Entre 1933 y 1945, durante el régimen nazi en Alemania, el mundo atravesó un período de destrucción y persecución sin precedentes. La Segunda Guerra Mundial representa el mayor conflicto que la humanidad jamás haya experimentado; detenciones ilegales, deportaciones y muerte fueron sus consecuencias. Según la información que se conserva en los archivos del FSB ruso -Servicio Federal de Seguridad- el antiguo KGB -Comité para la Seguridad del Estado, el nombre de la agencia de inteligencia y la policía secreta de la Unión Soviética- las SS -Schutzstaffel -asesinaron en Auschwitz a más de 4 millones de reclusos. Fue esta la principal organización responsable del asesinato genocida y de la limpieza étnica que se produjo durante la duración del régimen de Adolph Hitler y la Segunda Guerra Mundial, periodo en que se calcula que murieron de alrededor de 6 millones de personas de diversas minorías étnicas europeas, esencialmente judíos.
El 27 de enero de 1945, con el final de la Segunda Guerra Mundial a la vuelta de la esquina y las tropas aliadas cercando cada vez más al ejercito alemán, las tropas soviéticas llegaban al campo de exterminio nazi en Auschwitz-Birkenau en Polonia, para liberar a los 2.819 supervivientes que allí se encontraban. Es por ello que cada año, en torno a esta fecha, la UNESCO rinde tributo a la memoria de las víctimas del Holocausto y ratifica su compromiso de luchar contra el antisemitismo, el racismo y toda otra forma de intolerancia que pueda conducir a actos violentos contra determinados grupos humanos. Esta fecha ahora representa el Día Internacional de Conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto.