estilo de arquitectura y una evidencia de que la tumba del visir en algún momento se convirtió en una necrópolis", comenta el arqueólogo español. Estas dos tumbas secundarias se comunican con dos cámaras cuyos muros no contienen inscripciones, al contrario de lo que ocurre en la tumba del visir Amenhotep Huy, que es una capilla con 30 columnas completamente repleta de inscripciones jeroglíficas, asegura el egiptólogo.
Las dos tumbas secundarias se comunican con dos cámaras cuyos muros no contienen inscripciones.

Los egiptólogos Teresa Bedman y Francisco Martín Valentín, directores del Proyecto Visir Amenhotep Huy.
Los egiptólogos Teresa Bedman y Francisco Martín Valentín, directores del Proyecto Visir Amenhotep Huy.
Foto: Proyecto Visir Amenhotep Huy
Pero ¿por qué se convirtió la tumba de Amenhotep Huy (TT 28) en un lugar donde todos querían ser enterrados? Según los investigadores, el visir, originario del norte de Egipto, estaba considerado un "líder de la oposición", un hombre contrario a las nuevas corrientes religiosas impulsadas por el hijo y heredero de Amenhotep III, el "faraón hereje" Akenatón. Así, tras su muerte se convirtió en una especie de "mártir" y la zona se transformó en un lugar de enterramiento de prestigio donde todos deseaban ser enterrados.
"Fue un señor importantísimo ya que obtuvo fama de 'santo' y líder de la oposición contra Akhenatón", afirma Martín. Con todo, los egiptólogos consideran que, de hecho, el trabajo más importante, aparte de la excavación y la restauración, es el de interpretación histórica de la zona. "Tenemos el privilegio de tener un área donde hay entierros que abarcan desde la época de este visir de la dinastía XVIII (1550 a.C.) hasta el siglo II d.C., en la época copta", ha indicado el investigador.
Una exposición en el Museo de Luxor
Por su parte, la codirectora del proyecto, Teresa Bedman, ha afirmado que las momias localizadas hasta este momento "han sido siempre altos funcionarios del clero de Amón de Tebas". Además, también ha explicado que gracias al método de momificación de cada una de ellas ha podido determinarse que pertenecían a clases sociales elevadas.
Hasta el momento, las momias localizadas pertenecían a altos funcionarios del clero de Amón, según Bedman.

Sala hipóstila de la tumba del visir Amenhotep Huy, descubierta en la necrópolis de el-Asasif.
Sala hipóstila de la tumba del visir Amenhotep Huy, descubierta en la necrópolis de el-Asasif.
Foto: Proyecto Visir Amenhotep Huy
Tras la finalización de la presente campaña, la misión española, en colaboraciób con el Museo de Luxor, ha organizado una exposición para mostrar algunos de los hallazgos realizados. Entre ellos destaca un sarcófago con una momia de una cantora del dios Amón, una sacerdotisa que murió hacia el año 1000 a.C., así como un sarcófago que contiene la momia de un escriba de la mesa de ofrendas del dios Amón. La exposición, que continuará el año que viene, cuenta con "enterramientos intactos y objetos de plata que en aquella época tenía más valor que el oro", subraya con satisfacción Martín.