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Todo empieza con la dimisión de Adolfo Suárez
Son muy recordadas las palabras con las que el presidente del gobierno español Adolfo Suárez anunció su dimisión el 29 de enero de 1981. “No quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España”. El líder de la Unión de Centro Democrático (UCD) ejercía de presidente desde que, en 1976, un año después de la muerte del dictador Francisco Franco, el rey Juan Carlos I le nombrara como tal. En esta imagen se le puede ver jurando el cargo en julio de 1976 frente al monarca. Con él se inició el turbulento camino de la transición democrática en un país que llevaba casi 40 años bajo el yugo franquista. En enero de 1981, en un contexto político muy agitado y en una profunda crisis económica, Suárez decidió dimitir por diferentes motivos: uno de ellos la división interna de su propio partido.
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La Guadia Civil irrumpe en el Congreso de los Diputados
Tras su dimisión, Suárez propuso a Leopoldo Calvo Sotelo como sucesor, un destacado miembro del gobierno que ejercía como vicepresidente económico. Sin embargo, su candidatura debía obtener la mayoría en el Congreso, algo que no ocurrió en la primera votación, por lo que hubo que repetir la sesión de investidura. Esta se estaba celebrando el día 23 de febrero de 1981 cuando, de repente, a las 18.23h la sesión se vio interrumpida por la entrada de un grupo de 200 guardias civiles armados con el teniente coronel Antonio Tejero a la cabeza. En la imagen se le puede ver ataviado con el tricornio y situado al lado del púlpito empuñando una pistola mirando directamente a la cámara del fotógrafo Manuel Hernández de León.
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Antonio Tejero grita: '¡Quieto todo el mundo!'
A pesar de que los militares de mayor rango implicados en el golpe fueron los generales Jaime Milans del Bosch y Alfonso Armada, Antonio Tejero es más recordado seguramente debido a esta imagen -que, por cierto, fue la ganadora del World Press Photo de ese año. En el Congreso, tras los primeros momentos de incertidumbre y viendo que no había causado la impresión esperada, Tejero subió a la tribuna, disparó su arma varias veces en dirección al techo y gritó el célebre '¡Quieto todo el mundo! Tras lo cual todos los diputados se agacharon en su escaño, tal y como se puede ver en el tercer plano de la imagen. Todos excepto tres: el todavía presidente del gobierno Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, líder del Partido Comunista, y Manuel Gutiérrez Mellado, vicepresidente del gobierno. Durante el golpe, cuando los asaltantes se percataron que había periodistas haciendo fotos les pidieron que entregaran los carretes. Entonces, ¿cómo salieron a la luz estas imágenes? En una arriesgada maniobra, el fotógrafo Hernández de León entregó un carrete en blanco justo antes de esconder el bueno, de modo que cuando los golpistas dejaron salir a los periodistas hacia las 22.30h de la noche, las fotografías fueron directas a la redacción y de ahí a todos los medios.
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Los momentos más tensos del Golpe de Estado
Precisamente, fue Gutiérrez Mellado, quien no dudó en levantarse y enfrentarse a los guardias civiles, al mismo tiempo que los disparos resonaban en el hemiciclo. Esta imagen capturó justo ese momento en que varios hombres armados forcejean con el diputado, mientras Suárez también se levanta de su escaño para interceder en la trifulca. Entre tanto, la noticia había corrido por todo el país gracias a los medios de comunicación. Apostados en la puerta del Congreso, decenas de periodistas retransmitían en directo por radio y televisión los acontecimientos de lo que los ciudadanos vivieron como uno de los hechos más decisivos de la transición española. A las pocas horas, los principales periódicos publicaron ediciones especiales informando y posicionándose en contra del asalto. La mayoría de los ciudadanos pasaron la noche enganchados a la radio, por ello se la bautizó como 'la noche de los transistores'.
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Jaime Milans del Bosch activa el golpe en Valencia
Cuando se confirmó que Tejero había tomado el Congreso, hacia las 19.30h, el capitán general del ejército Jaime Milans del Bosch dio la señal para el despliegue de las fuerzas militares en Valencia. Activó el estado de excepción y contactó con otros altos mandos del ejército para que secundaran el golpe. Las imágenes de los tanques desfilando por entramado urbano fueron de gran impacto. A su vez, algunas unidades militares también ocuparon las instalaciones de RTVE. Y, a pesar de que Milans no logró los apoyos esperados, se confirmaba que el golpe era una acción premeditada y había que actuar con extrema precaución y contundencia en sofocarlo.
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El rey aparece con el uniforme de Capitán general de las fuerzas armadas
Con el paso de las horas, se constató que el golpe no había recibido los apoyos suficientes. El general Armada y el director general de la Guardia Civil, Aramburu Topete entraron en el Congreso hacia la medianoche. A las pocas horas, Aramburu lo abandona, negando su apoyo, y Armada permanece. Y a la 1h de la madrugada, el rey Juan Carlos I apareció en televisión para dirigirse al país y ordenar que se mantuviera el orden constitucional. Parecía que el golpe había terminado. La mañana siguiente, a las 9h, se firmó el llamado 'Pacto del capó', según el cual los líderes del golpe se rendían a cambio de que no se pidieran responsabilidades del grado de teniente hacia abajo. A las 11.45h los diputados abandonaron el Congreso libres de sus secuestradores, con el 23F ya convertido en un día grabado para siempre en la historia reciente de España.